CASTELLÓ. La mejora de las exportaciones y el aumento del gasto medio en el sector del mueble no acaban de ahuyentar el fantasma de la incertidumbre. El alza de los costes laborales, de las materias primas y la energía, acompañada del posible resentimiento de la demanda tras el 'pico' post-pandemia hacen que el sector, con especial presencia en la Comunitat Valenciana y en la provincia de Castellón, contenga la respiración. Y aún así, hay algo de optimismo.
La presidenta de la Confederación de Comercio del Mueble de España Habites, Gloria Vaquer, tiene claro que "estamos viviendo tiempos complicados" y que en algunos casos "las cifras globales han sido inferiores" en el año 2022. Un entorno que ella denomina 'VUCA' -volátil, incierto, complejo y ambiguo- pero que no le impide ver una "postura positiva" en las empresas del hábitat por diferentes factores.
La inflación, como era de esperar, está siendo el principal enemigo a batir. Por una parte, porque el coste de fabricación y de transporte se ha incrementado considerablemente, y porque conllevará además una subida de los costes de personal. "Al final, todo repercute en el producto", insiste Vaquer: "Nosotros vendemos muebles pero también un servicio añadido donde la mano de obra es fundamental", explica en ese sentido.
Desde finales de 2020 que el precio del mueble no ha parado de subir: lo ha hecho más de un 10,3% en los últimos dos años, según el INE. Tendencia que, si bien sigue siendo alcista, se ha moderado en los últimos meses. "Sin embargo, el alza del precio no se justifica por estos motivos en todos los artículos", asegura la presidenta de Habites, quien encabeza la firma castellonense Vivendi Mobiliario, y que incide en que hay otros aspectos que también influyen en el precio como la innovación, "los acabados, materiales y el diseño".
"A pesar de ello, los comercios del mueble nos hemos intentado adaptar con una política de precios y servicios competitiva", explica Vaquer, que señala la "experiencia, el conocimiento y el buen trato con los proveedores" como factores clave en la "gestión eficiente" de las compras para "ofrecer muebles de calidad a un precio acorde".
Al cierre de año, la evolución es "incierta" porque según Vaquer "los parámetros de comparación van cambiando". Por ejemplo, mientras que el gasto medio en el sector se ha incrementado en un 12% sobre un ticket medio de 636 euros, la tendencia en número de clientes ha ido a la baja "ligeramente" respecto a 2021. Pero aún así, "la intención de compra se mantiene estable y el gasto previsto es de un 8% superior al año pasado".
Con todo, es difícil no pensar en una contracción de la demanda en los próximos meses por la situación económica. "El encarecimiento de la cesta de la compra dejará menos margen de maniobra a las familias", prevé la presidenta de la organización empresarial del sector. Sin ir más lejos, el Índice de Confianza del Consumidor, que tiene especial repercusión en el mercado de bienes duraderos como el mueble, se ha hundido 13 puntos en un año, situándose en los 68 puntos según los datos del CIS al cierre del año pasado.
De hecho, la crisis inflacionista se da a la par de lo que apunta a ser el cierre del capítulo que supuso el estallido de la pandemia de coronavirus. Entonces, las restricciones de movimiento y los cierres para evitar los contagios desembocaron en una subida notable en la demanda de bienes del hogar. Aquella circunstancia, que se dejó notar a lo largo de 2021, está llegando a su fin en un restablecimiento de la normalidad donde el sector ha de volver a competir con otras preferencias de gasto en las familias.
Hay algunos indicadores que anticipan cierta inestabilidad. Por ejemplo, que la producción industrial de muebles lleva siete meses de caída. Así, aunque al cierre de noviembre, la fabricación del año era un 3,4% mayor a la del mismo período de 2021, lo cierto es que el desplome de los últimos meses es notable: -1,7% en septiembre, -3,9% en octubre y -5,9% en noviembre.
"Aunque los indicadores son negativos y de frenarse algo la demanda en el 2023, lo importante es ser positivos y buscar soluciones para el cliente", explica la representante empresarial, quien aboga por aplicar lo que "nos ha enseñado el año 2020" y explotar el potencial de que las tiendas de hábitat "no solo vendemos muebles sino que somos esenciales y damos servicios para el hogar".
¿Cuáles son los principales riesgos en el sector del comercio del hábitat? "Hemos de ser ágiles e interpretar con rapidez lo que el consumidor demanda", explica Vaquer, quien subraya esta como "la ventaja del comercio de proximidad: Si no innovas, no creces; y si no creces, el futuro es incierto en tiempos tan convulsos". En ese sentido, insta a tratar de mejorar la inversión en las tiendas para que estas evolucionen "en relación al mercado", y pide al sector "ir juntos como gremio, compartir experiencias y necesidades".