grand place / OPINIÓN

¡No estoy!

20/06/2023 - 

Al parecer, no eran “cuatro en un taxi” las mujeres feministas con memoria a la hora de votar. Estaban ahí, pese a que muchos prefirieran no verlas. Así describía meses atrás al feminismo radical -con el apellido de tránsfobas- el líder de Podemos, Pablo Echenique, desde su cargo institucional en el Congreso de Diputados. El final de fiesta fue el 26 de mayo, cuando la policía intervino en el mitin de cierre de campaña de Irene Montero y desalojaba a un grupo de feministas con consignas y lemas que decían: 'Consentir no es desear', 'Abolición de la prostitución’. Las echaron al grito de “transfobia”.   

Sin entrar en análisis sociológicos ni jurídicos, vengo a recordar la posición contraria del movimiento feminista español ante las políticas del Ministerio de Igualdad, que ha dejado de lado la lucha contra la violencia machista para dedicar su orgullo y empeño a un único logro: la aprobación de la Ley Trans. 

Y reproduzco aquí, con permiso, las palabras de Puri Liétor, hace una semana en Crónica Libre, sobre la importancia de las políticas de igualdad basada en el sexo, algo que choca frontalmente con la ley Trans, al negar la realidad biológica de la especie humana como binaria y borra el significado de ser mujer. Esta cuestión tan simple deja en el limbo la desigualdad intrínseca del sistema patriarcal, que basa en el sexo la discriminación de las mujeres. 

Dice Puri Liétor: “La interiorización de esos arquetipos comportamentales es lo que alimenta la violencia que sufren las mujeres, porque esos arquetipos reflejan una asimetría jerarquizada en función del sexo, y ésta es una realidad que queda recogida en otra ley orgánica cuya implementación también ha quedado marginada durante la vigente legislatura, la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (ley que se aprobó a pesar de los votos abstencionistas del PP)”.

La voz de alarma la han dado en los medios y en las redes ante el auge de la extrema derecha, muy pronto en el Gobierno de la Generalitat Valenciana, y su anuncio del fin de la violencia machista, como si negarla hiciera que desapareciera. Los niños de dos años se tapan los ojos y exclaman: “No estoy”. VOX así lo ha anunciado en Valencia. Ni quiere verla ni que la vean. 

“Allí será el lloro y el crujir de dientes”, decía Mateo 13:50 RVR1960, cuando nos echaron “en el horno de fuego”. Por eso, desde el Lobby Sòriques están haciendo rodar por redes y grupos de WhatsApp un documento para firmar, en el que las mujeres progresistas -vulgo, de izquierdas- se comprometen a no tirar su voto a la basura y votar a las grandes fuerzas a este lado del espectro político-electoral. Se pretende con ello gritar lo de “que viene el lobo”, cuando el lobo ya ha llegado.  Austrias. Foto: RL  

El llamamiento es simple: “Hace unos días nació la propuesta de hacer campaña de movilización del voto progresista entre las mujeres, que tenemos mucho que perder en un gobierno de mayoría de derechos y extrema derecha. Os dejo el documento para firmar”. Reproduzco parcialmente también aquí el documento, cuya firma no implica nada más que una declaración de intenciones, sin ninguna validez jurídica ni personal, dado que el voto es secreto.  

“MANIFIESTO MUJERES POR EL VOTO PROGRESISTA. El cambio político que puede suceder el 23J en el Gobierno de la nación y el que viviremos en la Comunidad Valenciana en razón de los recientes resultados electorales, causará sin dudas graves perjuicios a las mujeres. La derecha y sus aliados no se caracterizan por su vocación igualitaria. No retrocederemos en nuestra tarea para garantizar para las mujeres una vida digna, con empleos de calidad y remunerados con justicia. Queremos que la coeducación sea una realidad en los centros de enseñanza donde se enseñe a convivir con respeto. Sobre todo, exigimos que se mantengan e incrementen los recursos para la lucha contra las violencias machistas, contra los asesinatos de las mujeres por el hecho de serlo. Por todo ello queremos dar a conocer la gravedad de la encrucijada en la que nos encontramos y pedir a todas las mujeres que el 23J vayan a votar a aquellas opciones políticas progresistas capaces de garantizar que los derechos conseguidos con tanto esfuerzo no se pierdan.”

“Me llena de orgullo y satisfacción” pensar que este llamamiento al voto de las mujeres es consecuencia del llamamiento del feminismo radical al voto de castigo contra las políticas del Ministerio de Igualdad. Es decir, ¿de verdad creen que ha sido la abstención a la que han clamado las feministas por las redes tras la aprobación de la Ley Trans? Aunque la correlación no fuera exacta ni real, ello demuestra que el miedo existe, es decir, que cada voto cuenta, también el de las mujeres, vaya…

La razón de ese temor también se oye por la redes, cual ronroneo gatuno, sin demasiada alharaca. “Cuando se niega la realidad biológica, y se construye un mundo ideológico y emocional basado en las propias manías, sin ningún contacto con la realidad cualquier aberración es posible si tienes los instrumentos del poder para imponerlos”, decía un twitero. ¿Recuerdan la fiesta drag de inicio de campaña de Podemos en Madrid? ¿Recuerdan a Compromís metiendo con calzador al drag queen Chorizza May en las listas de Guadassuar? ¿Qué podía salir mal?

Y recuerdo aquí el Plan Diversistas, que le explotará en la cara a la alcaldesa del PP del Ayuntamiento de Valencia, María José Català, -pese a su voto en contra- cuando aumenten exponencialmente los abusos sexuales en vestuarios y baños de las instalaciones municipales de la ciudad. Este Plan, aprobado poco antes de las elecciones autonómicas y municipales, “propone toda una batería de medidas para la inclusión de las personas LGTBI en las políticas municipales”. Eso dice, pero lo explicó mejor Amparo Domingo, representante para España de Women's Declaration International,  que intervino en el pleno para pedir “que el plan tenga en cuenta los derechos de las mujeres, incluyendo su seguridad y protección”.

Domingo advirtió de que el Plan Diversitas prevé que la conducta de travestismo “hará merecedores a los varones travestidos de la consideración legal de mujer dentro del término municipal y les dará acceso a todos los espacios anteriormente segregados por sexo, como por ejemplo a los puntos violeta donde se atienden a las mujeres víctimas de violencia sexual”. Y explicó que "se habilitarán baños, vestuarios y duchas donde puedan acceder todas las personas 'sin tener que especificar su sexo o género’”.

Siguen rugiendo las redes: “De nada se dan cuenta porque no tienen ninguna conexión con el mundo de los hechos. El encumbramiento del subjetivismo es la marca de la actual izquierda reaccionaria y estéril”. Lo dicen hombres y mujeres: “Hay que presionar a la izquierda para que haga política de izquierdas. Si no, todo lo que hacen es dar votos a la derecha. Algunas de las barbaridades que cuenta la derecha sobre la izquierda son ciertas. Los errores de la izquierda dan oxígeno a la derecha y extrema derecha”.

Y lo recuerda también el periodista Antonio Zardoya en su columna de opinión, en Valencia Plaza: “Más importante me parece, y me corroe la duda, es saber hasta qué punto el pos-feminismo queer, el de Podemos, ha contribuido a exaltar los ánimos de la caverna”. Ya era hora de que se escucharan estas voces, canceladas o silenciadas en los últimos años en medios de comunicación e instituciones académicas. Y aprovecho para recordar la presentación del libro “Cancelado”, de Carmen Domingo, el jueves 29, en la librería Ramón Llull de València. 

Y, para que no se nos olvide, seguimos en guerra. Año III d.C.- después de la Covid-.

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