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El Billete / OPINIÓN

Noqueados

Foto: EFE/J. PEDRO MARTÍNEZ
8/12/2024 - 

Entre junio de 2010 y diciembre de 2012 el grueso del sistema financiero valenciano compuesto por Bancaja, CAM, Banco de Valencia y Ruralcaja se diluyó como un azucarillo en fusiones y adquisiciones por un euro orquestadas desde el Banco de España en connivencia con los sucesivos gobiernos de Zapatero y Rajoy, sin que las fuerzas vivas valencianas, medio muertas, hicieran otra cosa que lamerse las heridas. El "poder valenciano" del que veníamos hablando desde que Zaplana lo elevó a desiderátum político y social quedó retratado en un marco vacío.

La no comparencia del poder político valenciano no se debió solo al proverbial meninfotisme autóctono, sino también a la parálisis provocada por los escándalos de corrupción. En mayo de 2010, el Tribunal Supremo había reabierto la pieza de los trajes en la que estaban imputados Francisco Camps y Ricardo Costa, quien en octubre de 2009 había sido destituido como secretario general del PPCV al hacerse públicas las primeras sospechas de financiación ilegal del partido. En esas condiciones, la fuerza que el Consell podía tener para plantarse ante MAFO –Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el siniestro gobernador del Banco de España–, o ante ZP eran nulas porque no iba a contar ni con el apoyo de Rajoy.

Tampoco estaba para peleas estériles Alberto Fabra, aterrizado de emergencia en el Palau en plena canícula de 2011 tras la dimisión de Camps. Con el poder político noqueado y el empresarial ocupado en salir de la crisis, MAFO envió a un tal Iturriaga primero a Alicante y luego a Valencia a mangonear sin oposición alguna hasta que no quedó nada.

Foto: EP/EDUARDO MANZANA

En parecidas circunstancias se encuentra ahora el Consell de Carlos Mazón, debilitado por su gestión durante y después de la Dana, con un president cuestionado en sus propias filas que huye de los focos. El viernes 13 se le espera en Santander en la 27ª Conferencia de Presidentes en la que se hablará de financiación autonómica, migración, vivienda y sanidad. Con tantos problemas sobre la mesa y veinte participantes, la Conferencia parece condenada al fracaso.

Si ya es difícil hacerse oír en este tipo de foros, Mazón lo va a tener imposible porque su voz ya no es una voz relevante. Tampoco es  un referente autonómico para Núñez Feijóo, que el Día de la Constitución, preguntado sobre si el president será candidato a la reelección, se lavó las manos y dejó su continuidad en manos de "los vecinos". Mazón tendrá su protagonismo en la Conferencia pero no por lo que tenga que decir sobre los asuntos tratados sino por estar allí mientras todos se preguntan por qué no ha dimitido.

La prioridad del Consell es la recuperación mientras trata de presentar al Gobierno de Pedro Sánchez como corresponsable de la tragedia y como rácano en las ayudas a los damnificados. La prioridad de Mazón es su propia supervivencia política. Para el resto de batallas no está.

Así se explica el silencio ante el gol que nos metió el otro día Sánchez a propósito del nuevo impuesto a la banca. Como contamos en este periódico, una enmienda pactada entre PSOE y Junts dispone que el dinero recaudado por ese impuesto a partir del 2025 será para las Comunidades Autónomas y se repartirá entre ellas en función del PIB. Es el sueño húmedo de los nacionalistas catalanes, que nunca había sido aceptado porque ese reparto beneficia a las CCAA más ricas, sobre todo a Madrid y Cataluña, y perjudica a las menos ricas, la primera Andalucía y la segunda la Comunitat Valenciana.

Foto: EFE/BORJA SÁNCHEZ-TRILLO

Con este sistema, Madrid y Cataluña se repartirán casi cuatro de cada diez euros recaudados cuando su población representa el 29% del total. Quince años protestando por el sistema de financiación autonómica sin ningún resultado y otra vez –no es la primera– los valencianos volvemos a salir apaleados en un reparto autonómico de fondos.

Es lógico que la madrileña Díaz Ayuso no haya protestado y que sí lo haya hecho el andaluz Moreno Bonilla. Lo que no es lógico es el silencio sepulcral de la Comunitat Valenciana como si no fuéramos a perder más de 30 millones de euros al año. Tampoco lo es el voto a favor de Compromís por su doble condición de partido valenciano y de izquierdas. Pero ahí está, para completar el absurdo, el apoyo de PSOE, Sumar, Podemos y EH Bildu a una medida que no puede ser más regresiva: dar más a quien más tiene.

En la próxima manifestación Per un finançament just sumaremos este nuevo agravio y nos preguntaremos cómo nos la han vuelto a colar. Pues porque no había nadie pendiente ni había nadie al mando, como el día de la Dana.

PS: Salvador Gomar no solo es el mejor de los tres candidatos a presidir la Real Federación Española de Fútbol sino que, además, es valenciano, por lo que su elección mejoraría el exiguo poder valenciano en la capital del Reino. Si fuera catalán o vasco, los poderes económicos, políticos y sociales catalanes y vascos ya se habrían activado para mover hilos. Sospecho que los valencianos ni se han enterado.

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