TOKIO (EP). Mitsubishi obtuvo un beneficio neto atribuido de 9.300 millones de yenes (76,8 millones de euros) en el primer trimestre fiscal japonés (de abril a junio), lo que se traduce en una caída del 67% en comparación con el mismo periodo del ejercicio precedente.
Estos resultados se produjeron pese al aumento de sus ventas entre abril y junio, cuando la compañía alcanzó las 298.000 entregas en todo el mundo, un 2% más en comparación con los 2921.000 vehículos que comercializó en dichos meses de 2018.
Por su parte, la marca nipona registró un beneficio operativo de 3.857 millones de yenes (31,8 millones de euros), lo que representa una fuerte caída del 86,3%, mientras que la facturación fue de 536.164 millones de yenes (4.428 millones de euros), un 4% menos.
Además, Mitsubishi redujo un 43% su gasto en inversiones de capital durante el primer trimestre fiscal japonés, con 19.500 millones de yenes (161 millones de euros), aunque prevé incrementarlo hasta un 3%, con 142.500 millones de yenes (1.177 millones de euros) de cara al ejercicio completo (hasta marzo de 2020).
Mitsubishi aspira a lograr al cierre del año fiscal un beneficio neto atribuido de 65.000 millones de yenes (537 millones de euros), lo que supondría una caída del 51,1% respecto al año fiscal 2018-2019; un beneficio operativo de 90.000 millones de yenes (743,5 millones de euros), un 19,5% menos, y unos ingresos de 2,58 billones de yenes (21.315 millones de euros), un 2,6% más.