VALÈNCIA. "No entiendo el cese de Nuria Montes como consellera. Sus palabras fueron desafortunadas y con falta de empatía, pero ha sido la única que ha pedido perdón", subraya Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV). Así valora el líder de la patronal valenciana uno de los dos únicos ceses de la primera línea del gobierno valenciano en relación con la gestión de la Dana.
En esta segunda parte de la entrevista con Valencia Plaza, Navarro analiza la gestión de la tragedia, que se ha cobrado la vida de más de 220 personas, al tiempo que reclama unidad y coordinación a las Administraciones, tanto Estatal como autonómica, para liderar la reconstrucción. "Tenemos que remar todos en la misma dirección", remarca.
-En una de las primeras versiones sobre dónde estaba el jefe del Consell, Carlos Mazón, en las horas previas a que se desataran las inundaciones del pasado 29 de octubre se dijo desde el equipo del 'president' que había comido con usted, algo que usted mismo desmintió. ¿Cómo se sintió?
-Al principio no lo valoré. Me llamaron tres periodistas de Madrid, preguntándome por este hecho. No le di más importancia, pero el cuarto que me llamó fue más incisivo. Yo le decía que no, que no había comido con el presidente. No entendía nada, pero este periodista me insistía en que yo había estado con el 'president' a las 15 horas, pese a que le dije que había estado con él hasta las 14.45 horas porque tuve, junto a los sindicatos, una reunión sobre presupuestos. Me fui antes y dejé a los sindicatos atendiendo a un medio de comunicación. Yo quería hablar con los sectores empresariales antes de tomar una decisión y, por tanto, no quería hablar y me fui. Cuando le dije al periodista que mirara la agenda de Presidencia me contestó que la habían borrado. Por tanto, hablé con el equipo de comunicación de Presidencia y les dije 'oye que me están llamado varios medios...' Yo hice mi papel.
-En cualquier caso, usted se reunió con el 'president' al mediodía. ¿En aquel momento, había sensación de que algo ocurría?
-Recuerdo que el 'president' vino después de visitar una empresa sanitaria. Venía con la preocupación de que un historial clínico de un paciente de Dénia no se puede trasladar a otro de Llíria. Después, entramos en el tema de presupuestos y ya no comentamos nada más.
-¿Cree que Carlos Mazón debería dimitir?
-Esa es una opción personal que tenía que haber tomado él y no la ha tomado. Por tanto, si no se ha tomado, aquí lo que hay que hacer es trabajar todos juntos: las administraciones local, autonómica y estatal junto a las organizaciones empresariales y los sindicatos. Después de este mes de cabreo, hay que solucionar todos los temas y necesitamos unidad en todos los términos. Creo que los empresarios estamos bastante mejor organizados y avenidos. También, son importantes los territorios como Alicante, que está dando un gran apoyo a Valencia; Castellón y Valencia. Por tanto, tenemos que remar todos en la misma dirección. Repito, después de todo lo acontecido, debemos trabajar en conjunto y en común porque cada uno tiene una obligación. Las organizaciones empresariales tenemos que defender nuestros intereses y trabajar con las Administraciones con lealtad y eso significa ser crítico también.
-¿Y ha echado en falta alguna dimisión en el Gobierno Central?
-Lo que he echado en falta es que está a 350 kilómetros de distancia, que de vez en cuando vienen, pero creo que no somos capaces de trasladar la situación de lo que hay. Creo que el Gobierno sigue pensando que como somos Valencia y Comunitat Valenciana somos poco reivindicativos y que saldremos adelante como hemos salido en muchas ocasiones. Pero aquí hay gente que sale tocada.
-Uno de los pocos ceses que ha provocado la Dana ha sido el de la consellera de Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes. ¿Qué opina? ¿Y de su gestión?
-Fue la única persona que pidió perdón. El sector empresarial estaba muy cómodo y a gusto con la consellera. Venía de nuestra organización, de la patronal hotelera, que está en nuestra junta directiva. Por tanto, la gestión que ha hecho y el compromiso que tenía con, por ejemplo, quitar la tasa turística, se consiguió porque finalmente se aprobó. Tenía nuestro mismo lenguaje porque no viene del ámbito político, sino ejecutivo y más profesional. Que se le cese por unas palabras, que es cierto que le faltó empatía, pero con la situación que había y que, por cierto pidió perdón, hombre, que fuera la primera en cesar, yo no lo he entendido. Se equivocó en las palabras, sí, pero, ¿la primera en cesar?
-¿Qué le parece el nombramiento de Marián Cano?
-La nueva consellera viene de nuestros órganos de gobierno y conoce la realidad empresarial. Además, no es política, sino ejecutiva porque viene de una organización nacional como es el calzado y también tenemos el mismo lenguaje que teníamos con Montes. No obstante, nos duele que por cuestiones políticas se haya cesado a la consellera.
-¿El Gobierno debería haber intervenido y tomado el mando de la situación dada la magnitud de la catástrofe?
-Esto es una reflexión importante que traslado a la situación de polarización actual. No sé si tenía que haber intervenido o no, pero, posiblemente, si se hubiera hecho políticamente se hubiera montado un 'cristo'. Si lo haces por activo, mal y si lo haces por pasivo, mal. Lo digo como ciudadano, no como presidente de la CEV. No sé si el Gobierno tendría que haberlo hecho o no, pero si lo hubiera hecho, que recuerdo que es lo que pidió Feijóo al día siguiente, se hubiera montado un pollo impresionante. Creo que la política debe reflexionar sobre el papel que está ejerciendo en la sociedad porque existe decepción.
- ¿Entiende, por tanto, la indignación de la sociedad civil ante la Dana? ¿Cree que la clase política ha perdido credibilidad?
-Entiendo la indignación social no interesada. Es decir, entiendo la indignación del comerciante, del ciudadano, de alguien que ha perdido a un familiar... Nosotros hemos perdido a Miguel Burdeos, entre otros, que era nuestro vicepresidente. Y, por tanto, entiendo la indignación porque posiblemete si se hubieran hecho las cosas con una cierta normalidad, hoy Miguel estaría vivo porque habría tomado la decisión de no irse, o de quedarse, pero ya sería una decisión suya porque estaría avisado. Pero no estuvo avisado por nadie. Entonces, entiendo la indignación social, pero no la interesada/utilizada porque hay intereses. La política debe estar al servicio de los ciudadanos y muchas veces está más al servicio de los propios partidos políticos.
De hecho, esta indignación la hablamos con la Casa Real, que creo que en esta ocasión ha ganado y ha arriesgado mucho, pero siempre ha tenido una imagen muy positiva. Cuando estuvo El Rey se le dijeron muchas cosas, pero esto es una democracia y este es el sistema, pero el sistema hay que cambiarlo. Las empresas necesitamos certidumbre y seguridad jurídica porque no puede suceder lo que pasó con la segunda alarma. Aquel día, de repente, me llamó una gran empresa para decirme que a las 20 horas enviaba a sus trabajadores a sus casas hasta al día siguiente a las 14 horas. En esa segunda alarma no pasa nada y a las 8 horas del día siguiente hay un sol espléndido, el Cecopi no se reúne hasta las 10 horas y no se toma una decisión hasta las 12 horas. Eso genera incertidumbre porque afecta a las empresas.
-¿Cree que con otro tipo de gestión se hubieran salvado vidas?
-Por supuesto. Estoy seguro. Aquí en la CEV hubo gente que a las 19.30 horas se fue a su casa a Picassent y nadie le paró en la Pista de Silla, bueno sí, el agua. Con otra gestión, entiendo que sí. Esto es así. En cualquier caso, no lo diré yo, sino que ya dirá la justicia lo que tenga que decir porque normalmente esto acaba en la justicia.
-¿Ha faltado autocrítica por parte del Gobierno y la Generalitat?
-Claramente.
-Ha apelado a la necesidad de colaboración entre administraciones, pero con la polarización y la bronca actual, ¿cómo se consigue esa unidad?
-Están en el fango, cuando deberían de ayudar precisamente a quitar el barro que hay por ahí. Todos, gobierno y oposición.