VALÈNCIA. Esta semana el proceso precongresual del PSPV-PSOE da otro paso más con la celebración de las asambleas locales para la elección de delegados al cónclave extraordinario que tendrá lugar los días 22, 23 y 24 de marzo en Benicàssim.
Unas designaciones que, tal y como explicó este diario, tienen cierta importancia sobre todo para comprobar la temperatura en el partido después del acuerdo que se produjo entre los distintos aspirantes a liderar la formación socialista.
Así, cabe recordar que la apuesta de Pedro Sánchez era la ministra y exalcaldesa de Gandia, Diana Morant. Los otros dos dirigentes que dieron el paso para presentarse a las primarias fueron el secretario general de la provincia de Alicante, Alejandro Soler, y su homólogo de Valencia, Carlos Fernández Bielsa.
No obstante, la buena aceptación de cargos intermedios del PSPV y de la militancia sobre la candidatura de Morant, unido al apoyo de Ferraz sobre la ministra, abocaron a Soler y Bielsa al acuerdo para ceder paso a la gandiense como nueva líder del PSPV en sustitución de Ximo Puig. En este pacto, se decidió que Soler se convertiría en nuevo presidente del partido -un cargo honorífico- mientras Bielsa sería vicesecretario general de los socialistas valencianos.
Desde entonces, no parece que se haya avanzado más en la composición de la futura ejecutiva del partido. El puesto más relevante por asignar es el de la Secretaría Organización, cuyo nombramiento dependerá de Morant, aunque los exaspirantes esperan una figura de consenso. Por lo pronto, según apuntan distintas fuentes socialistas, todo indica que en el reparto de delegados para el cónclave predominarán los acuerdos y no las votaciones a cara de perro entre las facciones para lograr mayor número de representantes en el cónclave.
Mientras, la estrategia de Morant apunta a seguir trabajando en los flancos de los exaspirantes, especialmente a la hora de elegir a posibles nuevos integrantes de la dirección del PSPV. Tal y como informó este diario, la mala situación política del exministro José Luis Ábalos, uno de los referentes de una de las familias con cierto peso en el PSPV, tendrá como consecuencia una pérdida de influencia y representación de este grupo en la futura ejecutiva. No obstante, se estudia la posibilidad de tratar de integrar a alguna figura que genere cierto consenso o no se haya posicionado radicalmente a favor de Ábalos quien, recordemos, ha protagonizado un importante choque con Ferraz y, por ende, con Pedro Sánchez.
En este punto destaca el papel del alcalde de Almussafes, Toni González, que lidera una agrupación importante con más de 400 afiliados y ha tratado de aglutinar el 'abalismo' en los últimos meses. Morant tenía previsto un acto este sábado que finalmente fue suspendido. La versión oficial fue motivos de agenda, aunque a nadie escapa que el estallido del caso relacionado con Ábalos puede haber contribuido al aplazamiento. No obstante, no se descarta que pueda existir más adelante una aproximación de Morant con González.
Cabe recordar que, en los últimos meses, la alianza entre el propio Ábalos y Alejandro Soler se había hecho especialmente sólida, lo que también deja ahora al líder provincial de Alicante en una posición algo más incómoda. Algunas fuentes socialistas opinan que esto puede contribuir a que la nueva secretaria general trate de incluir o atraer en la dirección con más ahínco a dirigentes próximos a Soler pero con los que ella tiene buena relación, como es el caso del alcalde de Elda, Rubén Alfaro, u otros como Vicente Arques, alcalde de L'Alfàs del Pi.
Morant también mantiene buena sintonía de su época como alcaldesa con otros referentes que, en este caso, se sitúan en la órbita del otro exaspirante, Fernández Bielsa. Por ejemplo, el alcalde de Cullera, Jordi Mayor. No sería extraño que buscara un papel de cierta relevancia para él en la dirección o para algún otro dirigente municipal que no formara parte del núcleo más duro del líder provincial.
Unas posibilidades que circulan en el entorno de Morant que, no obstante, también dependerá del clima que se perciba por parte de la nueva líder con los exaspirantes, si bien distintas fuentes opinan que estas aproximaciones, traspaso de lealtades o reconfiguración de alianzas serán inevitables.