VALÈNCIA (EP). El Ministerio de Salud israelí ha confirmado la muerte de más de 400 personas por los ataques de Hamás desde la Franja de Gaza, que además han dejado más de 2.000 heridos, según el último balance provisional.
Concretamente, el Gobierno israelí cifra los heridos en 2.048, de los cuales 20 están en estado crítico y 330 están gravemente heridos, según el balance recogido por los medios israelíes.
El Ejército israelí, por su parte, ha informado de 44 muertos entre sus militares a los que hay que añadir 30 agentes de la Policía de Israel fallecidos. Así, al menos 74 efectivos de las fuerzas de seguridad han fallecido desde el comienzo de los enfrentamientos.
Las Fuerzas Armadas israelíes han informado de que hay 22 zonas "activas" en el sur de Israel con presencia de individuos palestinos armados cuando ya han pasado trece horas desde el inicio del ataque.
Por su parte, las autoridades palestinas han elevado, en un nuevo balance del Ministerio de Salud de Gaza, a 313 los muertos y a 1.990 los heridos por los contraataques israelíes en el enclave palestino.
Entre los heridos hay "decenas de casos graves y críticos en quirófanos y cuidados intensivos", por lo que siguen trabajando los equipos médicos.
El Ministerio de Sanidad ha explicado además que se ha activado el plan de emergencia que implica la suspensión de las consultas ambulatorias y de las operaciones programadas.
Por otra parte, ha denunciado ataques contra personal e instalaciones médicas palestinas por parte de las fuerzas israelíes que se han saldado con la muerte de tres trabajadores y lesiones para otros tres en un "ataque directo" contra el Hospital Indonesia y el Complejo Médico Nasser. También han quedao destruidas cinco ambulancias.
Además, el Ministerio de Sanidad se ha lamentado de la falta de medicamentos y de material médico como consecuencia del bloqueo israelí y ha denunciado que el corte del suministro eléctrico desde Israel tendrá "graves repercusiones" para la salud de los pacientes.
Ahora dependerán para operar de los generadores eléctricos que funcionan con combustible y que podrían dejar de funcionar "por su deterioro y el agotamiento de las limitadas cantidades de combustible".
Por todo ello, piden a las instituciones internacionales que tomen medidas efectivas para dar protección al personal médico, los centros de salud y las ambulancias.