CASTELLÓ. Continúa la polémica por la jornada intensiva en los colegios de la Comunitat con el inicio de curso a la vuelta de la esquina. Más de la mitad de las 1.437 escuelas de Infantil y Primaria valencianas sostenidas con fondos públicos ha cambiado su jornada desde 2016, el primer año en el que la Conselleria de Educación permitió que las familias pudiesen votar, con la condición de obtener un apoyo superior al 50% para modificar el horario y considerando la abstención como voto en contra.
Bajo este sistema, cada vez son más los CEIP que eligen terminar las clases al mediodía, dejando atrás la jornada partida con horario lectivo de 9:00 h a 17:00 h. Sin embargo, el avance de este fenómeno en las tres provincias es dispar: Castellón sigue prefiriendo la jornada partida, con solo un 38,7% de colegios que han pasado a la continua (74 de 191), mientras que en Alicante un 75,5% ya opta por finalizar antes (375 de 498). En València, un 40,2% cuenta con jornada continua (301 de 748), según los últimos datos de la Conselleria.
Algunos expertos de la comunidad educativa se oponen frontalmente a la jornada continua porque consideran que afecta "de forma negativa" al rendimiento escolar y "acrecenta las desigualdades sociales", entre otros motivos. Hay quien se muestra en contra de que la elección del cambio de horario quede en manos de las familias, mientras que otros sí apoyan esta medida al no ver "efectos negativos concluyentes" en el proceso de aprendizaje.
La postura de la Conselleria de Educación sobre la jornada intensiva es que existe la posibilidad de recoger a los aumnos a las 17:00 h si se quedan en extraescolares y que cada colegio puede escoger el horario. Del mismo modo, el sindicato mayoritario en educación en la Comunitat STEPV incide en que es "un modelo grantista que permite la conciliación familiar".
Otra de las ventajas que ve la organización sindical en la jornada intensiva es que se exime a los estudiantes de la "sobrecarga de extraescolares" al finalizar antes las clases. Desde la plataforma critican a las jornadas 'maratonianas' de los alumnos que terminan las clases a las 17:00h y luego hacen otras actividades: "Empiezan a las 9:00h y terminana a las 21:00h, eso no lo aguantamos ni los adultos", alertan.
Para STEPV, "mientras no se demuestre que la jornada continua va contra el rendimiento del alumnado, no hay problema con que los centros lo implementen". Consideran que el criterio del profesorado es determinante en esta elección, porque "si los maestros viesen que el sistema no funciona, automáticamente lo corregirían, son profesionales", sostienen. Afirman que han recibido quejas de docentes de centros con jornada partida alegando que algunos niños y niñas a partir de las 15:00 "se duermen" porque después de la comida "baja su pico de atención".
Además, añaden que "no es cierto" que los maestros en centros con jornada continua "se van a casa por las tardes", sino que "se van turnando, bien para atender extraescolares o bien para hacer reuniones y coordinarse mejor", subrayan.
El sociólogo educativo Daniel Gabaldón investiga los efectos del tipo de jornada en el rendimiento escolar y considera que la información con la que cuentan las familias para tomar esta decisión es "sesgada". Por ello, defiende la incorporación de especialistas como pediatras, psicólogos o trabajadores sociales en los consejos escolares que puedan "asesorar en cuestiones que se escapan a las familias y los maestros".
Gabaldón explica que sí hay estudios que apuntan que la jornada continua es "perjudicial" para el rendimiento escolar y cita la publicación El debate sobre la jornada escolar en España (2021) de Rafael Feito. Reconoce que otros análisis "no encuentran diferencias en el rendimiento", pero indica que ninguno "concluye que este mejore".
Entre las conclusiones extraídas de las investigaciones en las que ha participado hasta ahora, Gabaldón destaca que los escolares hacen más deberes y estudian más en casa con la jornada intensiva: "Si hacen más trabajo y no mejora su rendimiento, la explicación más plausible es que están compensando una jornada menos 'productiva'", explica a este diario. Además, indica que los ritmos de atención, "tienen altibajos a lo largo del día que se ajustan mejor a la jornada partida".
Respecto a la diferencia entre las tres provincias sobre la preferencia por la jornada continua, el docente señala que la proximidad de Alicante con Castilla-La Mancha y Murcia, dos autonomías con más recorrido que la Comunitat con este tipo de horario, es uno de los factores de influencia en la decisión de las familias, así como el nivel de renta de cada municipio.
Con todo, para Gabaldón el factor clave es el grado de información de los padres y madres sobre los efectos de la jornada continua en el rendimiento escolar. "Seguramente muchas familias bien informadas escogerían horarios que empiecen más tarde por la mañana -ajustados a la hora solar- para garantizar que sus hijos puedan dormir lo que necesiten", asegura.
El presidente de la Fampa Castelló Penyagolosa, Josep Albiol, apunta que pese a que en Castellón predomina la jornada partida, ha habido "un aumento" de centros que han introducido cambios en los horarios este curso. Algo que a su parecer "acrecenta las desigualdades a nivel social" porque "las familias con más recursos económicos no tienen problema en recoger a los hijos a mediodía, pero otras sí los tienen".
Otro de los argumentos que esgrime el director de la plataforma es que la escuela concertada "sale ganando" al no variar sus horarios de entrada y salida frente a los cambios en la escuela pública. Expresa su descontento por que la elección del tipo de jornada quede en manos de las familias, dado que "cada una vota en función de sus intereses".
Por ello, la federación castellonense pide a la nueva Conselleria de Educación que la jornada continua "no se puede seguir regulando como hasta ahora" y reclama que se aplique en base al criterio de equipos pedagógicos "que avalen ese tipo de cambios con lo que sea lo mejor para el alumnado".