Conversamos con la ilustradora y viñetista vila-realense Núria Tamarit sobre Loba boreal, un relato en clave de cómic que aborda la lucha, la superación y la soledad en clave femenina
VALÈNCIA. Las chicas son guerreras... y mucho. Y es que, aunque el ideal del "hombre-macho sigue muy presente en las ficciones actuales", esto va cambiando poco a poco gracias a nuevas firmas como la de la vila-realense Núria Tamarit. Y es que cuando la ilustradora comenzó a leer narraciones de supervivencia y aventuras, con lecturas como las de Jack London, solo encontraba la visión del hombre frente a la naturaleza, “luchando contra su pasado y por sus ideales”. Pero, ¿y qué pasa con las mujeres? Esta pregunta nos lleva a Loba boreal, un cómic que se adentra en la vida de Joana para acompañarla en un viaje por lo desconocido. Un viaje en el que reconstruir el pasado: el amor que ya no está, la tierra que no existe, la gente que le importa… Y en ese viaje, Núria y Joana.
-¿Qué es Loba boreal?
-Es una idea que comenzó a rondar en mi cabeza cuando vi que no había relatos de supervivencia y aventura sobre mujeres. El tebeo es una especie de respuesta a algunas de las preguntas que se me presentaban entonces y también a otras cuestiones que han ido surgiendo en estos años ¿qué ocurriría si hubiera mujeres en un relato de aventura, supervivencia e introspección? ¿qué tendrían en común, se organizarían en base a eso? ¿qué están representando en el fondo todos esos personajes masculinos? ¿tendría la naturaleza, como personaje, algo que decir? ¿qué haría si le doy la oportunidad de intervenir no sólo como escenario?. El papel de la mujer en las historias de aventura es casi inexistente, es momento de cambiarlo.
-¿Qué diferencia a “el hombre” de “la mujer” en las narraciones de aventura?
-En estos relatos la visión está únicamente dirigida hacia el hombre (no como término que agrupa también a mujeres, si no como específico: "El hombre") y, además, me da la sensación de que no queda espacio para tratar a la naturaleza como un personaje con deseos y derechos, más allá del tratamiento del mero lugar. Tampoco se dirigía la narración hacia el relato de las personas que ya habitan esos lugares... antes de la llegada de esos personajes que suelen ser hombres duros, salvajes, solitarios, atormentados y también violentos y misóginos. Este ideal sigue muy presente en las ficciones actuales y nuestra manera de pensar a los hombres.
-¿Cómo logras estructurar todo eso dentro de un mismo relato?
-Es todo un reto… Organizar ese proceso de escritura y trasladarlo a la narrativa gráfica es un desafío que me cuesta horrores superar. Aún así, siento que en cada nuevo proyecto aprendo mucho y me siento más cómoda y con más confianza para afrontar el siguiente. Este libro tiene, además, más páginas que cualquier otro que haya realizado antes. Así que la producción del tebeo ha sido un viaje lento y que ha requerido de mucha energía física y mental.
-¿Pensabas en un público concreto a la hora de escribirlo?
-El libro está pensado para ser leído por cualquier persona que sepa leer con fluidez. Me gusta pensar que una persona que esté entrando en la adolescencia y otra en la vejez, puedan encontrar significados similares y, a su vez, lecturas muy distintas y encontrarse en mi libro.
-¿Cuál es la filosofía detrás de los colores que se encuentran a lo largo del relato?
-En este libro el uso de los colores responde a dos objetivos principales. Por un lado, para diferenciar los saltos temporales (los flashbacks de Joana) de las páginas que nos cuentan la aventura. Por otro lado, la creación de la atmósfera. En mis tebeos, trato de usar el color y las como una herramienta para recrear sensaciones en espacios. Quiero que quién lea, se adentre en esos lugares y sienta el frío en la montaña, el calor del verano, la energía que emana la vida, la tensión en un bosque o la agitación en un río como si fuera el propio personaje.
-Hasta hay páginas en las que enmarcas el blanco de la nieve, rojo sangre, amarillo oro y las sombras azules…
-La protagonista habla de los colores como algo que aporta identidad al lugar. Creo que la manera cómo incide la luz en distintos espacios puede transportarnos y también provocarnos extrañeza cuando son lugares que nos son desconocidos, colores ajenos.
-Sabemos qué es la Loba boreal pero… ¿cuál es su metáfora?
-La loba representa la naturaleza. Es un personaje que vigila expectante, amenaza e interviene de forma brutal después de ser ignorada y maltratada todo el tiempo.
-En el cómic se le da mucha importancia al cariño y el contacto humano, ¿a qué se debe?
-Dibujé parte de este tebeo en pleno confinamiento por el COVID-19, de modo que el contacto físico y el cariño eran conceptos que surgían cada vez que pensaba en este proyecto a la vez que en mi vida. Si bien la protagonista, Joana, está en un lugar extremo, por haber perdido su hogar y yo estaba sola en un lugar tranquilo, mi hogar, ambas estábamos solas por supervivencia y pienso que el deseo de sentir el calor humano era algo que ambas compartíamos y quise que estuviera muy presente en el libro.
-Parte de esa relación se simboliza con la relación entre Joana y su perro, Bac.
-Bac sirve a la historia para, por un lado presentar qué tipo de personaje es Joana. Ante la brutalidad y la violencia que acaba de presenciar, Joana decide no dejar a Bac atrás. Vemos aquí el inicio de esta idea de ayudarse, de cooperar, que seguirá a lo largo del tebeo. Por otro lado, Bac representa para mí una especie de pequeña porción de la naturaleza, aquella que forma parte intrínseca de nosotros como habitantes de la Tierra e integrantes de un ecosistema global. Es esa parte que viene siempre con nosotros y nos acompaña de manera inevitable.
-Además de Bac, ¿que mantiene con vida a Joana?
-Creo que Joana se aferra a la belleza de los recuerdos y de los lugares que le rodean para seguir adelante. Ella es una migrante cuyo deseo es volver a su tierra y se sirve de las imágenes de sus recuerdos como motor para no desistir. Por otro lado, el lugar en el que se encuentra, a pesar de ser extremo y de la violencia que encuentra en él, es también vasto y hermoso. Pienso que Joana siente ese latido de ambos espacios y quiere vivir en parte gracias a ellos.
-Todo el relato es una historia de superación constante, sin embargo hay perfiles que no avanzan, como los de los “hombres malos”... ¿A qué se debe?
-En este libro los hombres son personajes planos en el sentido de que no tienen un crecimiento. Todos ellos funcionan como un único personaje que representa las violencias de nuestras sociedades. El machismo, la ira, la explotación y la opresión a la que nos vemos expuestas. Dado que, de alguna manera, generalizar es mentir, también aparecen otros hombres que tratan de actuar de manera distinta, de no formar parte de ese personaje colectivo, como son Sémiov, el abuelo o el compañero de Joana.
-Personajes secundarios, como el de Opa, hablan sobre la “huida” pero no de forma literal, eso sería más bien otra derrota…
-Opa habla precisamente de huir de ese sistema de opresión que representan los hombres en esta historia. Se refiere a que no están escapando de esos hombres en concreto que las han maltratado, sino de las violencias que estos hombres representan y también de la sociedad que les ha generado, les da poder para dominar y los mantiene en lo alto de la jerarquía.
-¿Qué lección pretendes que prevalezca tras la lectura?
-La intención del libro es poner ciertas cuestiones sobre la mesa y, como siempre ocurre, cada lectora o lector sacará un aprendizaje distinto. Me gustaría que las y los lectores se plantearan qué significa migrar por necesidad, ocupar el hogar de otros, explotar la naturaleza y a los demás por pura codicia. También que sean conscientes de que existe esta opresión y misoginia y que, arrojando un poco de luz, existen otras formas de relacionarse con la naturaleza y entre nosotras y nosotros.
-¿Crees que logras responder a todas las incógnitas que planteas durante el relato?
-Desde que empecé a dibujar tebeos escribo guiones en los que se plantean varias cuestiones. Me siento cómoda con la idea de exponer qué conceptos me preocupan, de manera que nunca una narración habla sobre una única idea. Así que en este libro la enseñanza para mí es preguntarnos si este modelo de vida que explota la naturaleza hacia el suicidio, que sitúa a las mujeres por debajo de los hombres y que considera la ocupación opresiva de otros territorios tiene sentido. Y, si no lo tiene, entonces es una llamada a hacer algo al respecto.
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