VALÈNCIA. Las historias de Babette, Papusza, Rosario Castellanos, las brujas de Salem y Maggie O’Farrel -entre otras mujeres ilustres- tienen mucho más en común de lo que parece. Todas ellas han vivido situaciones de precariedad, han tenido que pelear por sus vidas y su obra o creación se ha puesto por debajo de la de los hombres. Todas ellas también forman parte de ¡Mujeres, mierda!, un libro que funciona a modo de genealogía en el que María Teresa Andruetto, respaldada por Comisura Ediciones, descubre el relato y la residencia de las mujeres protagonistas de la historia de la humanidad.
En este libro, lleno de relatos tan personales como “ordinarios”, se descubre el día a día de estas mujeres, su situación de soledad y cómo se desbancan de todos sus problemas para formar parte activa de la historia. Las protagonistas, minuciosamente estudiadas por Andruetto, cuentan esta historia en primera persona navegando entre la ficción y la realidad. “En el libro hablo de lo que supone ser mujer en este mundo, hablo de mujeres que ascienden y descienden en la escala social, mujeres disidentes que se han abierto un camino a pesar de lo que les cuesta”, apunta Andruetto, “entreno la mirada y la pasión que tengo por ellas para recuperar su historia, para contar quienes son y cómo en algunos casos su manera de vivir les podría haber costado la muerte”, apunta la autora.
Con breves historias, en las que analiza la vida de estas mujeres, consigue poner el foco en la diversidad humana, para poder hablar de lo que supone ser mujer en el mundo y para hacer que sus relatos luchen contra el olvido. Nombrando un ensayo de Irene Vallejo, este libro se convierte en “un instrumento de la defensa contra la fugacidad y el olvido”, que para Andruetto va de la mano con su motivo de celebración y protesta. Esto se compone con una extensa base de investigación y también de la “lectura del desecho” de la que descubre a nuevos perfiles: “Además de libros investigo artículos periodísticos y demás “desechos virtuales”. Cuando encuentro un nombre que me interesa sigo tirando del hilo para averiguar la historia de esa persona”, que si le cautiva se incluye en sus escritos.
Entre relatos de cotidianidad, peleas entre las protagonistas y análisis de sus conversaciones la autora consigue construir sus perfiles a través del archivo, su imaginación y una serie de datos reales que pueden acercar al lector a estas mujeres protagonistas. Tal y como lo explica Andruetto el libro, que busca dar vida y luz a sus historias, sirve también para acercar su perfil y anecdotario al público que tal vez no las conoce: “Trabajo para condensar toda la información que tengo de ellas, las ideas que las construyen. Intento visualizarlas en su complejidad y verlas de distintas maneras porque cada una tiene su complejidad”, apunta la autora, que mezcla este análisis con el archivo que maneja. “de setenta páginas de archivo intento quedarme en tres y de estas intento construir los perfiles”. Estos treinta y nueve relatos, a su vez, se van intercalando con las fotografías de Andrea Modica, que le dan una lectura única a los textos.
“Con la escritura busco ir quitando y quitando polvo hasta quedarme con lo esencial y atractivo para el lector y la lectora”, apunta Andruetto. Algunos relatos, como el de Babette o el de las brujas de Salem, pueden ser más conocidos por el lector, y otros ayudan a contar la historia de los perfiles más desconocidos, algunos a los que Andruetto se acerca personalmente. En uno de los relatos -En la yema de los dedos- la autora se atreve a incluir en su listado de imprescindibles a Teresita Gómez, una pianista casi prodigio de Medellín que hizo su primer concierto solista a los 10 años. Para conocer su relato, en términos de investigación, Andruetto recurre a quienes la conocen para incluirla en su libro.
“Teresita es una mujer y pianista colombiana excelente. La conocí en unos de mis viajes a Colombia y a través de entrevistas. También por alguien que le había conocido personalmente y que pudo contarme parte de su historia”, recuerda su tocaya, “me gusta tener esa información de diferentes maneras y me gusta pensar que planto en el lector una semilla para intentar analizar y comprender a mis protagonistas”. Con el libro, una de las ideas clave, es que el lector se sienta motivado a investigar sobre los perfiles que se esconden entre las páginas. Andruetto escribe su breve carta de presentación con la que cree que "deben ser recordadas".
A modo de crítica, entre los capítulos de ¡Mujeres, mierda!, se cuela constantemente el azote de un sistema capitalista contra el que “hay que ondear la bandera de la disidencia”, que para Andruetto se pinta con la sensibilidad, la fortaleza y con todas esas mujeres (¡mierda!) que logran hacer del mundo un espacio en el que la lucha y la escritura van abriendo el camino.