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contracrónica

Mucho calor, expectación y ausencias destacadas en el retorno del PSPV al poder en la Diputación

29/06/2019 - 

CASTELLÓ. Muchas eran las caras sonrientes este viernes en el retorno del PSPV (con la alianza de Compromís) al poder en la Diputación de Castellón. En medio de una gran expectación, José Martí alzaba la vara de mando ante un Salón de Recepciones abarrotado y en el que los presentes sufrieron los rigores del calor que estos días azota la provincia. Los abanicos fueron cada vez más habituales conforme avanzada el acto, que se prolongó por dos horas.

Además de la sala magna del palacio de la plaza de las Aulas, protocolo habilitó el Salón de Plenos para los numerosos alcaldes, concejales, militantes, familiares y demás allegados que se acercaron a presenciar el cambio de color político en la institución. Incluso fue necesario disponer varias sillas en el hall, donde también se ubicó un televisor, para dar respuesta a la expectación creada. 

Todos pudieron seguir así en vivo un acto celebrado casi íntegramente en valenciano. Solo la portavoz de Ciudadanos, Cristina Fernández, realizó su discurso en castellano, mientras en las tomas de posesión únicamente utilizaron esta lengua cinco diputados del PP. La mayor parte de los 27 nuevos integrantes de la corporación provincial optaron por prometer su cargo y solo los 11 representantes del PP, Domingo Vicent (Ciudadanos) y Xaro Miralles (PSPV) juraron sobre una Constitución española que fue el único libro sobre una mesa en que no aparecieron ni la cruz ni la Biblia, que nadie reclamó.

"Promet, per la meua conciència i honor, complir fidelment amb el càrrec de diputat, amb lleialtat al rei, acatament de l'Estatut d'Autonomia i guardar i fer guardar la Constitució com a norma fonamental de l'Estat" fue la fórmula utilizada por Martí, el primero en prometer como diputado por ser el mayor. Con él, María Jiménez, también socialista y alcaldesa de Orpesa, formó la mesa de edad. Ignasi Garcia, de Compromís, fue el único que añadió al inicio la fórmula "per imperatiu legal". 

Ni Benlloch ni Fabra

A pesar de la expectación, que llenó la Diputación, hubo ausencias destacadas. Desde el equipo de gobierno de Vila-real solo asistió Diego Vila y destacó la ausencia de su alcalde José Benlloch, nombrado en numerosas ocasiones por su grupo e incluso por el nuevo presidente debido a que fue portavoz del PSPV en el último mandato. Aunque la explicación oficial del consistorio es que Benlloch tenía que clausurar una jornada sobre Avalem, a nadie escapa el descontento del munícipe de la Plana Baixa por haberse quedado fuera del equipo de gobierno de la corporación. Desde Vila-real acudió también Josep Pasqual Sancho, que estuvo al lado de la número 2 de Compromís en la ciudad, Mari Parra

Entre las ausencias, también destacó la de Toni Lorenzo, otro de los últimos portavoces socialistas en el palacio de las Aulas y también muy nombrado por sus compañeros de partido. Sí estuvieron otros exportavoces del PSPV, como Enrique Navarro, Francesc Colomer y Ximo Puig. El president de la Generalitat, que se fundió en un abrazo con Martí, se congratuló de la "alternancia democrática" en la institución, que calificó de "positiva" para "mejorar la vida de las personas". Además, destacó el papel que la Diputación "para atender el territorio y dar respuesta a retos tan importantes como la despoblación".

La presencia de Joaquín Farnós, el único expresidente que acudió al Salón de Recepciones y que salió acompañado por la diputada popular y alcaldesa de Benicàssim Susana Marqués, hizo patente la ausencia de otros anteriores mandatarios. Carlos Fabra, que hubiera acaparado muchos flashes, no se dejó ver por los salones en que llegó a marcar una época, como tampoco Francisco Solsona, con algunos problemas de salud y a quien Martí mandó "un recuerdo emocionado y afectuoso". 

En el acto también hubo muchas palabras de reconocimiento para Javier Moliner. El presidente saliente tuvo un hueco en los discursos de todos los grupos, excepto de Compromís, que reconocieron su labor en pro del consenso. Moliner fue uno de los primeros en dejar el palacio provincial. Poco después, el ya expresidente se despidió de la vida pública con una comida con su equipo de confianza en la institución. 

No participó así en los corrillos posteriores a la toma de posesión que se formaron en la planta baja de la Diputación en una jornada histórica para el Partido Socialista. 

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