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en la frontera / OPINIÓN

Nubes negras, tirando a muy negras

10/11/2024 - 

Si el día de autos de la riada, ya han pasado doce, la Generalitat hubiera lanzado alertas masivas a primera hora a los móviles de los ciudadanos de la Ribera Alta y l'Horta Sud/Albufera, sin olvidarnos de Requena, ¿se hubieran salvado vidas? Posiblemente muchas. A primera hora o al mediodía. Lamento ser tan crudo. Pero nadie envió nada hasta pasadas las 20 horas del fatídico 29 de octubre, cuando la gente ya se estaba ahogando. ¿En ausencia de reacción del Consell podría haber decretado el Gobierno de la nación, esas alertas, incluido el cese de toda actividad? No entro siquiera en el debate (falso) de la declaración del Estado de Emergencia: una trampa para que nos enredemos todos y acabamos enloquecidos. Entro en el Estado de la Lógica.

Pero claro, ¿cómo se iban a mandar una alerta masiva si la consellera del ramo, Salomé Pradas, no sabía ni que existía la aplicación de móvil correspondiente, "ES-Alert"? O si lo sabía pensó que no estaba operativa en la Comunidad Valenciana aunque su partido presumió de ello tras las últimas elecciones autonómicas. Es evidente que la Conselleria de Interior y Justicia se ha convertido en la Conselleria de Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio. O de Mortadelo y Filemón: más 200 cadáveres encima de la mesa.

Mazón se lo tiene que hacer ver salvo que esté esperando a que se lo vean otros, incluido su propio partido. Ha fallado él, comida incluida con la periodista Maribel Vilaplana para ofrecerle la dirección de À Punt, la TV autonómica; ha fallado, estrepitosamente su Núcleo Duro intentando ocultar la naturaleza del almuerzo y, sobre todo, ha fallado el jefe del Consell manteniendo su agenda y llegando tarde y mal al comité de emergencias de L'Eliana donde estuvieron esperándole casi hora y media, cuando la Dana empezaba a hacer estragos.

Lamento tener que escribir que la chapuza ha sido monumental, con cero atenuantes. Mazón optó en su día por un Consell de perfiles neutros, incoloros e insípidos, con honrosas excepciones, y que en estos días trágicos lo han dejado más solo que la una o han abierto la boca -Nuria Montes, consellera de Innovación, Turismo e Industria-, para encabronar más a los vecinos de los pueblos con fallecidos en la morgue. También perfiles de incompetencia absoluta en la Conselleria de Justicia e Interior (clamoroso lo del secretario autonómico de Emergencias); claro que siempre le queda a Mazón el Núcleo (duro) cazando brujas por cualquier rendija que se les ocurra. En algunas aciertan: la Confederación Hidrológica del Júcar (CHJ) emitió informes cambiantes sobre la situación en el barranco del Poyo, uno de los desencadenantes de la tragedia, argumentando en última instancia que el organismo, dependiente del Ministerio de Teresa Ribera (Transición Ecológica) no se dedica a controlar barrancos: son textuales de un cargazo de la CHJ.

Ni la portavoz del Consell, Ruth Merino, ni la consellera de Bienestar Social y Vivienda, vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, ni el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, ni... han dicho esta boca es mía. Se ve que el Núcleo no lo estimó conveniente hasta el punto de dejar a Mazón más solo que la una. ¿Tendría que desencadenar Mazón una buena retahíla de destituciones? Sí. ¿Cuándo? No lo sé porque no tengo la bola de cristal. Y, la pregunta del millón, ¿debería dimitir Mazón? No: ya se ha encargado él de malgastar su carrera política.

Tiene la obligación ética y política de estar a pie de cañón en la gestión de la pos-riada: ya se encarga la izquierda de exigir su dimisión como ocurrió ayer en las manifestaciones de las principales ciudades de la Comunidad Valenciana. Hasta el jefe de prensa del ministro Óscar Puentes replicó en "X" las convocatorias. El PSOE juega a dos bandas: en un acto sensato van a aprobar los Presupuestos de la Generalitat (también por si toma nota Núñez Feijóo con respecto a Pedro Sánchez, que va a ser que no) mientras que se encomiendan para que se produzca la caída inexorable de un político, Mazón, que hubiera arrasado en las próximas elecciones autonómicas, las de 2027 de no ser por la catástrofe. A Dios rogando y con el mazo dando: ellos sabrán. En cualquier caso son la oposición en Les Corts, junto con Compromís. ¿Los abrazos y llamadas de Sánchez a Mazón son sinceros? ¿O es el abrazo del oso?

Si no es por los ecologistas de la asociación Amigos de los Humedales del Sur no nos enteramos de que el Ayuntamiento de Guardamar, regido por el socialista José Luis Sáez, ultima un plan urbanístico de un millar de viviendas en la desembocadura del río Segura, en zona inundable, en una zona erosionada y deslizable. 

Se ve que no hay más sitios en el municipio para construir pisos más que al lado del mar. Replica Sáez en Información que cuenta con todos los permisos pertinentes y que la zona se sitúa en la margen derecha del río, que está más alta que la izquierda, y que la Dana que arrasó la Vega Baja en 2019 esa zona en concreto no se vio afectada (el resto sí). A mí me huelen a chamusquina estos argumentos; me huelen más a desarrollismo y una muy escasa sensibilidad con unos sanos criterios de sostenibilidad. Es obvio que las mentalidades no cambian de un día para otro. El negocio manda.

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