De vuelta a la normalidad, parecía que las advertencias del gobierno de La Unión habían hecho mella en el electorado y las fuerzas ultras habían reculado tras haber enseñado los dientes a nivel regional. Una nueva era parecía dar comienzo, con los ánimos apaciguados en casa y las miras puestas en el Extremo Oriente.
Efectivamente, el disparo de salida lo había dado el Wall Street Journal. Y sólo era una opinión de Michael Allen y Connor Pfeiffer, bajo el título Los EE.UU. pueden ayudar a Ucrania y disuadir a China. Ambos autores explicaban que “los dos países tienen necesidades diferentes, y los objetivos de seguridad nacional a largo plazo no son de suma cero”. El ofrecimiento, cómo no, venía teledirigido desde del gobierno de Joe Biden.
Los republicanos de la Cámara de Representantes aprobaron la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) el 14 de julio del Año III d.C. -después de la Covid-, después de un debate que puso de relieve las prioridades militares frente a las cuestiones culturales. Si, como en este artículo se afirma, los Estados Unidos tienen capacidad para armar a Ucrania en su lucha contra Rusia, simultáneamente, disuadir a China de una invadió en Taiwan, el peligro es inminente.
Y el peligro principal es juntar en la misma frase las palabras Ucrania, Rusia, China y Taiwán, seguidas de “armas”. Sí, Estados Unidos tiene suficientes recursos la producción que armamento, con objeto de librar una batalla en dos frentes, tan alejados y separados entre sí como de su propio territorio. Así, al menos, quedó patente con la aprobación de la H.R. 2670, the National Defense Authorization Act (NDAA) for Fiscal Year 2024.
El congresista Rick W. Allen (GA-12) declaró: “El pueblo estadounidense debe tener fe en que nuestras capacidades de defensa y miembros del servicio tienen los fondos y los recursos necesarios para contrarrestar las amenazas globales a nuestra patria. Estoy orgulloso de apoyar esta ley que, entre otras cosas, restaura el enfoque de nuestro ejército y combate la agresión del Partido Comunista China”.
Más específicamente, la Ley de Autorización de Defensa Nacional 2024, autoriza la financiación completa para el diseño y la construcción en los EE.UU. de la Escuela de Señales del Centro Cibernético de Excelencia del Ejército, en Fort Gordon, proporciona 886.300 millones de dólares en gastos discrecionales totales de defensa y proporciona capacidades para contrarrestar la agresión del Partido Comunista Chino. De nuevo, China y el enemigo comunista, en el horizonte.
Las opiniones, no obstante, eran dispares… Lo apuntaba un militar retirado en twitter, Gary Carpenter: “Según la CNN, EE.UU. puede producir 2.100 misiles Javelin por año, mientras que Ucrania está usando 500 misiles por día. En otras palabras, estamos críticamente escasos de misiles antiblindaje Javelin. Esto también se aplica a los proyectiles de 155 mm, razón por la cual estamos agotando nuestras reservas de proyectiles de racimo. Ahora tenemos una escasez crítica de muchas municiones y es posible que no podamos defender a Taiwán”.
Justo esta madrugada, Kiev había atacado Moscú con varios drones que pudieron ser interceptados en su mayoría. Con la vista puesta en Taiwan y en China, la guerra en Europa se parecía cada vez más a un escenario preparado para un campo de batalla más alejado, en el que la Unión Europea, de nuevo, serviría de ensayo para un objetivo mucho mayor.