Mazón, ante la gestión de equilibrios con sus socios de Vox con el distanciamiento nacional de fondo 

VALÈNCIA. La primera imagen de la legislatura del PP y Vox ha sido la de ruptura. Los populares quisieron priorizar este jueves la estrategia durante la constitución del Congreso y decidieron no ceder un puesto en la Mesa a los que son sus socios de Gobierno en varias comunidades, entre ellas la valenciana. La extrema derecha, en contrapartida, no votó a su candidata, Cuca Gamarra. Un movimiento que el PP asegura que no esperaba, según admiten fuentes del partido. 

La relación entre ambas formaciones se encuentra tocada debido al contexto político en el que se mueven. Y, aunque a nadie se le escapa que si se necesitan se acercarán, no ha sido este el momento de escenificarlo. Una situación que obliga a los equilibrios a los dirigentes del PP que sí tienen a los de Vox en sus ejecutivos, como es el caso de Carlos Mazón. 

Desde la formación de Santiago Abascal precisaron que fue por la mañana cuando recibieron una llamada del PP para trasladarles su determinación. Según apuntan, el aviso llegó tras constatar los populares que los acuerdos alcanzados por el PSOE con ERC y Junts garantizaban a la candidata socialista, Francina Armengol, ser elegida presidenta del Congreso imponiéndose a la aspirante del PP.

De este modo, al comprobar los populares que no tenían manera de alcanzar la Presidencia, optaron por asegurarse para sí mismos dos vicepresidencias y dos secretarías, sin ceder ninguno de estos puestos a Vox, que le había reclamado una vicepresidencia. Se trataba del mismo puesto que ocuparon en la anterior legislatura, cuando tenían 52 diputados, y que ostentaba el diputado valenciano y líder en esta provincia, Ignacio Gil Lázaro. 

Los 33 representantes de la formación de Abascal apoyaron entonces al parlamentario, primero en la votación para la elección de la Presidencia y después en la destinada a designar las vicepresidencias. En ninguna obtuvo los apoyos requeridos y quedó así descabalgado. 

El movimiento del PP y, en consecuencia, el de Vox, supuso que Pedro Sánchez demostrara su capacidad de aglutinar una mayoría de apoyos bastante superior a la de Alberto Núñez Feijóo, lo que facilita al primero que Felipe VI le encomiende el intento de formar Gobierno. De hecho, la ruptura en la derecha provocó tal terremoto que Vox ya no aseguró su apoyo al PP en una hipotética investidura y deja a Feijóo sin apenas opciones siquiera de intentar nada ante la inminente ronda de contactos con el Rey.

Lo ocurrido sorprendió de tal manera a los populares, según aseguran ellos mismos, que Feijóo convocó por la tarde a la cúpula del partido en Génova de manera urgente y extraordinaria, tal como publicaron varios medios nacionales. 

Al margen de cómo evolucione la relación entre ambas formaciones en España, la cuestión es de qué forma podría afectar en gobiernos como el valenciano. Fuentes del PPCV aseguran directamente que en nada y que el Consell está "fuerte". Pero lo cierto es que el escenario nacional siempre acaba condicionando de uno u otro modo lo que ocurre en los territorios. Aunque el Ejecutivo autonómico siga adelante y funcione de manera independiente, desde luego no es lo mismo que dos socios estén felizmente unidos que exista una separación entre sus cúpulas. 

En este contexto, Mazón tendrá que llevar un doble equilibrio en el seno del Consell y con Génova, confiando en que pueda seguir ejerciendo su autonomía dentro del partido. Aunque lo cierto es que las decisiones de la dirección nacional le dejarán mayor o menor margen. De hecho, el PP se encamina hacia un debate interno profundo en el caso –ahora más cerca– de que Sánchez forme Gobierno y la legislatura sea más larga de lo esperado. En ese impasse, los populares podrían replantearse un cambio en el liderazgo de Feijóo, quien en València afirmó él mismo que, si no conseguía ganar las elecciones, no merecía ser presidente del partido. 

Paralelamente, Vox no pasa por su mejor momento tras diversas salidas, entre ellas la de Iván Espinosa de los Monteros. En la Comunitat, el PP confía en que fructifique su plan de absorción sin una intervención directa de Mazón. Pero que exista estabilidad en el Consell y que los populares logren atar en corto a sus socios resulta fundamental para todo ello.