Todos van dando vueltas al golpe de Estado en Níger. La reacción del mundo Occidental ha sido más airada que en otras ocasiones, respecto a los habituales conflictos intestinos en el continente africano. Que si es una ex colonia francesa, que si exporta uranio, que si el grupo Wagner andaba por allí. Pero lo importante es que en el verano del Año III d. C. -después de la Covid-, China debía poner en funcionamiento el oleoducto que permitiría a Niger exportar su producción de crudo.
Níger se convirtió en productor de petróleo en 2011, cuando el yacimiento de Agadem comenzó a producir merced a la compañía formada por el Gobierno ahora derrocado y PetroChina, que posee el 60% tres una inversión de 4.000 millones de dólares. Como parte del acuerdo, el inversor estatal chino invirtió en la construcción de la refinería SORAZ, cerca de la frontera con Nigeria.
Putin estaba ocupado con la II Cumbre Rusia-África celebrada en San Petersburgo el 27 y 28 de julio, donde prometió todo el grano del mundo “ByTheFace”, cuando el jefe de la guardia presidencial de Níger se hizo ese día con el poder en la capital nigerina, Niamey, reteniendo al presidente Mohamed Bazoum en palacio. Se da la casualidad de que Níger es uno de los cinco países africanos que no ha participado en la Cumbre, de entre los 49 presentes.
La Unión Europea (UE) y el resto del bloque Occidental se han apresurado a condenar el golpe, mientras el ya ex Presidente Bazoum, elegido en 2021, cedía a las presiones militares y firmaba su dimisión. El Alto Representante de la UE, Josep Borrell, fue contundente al declarar que “Europa está dejando de apoyar a Níger después del golpe” y anunció el “cese inmediato del apoyo presupuestario”. Se acabó la ayuda a la cooperación en uno de los países más pobres de África y del mundo.
Precisamente, las amenazas se daban en un momento en el que Níger era un aliado estratégico para los países europeos en la lucha contra los grupos militantes islamistas en el Sahel, como ocurrió hace poco en Burkina Faso y en Malí, ambos con repetidos golpes de Estado que han expulsado la presencia del ejército de la UE del país. En el último caso, a través de su EUTM (European Union Training Mission).
¿Que había intereses franceses? Vale. Níger también es un proveedor crucial de uranio para los 56 reactores nucleares de Francia. Por eso Emmanuel Macron avisó a la Junta Militar de que “cualquiera que ataque a ciudadanos franceses, al ejército, a diplomáticos o puestos de avanzada franceses verá a Francia tomar represalias de inmediato y sin pueden incluir el uso de la fuerza” contra la junta que orquestó el golpe.
Las miradas occidentales apuntan a Rusia, como los misiles aliados instalados en Kiev… Ha habido especulaciones sobre la influencia de Rusia en el golpe, pero sería una acusación muy burda, acomo la del sabotaje del Nord Stream I y II, que han dejado a Europa sin apenas suministro de gas y a Rusia sin un arma decisiva para imponer su influencia en el conflicto con Ucrania. Demasiado naïf, máxime cuando Moscú intenta congraciarse con el continente africano por el asunto del bloqueo a la salida del grano ucraniano por el mar Negro.
¿De verdad a Putin le interesa enemistarse con su amigo Xi Jinping, cuando China está a punto de sacar rédito de su importante inversión en el oleoducto nigerino? Recordemos la fecha: en septiembre se iba a abrir la espita del canal para comenzar a exportar los barriles de petróleo, en un enorme país sin salida al mar.
¿De verdad Bruselas se va a poner “estupenda” con la Junta Militar nigerina mientras ésta blande la espada de Damocles de la inmigración subsahariana sobre su cabeza? Recordemos al grupo extremista islámico radical Boko Haram, que operaba en el norte de Nigeria -frontera con Níger-, desde mediados de 2010 y su terrorismo extremo. Nigeria es su salida al mar. Migrantes de 15 naciones africanas transitan por Níger en su ruta hacia el norte de África y Europa. Y China lo sabe…