CASTELLÓ. La Feria de Arte Contemporáneo de Castelló que está a punto de abrir sus puertas en el Auditori tiene este año uno nombre propio, el de Marina Vargas. La granadina es la artista invitada y trae en su carpeta ser la única española con obra en el Museo Nacional de las Mujeres en Washington y estar ya ultimando una próxima exposición en el museo Thyssen de Madrid. Marte, que se inaugura este viernes a las 18.30 horas y estará abierta al público todo el fin de semana, dispondrá de más de 20 espacios expositivos, intervenciones, charlas e incluso un taller infantil en la mañana del domingo.
Marina Vargas es licenciada en Bellas Artes y en su trabajo se encuentran diálogos constantes alrededor de la sexualidad, la feminidad, la violencia, lo personal y lo político.
-Tus proyectos abarcan formatos que van desde la escultura a la pintura pasando por la fotografía, la instalación, el vídeo o el dibujo. ¿Qué parte de la obra de Marina Vargas veremos en Castellón?
-Para la feria de Castellón llevo dos piezas que pertenecen al proyecto Las líneas del destino, que tiene como objeto el estudio de la baraja del tarot de Marsella. Es un proyecto que inicié en 2015 y que a día de hoy continúo, en el que voy configurando mi propia baraja de tarot y también unas piezas grandes pictóricas en base a la consultas del tarot que me voy haciendo gradualmente. Es un proyecto de vida. A Marte llevo dos cartas del tarot, un diez de espadas y un as de espadas que atienden al cuerpo simbólico que voy construyendo desde 2015. Estas piezas estarán en el en el stand en la zona central como un eje, y luego tendré también varias obras pequeñas que he hecho durante el proceso de enfermedad que conectan con ese diez de espadas, y conectan también con la obra que tengo en el museo Macvac de Vilafamés que se titula Asterión, el cuerpo revelado. Es una fotografía que hice durante la pandemia en el 2020, durante mi proceso de tratamiento (de cáncer). Estas piezas son unas vanitas que hice en formato pequeño mientras me estaban haciendo la prueba de resonancia y tacs. Son vanitas que están hechas en el proceso de tratamiento y están hechas con materiales clínicos: con el plástico azul del sillón de la quimioterapia, el cubre babero, o las gasas. Algunas están intervenidas con chicle o con plastilina porque no podía utilizar los materiales como los esmaltes que son los que suelo utilizar. También contaremos con una pequeña escultura que es muy vanitas hecha durante esa época.
-Uno de los aspectos que marca la diferencia en Marte es el contacto tan directo que tenéis los artistas, no solo con vuestros colegas, sino también con el público que acude a la cita. ¿Crees que esa interacción con la gente es positiva para el visitante?
-La interacción con el visitante de la feria es muy buena porque hay público que está en contacto con el mundo del arte y que va a ferias y que ya te ha visto o te conoce, o no ha conocido esa parte de tu trabajo. Pero lo que tiene una feria local como Marte es que te da la oportunidad de tener tiempo para sentarte, para hablar sobre tu trabajo y también para que te pregunten. Creo que así se hacen tratos mucho más cercanos, se ve la obra con más detalle. Al ser una feria de formato pequeño se estrechan vínculos más fuertes con el espectador y creo que también es una oportunidad única para las personas que no han ido a una feria nunca o que han tenido una inquietud y nunca lo han hecho, para tener esa posibilidad de hacerlo teniendo a los artistas allí, teniendo tiempo para conversar en primera persona. Creo que sí, que es una gran oportunidad y enriquece mucho.
"tenemos que esforzarnos todos en generar vínculos para que se vaya rompiendo esa frontera, para que vayan familias a la feria, para que la gente pueda comprar una pieza por primera vez; para comprar arte no necesitas ser millonario"
-¿Qué podéis hacer los artistas para acercar a la gente a eventos como Marte o a las salas de exposiciones? ¿Tienes la sensación de que el público está un poco más frío en los últimos años?
-Existe todavía por parte de muchas personas cierto miedo o bloqueo a entrar en una galería. Se están haciendo muchos esfuerzos por vincular a la gente con el arte. Creo que también es muy importante tomar los espacios que están fuera de las instituciones culturales, y, de alguna manera, generar una red. Con Intra-Venus, que es una asociación de creadoras con cáncer, ayudamos a muchísimas mujeres que tienen cáncer con la obra, con nuestros propios testimonios. Nos sigue mucha gente que no pertenece al mundo del arte y que lo han descubierto como vinculación social y herramienta útil. Tengo compañeros y compañeras que han dado charlas con la imagen de Intra-Venus e incluso asociaciones de mujeres con cáncer de zonas rurales, de pueblo, que tienen la imagen en su teléfono y a mí todo eso me emociona. Creo que el arte que tiene esa razón de ser y debería ser también apoyada y respaldada por las instituciones y fuera de las instituciones. Si nos centramos solo en el mercado muchas veces se pierde la razón de la existencia del por qué hacemos arte. Además, empobrecemos mucho nuestro panorama porque se cree que eso que está vinculado puede que no pertenezca a un mercado y también tiene mercado y también forma parte de un mercado y nada excluyente. Creo que tenemos que esforzarnos todos en generar esos vínculos para que se vaya rompiendo esa frontera, para que vayan familias a la feria, para que la gente pueda comprar una pieza por primera vez en la medida que pueda y que para comprar arte no necesitas ser millonario.
-No son pocas las voces que consideran todo un acierto que tú seas la artista invitada en esta nueva edición de Marte. Pienso que es una manera de decirle que, después de haber sufrido unos años muy duros, la feria no se olvida de ti y está a tu lado. No sé si también lo percibes así. De todos modos, siempre has tenido un vínculo con esta tierra, ¿no crees?
-A Marte le tengo muchísimo cariño porque hace ya tiempo me invitaron y me trataron súper bien. Estuve dando una charla. También tengo la pieza de Asterión, el cuerpo revelado en el Macvac de Vilafamés y les tengo mucho aprecio porque sé que también es un esfuerzo abismal sobrevivir, mantenerse... y generan y enriquecen el tejido cultural en Castellón. Me siento agradecida y muy halagada de estar este año y de ser la invitada. Para mí es una celebración y voy con muchísimo cariño y con muchísima gratitud.
-No puedo evitar preguntarte por cómo de feliz te sientes siendo la única artista española en el Museo Nacional de las Mujeres en Washington...
-Ha sido una sorpresa que he recibido con los brazos abiertos. Me siento muy feliz de ser la española que en esta edición de New Worlds ha sido la elegida por el Museo Nacional de las Mujeres de Washington. Además, estoy orgullosa con la obra Intra-Venus y todo lo que representa, porque es una obra única en mi trayectoria y en mi biografía, y marca un proceso muy duro y también un renacimiento. También para mí es un espaldarazo en mi carrera por el escaparate internacional que se me ha ofrecido y por ver la obra en esa institución, con obras como la de Louis Bourgeois, en ese museo que es un museo de mujeres, único, internacional, dedicado a las mujeres artistas, que es algo de mi lucha, que también está esa escultura en mi lucha, que también atraviesa la enfermedad, pero que atraviesa muchas más cosas y me siento muy agradecida y con la satisfacción de haber hecho muchos esfuerzos, de haber hecho un trabajo inmenso en momentos cruciales y de máxima vulnerabilidad y de que haya sido recibido y premiado o entendido de esta manera para mi es muy importante.
-Hasta el 11 de agosto se puede ver esta escultura de una mujer desnuda, con la piel de mármol de blanco, que recibe al visitante del museo de Washington con el puño en alto. Una pieza que recoge parte de ese sufrimiento del que hablábamos antes y que entiendo que has dejado atrás.
-La hice a partir de un escaneo estando recién mastectomizada en un momento muy crucial porque era cuando había terminado una de las partes del tratamiento más duro. Entonces tenía el cuerpo hinchado, no me podía mirar al espejo porque todavía no me reconocía, y en ese momento decidí hacerme un escaneo porque me pregunté a mí misma: ¿cómo pongo imagen a esto? En una de las salidas de la pandemia contraté a un chico que vino a pasarme la luz blanca y me hizo un escaneo, que por otro lado, era lo que todo este tiempo estaba haciendo: un escaneo, un tac... todo para crear una obra en la que la propia obra era yo. Sí, ahora todo ese proceso tan duro del tratamiento clínico ya quedó atrás, pero yo no soy de las mujeres ni de las artistas que pasan página y se olvidan. Y sigo adelante con otras compañeras con la asociación Intra-Venus para dar visibilidad y apoyo de creadoras con cáncer.
-Diste un paso adelante y te pusiste al frente de Intra-Venus...
-Soy presidenta honorífica de la asociación que acoge a creadoras con cáncer que utilizamos el arte como una herramienta de vinculación social con la enfermedad para visibilizar los procesos, dejar nuestro propio testimonio; y tenemos un artivismo interno con mujeres que están pasando por esa misma circunstancia, utilizando como siempre la creación como medio. Mi cuerpo ya no es el de la escultura, por eso considero Intra-Venus una escultura performática. También trabajamos el uso de las palabras cuando se habla de esta enfermedad.
"con el cáncer, Te das cuenta cuando está ahí que esto ha avanzado poco, porque para avanzar en las temáticas de las mujeres tenemos que hacer muchas de eslabones de esta larga cadena. Y yo he decidido ser un eslabón"
Nadie supera un cáncer, con el cáncer se convive, no lo dejas atrás. Una persona que recibe un diagnóstico le cambia la vida porque hay muchas cosas, como la medicación, que es diaria, o el miedo en un principio que te da el plantearte la posibilidad de que tengas un repunte. Con el cáncer no se termina, con el cáncer se continúa, y en ese sentido Intra-Venus, la escultura, queda, y mi cuerpo ya es otro porque después me quitaron el pecho derecho y me hice una reconstrucción. Continúo para transformar lo vivido. Esa violencia también lingüística, esos tabús con respecto a la mujer y la enfermedad, esas metáforas que se siguen arrastrando desde los años 70, como los testimonios de otra compañera como Susan Sontag que habla de cómo al cáncer se le ponen metáforas en el lenguaje bélico y a día de hoy sigue pasando; cuando te dicen "la batalla" y qué pasa, ¿las que mueren no son ganadoras? O: "lucha, lucha, lucha"... ¿contra qué luchas, contra tu cuerpo? Y las que se han muerto, ¿no han luchado suficiente? Te das cuenta cuando está ahí que esto ha avanzado poco, porque para avanzar en las temáticas de las mujeres tenemos que hacer muchas de eslabones de esta larga cadena. Y yo he decidido ser un eslabón.
-Trabajas formatos tan distintos que es muy complicado calificar tu obra más allá de la etiqueta de artista multidisciplinar. ¿Cómo sabes en cada momento a qué disciplina dedicar tu tiempo?
-Soy una artista procesual, es la obra la que me pide y me exige el material. Yo la escucho en ese sentido, me considero una sirvienta de mi obra. La escultura que está en Washington la hice de mármol de Carrara. No quise un mármol de Macael, que era más barato y está en España, sino que exigí el de Carrara porque conectaba con mi obra anterior del proyecto Ni Animal ni tampoco Ángel, en el que el eje era la idea de romper el canon grecorromano y en el que intervenía esculturas que todas habían sido en su pasado hechas en mármol de Carrara para perpetuar ese canon patriarcal. Y tenía que ser a escala yo para perpetuar ese anticanon y antimonumento que es Intra-Venus. Son procesos más lentos porque no es que trabaje con una dinámica de horario. El tiempo se dilata porque tienes que investigar, pensar, buscar económicamente los factores para que todos se unan y se pueda hacer la obra, es difícil incluso de transportar porque son 400 kilos de obra.
El proyecto Las líneas del destino, que hice en el 2015, y que a día de hoy continúo, está abierto en el tiempo porque lo hago en base a mis consultas de tirada de tarot y hay veces que una carta se repite y entonces tengo que hacer una segunda pieza. He creado un propio sistema para trabajar a nivel simbólico y el color lo manejo también a nivel simbólico. Tiene unos requisitos específicos y cada proyecto tiene su propia razón de existir. Escucho mucho al proyecto y escucho a la obra y todo, desde el color, la forma, hasta el propio material, todo eso me lo pide la obra, no lo elijo libremente
-Creo que estás preparando tu próxima exhibición...
-Me alegra mucho poder decir que mi próxima exposición será en el museo Thyssen. He preparado un proyecto que se llama Cora y que vincula piezas de la colección Thyssen con obras contemporáneas. Este año he sido la artista seleccionada y estoy trabajando de la mano de Semiramis González para que vea la luz en febrero de 2025. No puedo dar mucha más información porque todavía no es momento, pero ya lo veréis.
-Los críticos coinciden en apuntar que una pieza tuya la conforman múltiples capas superpuestas de contenido. ¿Podremos ver ese complejo universo en Marte?
-Sí, mis piezas componen muchas capas de contenido porque le dedico mucho tiempo, me interrogo mucho, cuestiono mucho, hago mucha reflexión antes de dar el paso a ejecutar, y todo eso también, de alguna manera, impregna la obra. En las piezas que llevo a Marte hay todo eso; hablo del proyecto Las líneas del destino, que es un proyecto en el que me he tirado años investigando sobre todos los artistas que han trabajado con tarot, sobre simbología, numerología, astrología, oráculos… no solo el tarot, porque estudiar el tarot te vincula directamente con todos estos mundos. Hay muchas capas porque lleva una tabla cromática que no elijo al gusto estético, sino que las piezas están hechas a partir de una tabla de colores simbólicos, dependiendo de cada elemento al que le toque la carta: si son copas, si son oros o si son espadas, cada carta atiende a una tabla cromática, dependiendo de su grado de estudio simbólico previo. Además esas piezas tienen también un factor más porque son piezas vividas, están hechas en base a mis consultas, a mis referencias, a mi simbología, por eso hay algo de mi biografía pintada.