VALÈNCIA. (EFE/María López) Los modelos contrapuestos de la relación del PP con Vox han convergido este viernes en Madrid, donde la extremeña María Guardiola, que se niega a gobernar en coalición con los de Santiago Abascal, y Carlos Mazón, que sí lo hará en la Comunitat Valenciana, han coincidido en la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso como presidenta.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ampara sus diferentes actitudes y ha vuelto a recalcarlo en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno madrileño, donde las alianzas han sido la comidilla de todos los corrillos tras las contundentes críticas de Guardiola a Vox, una formación con la que sí pactan varios de sus compañeros.
Y es que en la mañana en la que Ayuso ha jurado su tercer mandato, PP y Vox han alumbrado un nuevo pacto en Aragón, donde Vox presidirá las Cortes y se sigue negociando la conformación del Gobierno, con la aspiración del PP de gestionar en solitario, en una situación análoga a la de Baleares.
A Sol ha acudido también el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que fue el primer barón del PP en cerrar una coalición de Gobierno con Vox y que en los últimos días ha escuchado a la candidata extremeña criticar al partido de Santiago Abascal por negar la violencia machista o deshumanizar a los migrantes.
Al respecto del caso extremeño, conviven en el PP varias visiones, desde quienes defienden que Guardiola le habla a su electorado y no quiere perder el voto de centro, a los que consideran que está dejando en evidencia a los populares que sí pactan con Vox.
La dirección nacional y el propio Feijóo respaldan la postura de la extremeña, amparándose en las diferencias territoriales. En cambio, la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre ha puesto voz a los críticos al señalar que Guardiola "perjudica" al PP de cara al 23J al "decir que admite todo menos a Vox".
El acuerdo en la Comunitat Valenciana también genera visiones contrapuestas. Feijóo cree que era "inevitable", aunque señala que su modelo es el de Ayuso, el de la mayoría absoluta que no depende de Vox. Aguirre en cambio ha proclamado su "gran admiración" hacia Mazón por conseguir un acuerdo "sin dar tres cuartos al pregonero y rápidamente".
Mientras tanto, Mazón y Guardiola, los protagonistas, a los que apuntaban todos los focos, han guardado silencio y no han querido hacer declaraciones a los periodistas.
Fuentes de su entorno han defendido sus respectivas posiciones. En Extremadura argumentan que Guardiola está haciendo lo mejor para su región y aguantará las críticas sin moverse de una posición coherente con lo prometido en campaña.
En la Comunitat Valenciana destacan por su parte el deseo de cambio de la ciudadanía, harta de Ximo Puig, defienden el veto al candidato de Vox que fue condenado en 2002 por violencia machista y recalcan que su coalición con los de Abascal no les castiga de cara al 23J, donde esperan doblar sus resultados respecto a 2019.
En la dirección nacional del PP esperan que se reduzca el "ruido" por las diferentes negociaciones y asumen que puede afectar a los votantes.
Entretanto, Ayuso se ha sacudido ya la dependencia de Vox y encara su primer mandato con mayoría absoluta. Personaliza el tercer modelo, el de las "grandes victorias", al que Feijóo aspira y que como barón encarnó en Galicia durante toda su trayectoria.
Con esa posición de fuerza, la presidenta madrileña ha reivindicado la misión de capitalidad" de Madrid hacia España, ante los "peligros que aún se ciernen" en el país de cara a las elecciones del 23 de julio.