Foto: Rober Solsona/EPVALÈNCIA (EP). Los cítricos valencianos ya cuenta con una marca propia --'Naranja valenciana-- que permitirá identificar fácilmente en los puntos de venta desde la próxima semana los productos cultivados en la Comunitat Valenciana con una etiqueta.
Además, la Generalitat, junto al Consell Regulador IGP, pondrá en marcha una campaña de promoción de los cítricos valencianos con el lema 'Tria sentiment', que se desarrollará primero en la Comunitat para después extenderse al resto de España --estas dos primeras fases con una inversión de medio millón cada una-- y el año que viene a países de la UE. La marca está diseñada por el estudio Lavernia & Cienfuegos y la campaña de publicidad ideada por AGR Food Marketing.
El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha presentado este martes esta nueva marca, registrada por el Consell Regulador IGP Cítrics Protegits, y la campaña con la que se quiere conseguir un "nuevo renacimiento" de los cítricos valencianos.
Al respecto, ha señalado en el acto que estamos ante "una gran oportunidad" porque, a pesar de que hay que mucha oferta de frutas que hacen la competencia, "tenemos un producto que une calidad, sabor y beneficios nutricionales" y de hecho ha señalado que en muchas partes del mundo, como Singapur, a las naranjas se les llama 'valencianas'.
En concreto, esta iniciativa promocional persigue dos objetivos: aumentar el consumo de naranja y reforzar la identificación de la naranja con la Comunitat Valenciana para que al final "se consiga que el agricultor valenciano pueda vivir con dignidad". De hecho, el territorio valenciano cultiva el 2% de los cítricos en el mundo y concentra el 14% de la exportación global.
De este modo, Puig ha resaltado que los cítricos forman parte de la identidad de la Comunitat y representan "los mejores atributos de la sociedad valenciana, que son el esfuerzo, el trabajo, la calidad y la voluntad de fraternidad".
Respecto a si han consensuado con las grandes superficies habilitar espacios específicos para la naranja valenciana, ha señalado que le gustaría que tuvieron un espacio propio, pero ha aclarado que depende directamente de las grandes distribuidoras. "Habrá cadenas que lo hagan otras que no, y queremos que se sumen también el pequeño comercio", ha apuntado.
Puig ha recalcado que "el sector de la citricultura ha tenido sus épocas" y para conseguir que el campo valenciano aumente su rentabilidad "solo hay una vía": "La unidad". Por ello, ha animado a todo el sector a que se sumen a esta campaña y que se involucre también el sector privado, desde agricultores, cooperativas y comerciantes.
Asimismo, el presidente de la Indicación Geográfica Protegida "Cítricos Valencianos", José Barres, ha señalado: "Se pueden producir naranjas y mandarinas en cualquier parte, pero el sabor de las de aquí en ninguno". Por ello, ha recalcado que hay que "recuperar el prestigio y que los mercados lo reconozcan y los consumidores las demanden".
En ese sentido, ha agradecido a la Generalitat apoyar esta iniciativa que y ha recalcado que estas acciones "deben tener un retorno al productor para que reciba un precio justo". Así, ha destacado que la citricultura "forma parte de nuestros paisajes y entramados económicos" y ha recordado que "los agricultores son el primer eslabón de una gran cadena que no podemos permitir que cambie": "La Comunitat Valenciana está ligada a la citricultura que debe seguir pasando de padres a hijos y para ello la ciudadanía debe pedir la naranja valenciana".
Por su parte, el catedrático de la Universitat Politécnica de valència (UPV), Manuel Agustín, ha destacado que la investigación en citricultura en la Comunitat Valenciana es "pionera" y de "gran calidad".
En ese sentido, ha resaltado algunas de los resultados obtenidos por el IVIA (Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias) que se han "copiado" en todo el mundo como los tratamientos contra la tristeza de los cítricos, que han acabado con millones de árboles en todo el mundo, las tablas nutricionales que requiere cada plantación en función de sus características o adaptar la recolección a las necesidades del mercado sin perder calidad la fruta.
