Marenyà, sobre los males del Castellón: "En una situación así, es importante trabajar la cabeza"

CASTELLÓN. Jordi Marenyà, emblema y alma del Castellón que ascendió la pasada temporada a Segunda División B, vive desde la distancia el proceso de derrumbe que está sufriendo el equipo al que tanto le costó sacar de la Tercera División. 

El centrocampista, que se implicó admirablemente en la causa en aquellos años en que el barco se hundía irremediablemente, vio cómo el nuevo director deportivo, Juan Guerrero, le agradecía esos servicios invitándole a salir del equipo con una fría llamada telefónica. 

La limpieza afectó a casi toda la plantilla -solo sobrevivieron tres jugadores- y el motivo era que se estaba confeccionando un equipo para subir a Segunda División, según se vendió desde la dirección deportiva. 

Veintisiete jornadas después, ese equipo de ensueño ha ganado tres partidos en seis meses y se encuentra en puestos de descenso, a tres puntos de la frontera que marca la permanencia. Marenyà, que ahora persigue un nuevo ascenso a Segunda B, pero con el Atlético Saguntino, tiene claro el diagnóstico: "Creo que la planificación se ha hecho muy mal y a partir de ahí las cosas empiezan a no ir del todo bien", explica. "No es un equipo para estar en descenso, pero las circunstancias se han dado así y se produce una desconfianza y una ansiedad que no ayudan a salir de ahí". 

Miedo a encajar gol

Sobre las opciones de salvación del equipo albinegro, Marenyà se muestra prudente, aunque apunta al aspecto psicológico como elemento clave para concretar ese objetivo. "No podemos saberlo, pero es muy importante trabajar el tema de la cabeza cuando estás en esta situación", dice. E ilustra su razonamiento con una situación que se dio ante el Atlético Levante: "Después de adelantarse en el marcador, quizás el equipo se haya metido atrás por miedo a encajar un gol y lo normal es que te marquen cuando estás atrás. Quizás una victoria, aunque sea sin merecerlo, le dé esa confianza para salir de ahí", espera.

Marenyà reconoce que está en contacto con los pocos compañeros que le quedan de su última etapa en el Castellón y confía en que su carácter e implicación ayuden a la salvación del equipo. 

Y sobre la forma en que salió del club, prefiere pasar página. "Es verdad que me dolió mucho, pero hay que mirar hacia delante. Estoy muy a gusto en el Saguntino y lo que pasó, ya ha pasado. No puedo darle más vueltas al tema", concluye.