Milagros, al play-off

VALÈNCIA. Milagros, a Lourdes. Y el ascenso del Levante tendrá que ser, si es, en el play-off. Los granotas ganaron ante el Oviedo en el último suspiro y, al menos, amarraron una importante tercera plaza para afrontar la promoción con un halo de ventaja. El partido tuvo de todo, desde un enfado explosivo de Orriols hasta el alivio por ver la terrorífica quinta posición demasiado cerca en el descuento. Apareció Wesley para salvar la papeleta de una cita que el Oviedo había puesto patas arriba en el segundo tiempo. Los asturianos no se pasearon por la Valencia de mayo y se adelantaron para dilapidar cualquier esperanza granota. De Frutos lo arregló pronto y el Levante acabó poniendo sonrisas al viento.

En el Ciutat pasaba demasiado poco y un estallido de la grada activó la alarma en Los Cármenes. El Leganés había anotado... en fuera de juego. Falsa alarma. Mientras, solo Montiel había probado a Braat en un disparo lejano a balón parado. Como si de un puntapié en el trasero se tratase, las sirenas de Granada espabilaron a un Levante que adelantó el reloj. Como si fuera un último suspiro: balones al área, algo más de verticalidad y una cierta e inevitable ansiedad. De ahí llegó otra oportunidad de Joni -otra vez a distancia- y un intento de despeje de Yayo que a punto estuvo de transformarse en autogolazo. 

Los de Calleja empezaron a remar con el crono en la mano y Orriols volvió a explotar de ira cuando, esta vez, el gol anulado fue en contra: un balón colgado al área había acabado con Bouldini y el meta carbayón chocando en el aire. Tal fue el siniestro que Braat hubo de retirarse en camilla y el impás acabó por congelar a los de blaugrana. No obstante, el primer tiempo cerró su telón con una idea clara: el centro lateral era vida y Bouldini, un filón a explorar. El marroquí se marchó a vestuarios con dos cabezazos. Tímidos, pero aprovechables. Lo peor, que en Granada, al descanso, ya ocurría lo que no tenía que ocurrir.

La segunda mtiad arrancó aderezada con polémica por una posible mano de Pomares dentro del área. De la Fuente Ramos no señaló y reanudó demasiado rápido antes de que Postigo probara suerte desde su casa. Esta vez fue Tomeu Nadal quien repelió y, por muy poco, evitó que Bouldini cazara el rechace. Fue la forma que tuvo el Levante de abrir boca tras la reanudación... pero el Oviedo también existía. Raúl Moro erró la ocasión más clara del partido hasta ese momento y fue para los asturianos. Los granotas empezaron a espaciarse por detrás y el canterano encontró huecos gigantescos. Otro, dos minutos después. Y gol. Justo al mismo tiempo que Bryan hacía el 2-0 a la luz de la Alhambra, Postigo se lo hacía en propia a orillas del Turia. 

Una chaval de 20 años había descosido a un Levante ya entregado y había puesto por delante a los ovetenses. La primera norma para optar al milagro se incumplía en Valencia. Y en Orriols, un manojo de nervios, resonaba una canción que hacía meses permanecía silenciada: "Quico, vete ya", entonó un estadio que volvía a enrojecer de ira. Más todavía cuando Calleja retiró del campo a Montiel, el mejor granota sobre el tapete. Y en ese revuelto de reacciones... la del Levante: De Frutos recogió un balón llovido y empaló con lo que quedaba de alma para, no sin la colaboración de una zaga que vio pasar el tanto entre sus piernas, devolver las tablas al luminoso. El dibujo del momento, eso sí, obligaba a meter seis más para el ascenso -había empate a cero en Gran Canaria-. 

Ya era una utopía, pero el Levante lo intentaba. Primero De Frutos bajando otra del cielo; después Wesley, recién ingresado, buscando el remate liberado desde la frontal. El colmo llegó con un disparo magistral de Pepelu, directo de falta, a la cruceta, y el fallo seguido de Iborra en el rechace con Nadal en el suelo. Calleja no esperó más y a falta de 10 para el final retiró al dianense, que en caso de ver una amarilla cumplía ciclo en el primer duelo del play-off. El Levante ya aceptaba su destino en promoción, faltaba pelear por un tercer puesto ventajoso: en ese momento los granotas clasificaban quintos con la victoria del Eibar y el empate en el Insular.

La habitual cara amarga de los últimos tres meses ennegrecía al paso de los minutos con una promoción abierta en casa y un viaje terrorífico a Ipurúa. Pero Wesley cambió las cosas. El brasileño anotó en el 93' para, de un plumazo, devolver al Levante a una tercera posición que el Ciutat acabó celebrando por descarte. Wesley quedó solo para rematar a puerta vacía después de que Brugui se comiera a Tomeu Nadal. De los males, el más laxo: habrá que batallar con el Albacete con el factor cancha a favor.

Ficha técnica: 

Levante UD: Femenías, Pubill (Son, m. 63), Postigo (Álex Muñoz, m. 63), Róber Pier, Saracchi, Pepelu (Édgar, m. 80), Iborra, De Frutos, Cantero (Brugui, m. 45), Montiel (Wesley, m. 63), Bouldini

Real Oviedo: Braat (Tomeu Nadal, m. 44), Luengo, Costas, Calvo, Pomares, Camarasa, Yayo (Montoro, m. 56), Bretones (Vallejo, m. 76), Ahijado, Moro (Rama, m. 76), Masca (Sequeira, m. 56)

Goles: Postigo p.p (0-1, m. 59); De Frutos (1-1, m. 65), Welsey (2-1, m. 90+3)

Tarjetas: Pubill (m. 30), Saracchi (m. 52), Montiel (m. 61), Welsey (m. 86) por el Levante; Camarasa (m. 79) por el Oviedo