CASTELLÓ. La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, sopesa mantener los plenos telemáticos mientras dure la covid-19 ante la imposibilidad de disponer de un espacio municipal que ofrezca garantías de seguridad sanitaria.
A diferencia de la Diputación Provincial, que cuenta con un extenso salón de recepciones (y que le ha posibilitado recuperar las sesiones presenciales), la Casa Consistorial carece de dependencias con la suficiente holgura como para preservar la integridad de los 27 concejales y, al menos, tres funcionarios (la secretaria, el interventor y un ordenanza), necesarios para la organización, respetándose en todo momento la distancia social.
Según Riesgos Laborales, las dimensiones del salón de plenos solo permiten congregar al mismo tiempo un máximo de 25 personas, cantidad insuficiente para la corporación. En consecuencia, resulta imperativo valorar otras opciones. En concreto, el Palau de la Festa y el Menador al tratarse de los únicos inmuebles de titularidad municipal con amplias salas diáfanas y modernas. Sin embargo, cada uno de ellos presenta distintas particularidades que prácticamente descartan su uso. En el caso del primero, actualmente centraliza la atención ciudadana con más de 30 puestos de distintos negociados, por lo que no está disponible.
En cuanto al recinto de la plaza Huertos Sogueros, cuya gestión el Ayuntamiento comparte con la UJI, los inconvenientes son de otra índole. Teniendo un extenso atrio, la logística y la burocracia dificultan su adecuación para celebrar sesiones plenarias. Entre esos obstáculos destaca la autorización de la Subdelegación del Gobierno, solo posible en el caso de acatarse escrupulosamente todas las medidas sanitarias para evitar contagios, lo que no parece cumplirse al cien por cien en el Menador.
Ante esta tesitura, también se ha planteado como posible solución repetir el método empleado en ciudades como València, que preservó los plenos presenciales en plena pandemia al reducir la asistencia de los miembros de la corporación a un tercio, el mínimo legal para que se puedan realizar votaciones. En el caso de la capital de la Plana, implicaría que solo acudirían 9 de los 27 concejales.
Tampoco esta alternativa termina de convencer a la alcaldesa ni a varios de los grupos municipales. A excepción de Vox, con un único regidor, el resto debería elegir entre sus ediles para concretar su aportación, una decisión que se considera un tanto delicada y hasta injusta. Los partidos con mayor número de munícipes, como el PSPV (10) y PP (siete), se verían especialmente damnificados.
Por otro lado, existe un componente que invita a pensar que mantener la actual fórmula de las sesiones telemáticas resulta lo más aconsejable: la covid-19. Observando como día tras días crecen los contagios y rebrotes y que muchos expertos empiezan a hablar de segunda ola en España, dejar las cosas como están parece lo más razonable. Al menos, así lo considera una parte del entorno de Marco. Además, las convocatorias virtuales han dejado de convertirse en un impedimento para garantizar la actividad de la corporación.
En cualquier caso, y según fuentes municipales, "hoy por hoy no hay una decisión definitiva. Dependerá de la evolución del coronavirus y de las medidas sanitarias que se tengan que adoptar en cada momento por la protección de la salud".
De acuerdo con el calendario establecido, el Ayuntamiento de Castelló celebrará dos plenos en septiembre. El ordinario, que será a final de mes, y uno extraordinario por el Debate sobre el Estado de la Ciudad, que se recuperará después del paréntesis de 2019 por ser año electoral.