VALÈNCIA (EP). Mónica Oltra, nacida en 1969 en Neuss (Alemania), se ha caracterizado en su trayectoria por ser una política combativa, de activismo y de gestos, que ha seguido manteniendo en toda su etapa de gestión, que comenzó en el primer gobierno del Botànic, en junio de 2015, y que acaba este martes, 21 de junio, siete años después de llegar al ejecutivo autonómico, en un momento en el que está investigada por un presunto encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por su exmarido, educador social, a una menor tutelada por la propia Generalitat.
La despedida de la vicepresidenta, portavoz del Consell y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas de sus cargos públicos ha sido, al igual que toda su trayectoria, de alta intensidad: en una rueda de prensa sorpresa, sin convocar y a las puertas de celebrarse una ejecutiva de Compromís en la que se iba a debatir sobre su futuro, cinco días después de conocerse su investigación en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, y que ha querido evitar, adelantándose a la decisión que podían adoptar sus compañeros de coalición.
Emocionada, muy afectada y entre lágrimas, Oltra ha dado sus explicaciones y ha defendido que se va con la "cara bien alta" y los "dientes bien apretados" para "no comprometer el proyecto de cambio" que la Comunitat Valenciana inició en 2015 con el Botànic I y siguió en 2019 con la reedición del pacto de gobierno.
Muy curtida en todo tipo de batallas políticas, la causa judicial que afecta a esta abogada de profesión ha acabado finalmente con su dimisión -un extremo que ella personalmente no quería-, en una semana marcada por los resultados de las elecciones andaluzas y en la que miembros de la coalición destacados como el alcalde de València, Joan Ribó; el diputado y portavoz en el Congreso, Joan Baldoví; la consellera de Agricultura, Mireia Mollà o la síndica en Les Corts, Papi Robles, han destacado su trayectoria pero dejaban entrever, sobre todo en la última jornada, que las decisiones a adoptar debían de ser las mejores para la ciudadanía y acordadas por Compromís.
El 'president' de la Generalitat, Ximo Puig, de hecho había puesto plazo --en esta semana-- a esa toma de decisiones y había afeado con la expresión "no estoy para fiestas" el acto celebrado por Compromís el sábado, en un ambiente festivo, y que, a la postre, ha acabado por convertirse en una suerte de despedida.
Ha sido militante desde los 15 años en formaciones de izquierdas: primero con el Partido Comunista y después EUPV. Con esta formación, como parte de la Coalició Compromís -EUPV, Bloc, Izquierda Republicana y varias formaciones ecologistas- accedió a las Corts Valencianes en 2007.
En este periodo, a mediados de 2008, Mónica Oltra fue expulsada de EUPV por conflictos internos y eso llevó, con el apoyo del Bloc, a echar a los miembros de EUPV de la coalición en Les Corts. Asimismo, pasó a formar parte de Iniciativa del País Valencià (IdPV).
En la siguiente legislatura, entre 2011-2015, volvió a la cámara autonómica como número dos de la coalición Compromís y se situó de portavoz adjunta de la formación. Tras un proceso de primarias dentro de Compromís, Mónica Oltra logró ser la candidata de la coalición a la Presidencia de la Generalitat.
Oltra se ha caracterizado por ser una política mediática que, en la oposición, se ha visto como el "azote" del expresidente Francisco Camps (PP), con motivo de las causas judiciales en las que estuvo investigado, y para el que llegó a exhibir en un pleno la camiseta con su imagen y el lema "Wanted alive". Una de las muchas camisetas reivindicativas por las que se le ha conocido tanto en la Comunitat Valenciana como en el resto de España.
En Les Corts ha pertenecido a la VII, VIII y IX legislatura, abogada de profesión, es miembro de numerosos colectivos y asociaciones de derechos y su activismo y compromiso con la vida civil se ha reflejado en su participación en las protestas en el Cabanyal -donde fue detenida-, o en la denominada primavera valenciana.
De frases contundentes, durante las negociaciones de pactos de gobierno con el PSPV en el ámbito municipal y autonómico, llegó a advertir que "no se pueden cambiar cromos porque cada uno tiene un valor" y que el cromo de la Presidencia "es el importante, es el de Messi" y hay "alguien que quiere cambiar cromo del Coyote -el PSPV en el Ayuntamiento de Valencia- por el de Messi".
El "cómo" y "qué" centraron esa primera ronda de negociaciones en las que se implicó y que al final fructificó en el primer Consell. Desde entonces, y durante dos legislaturas, ha sido la cara del Gobierno valenciano, vicepresidenta y ha dirigido las políticas sociales del Botànic, un área desde la que se ha avanzado en la atención a la dependencia o en materia del igualdad.
El sistema de atención a la dependencia de la Comunitat Valenciana atendía en abril a 124.080 personas a través de algún tipo de servicio o prestación económica: 38.549 personas de Alicante, 14.305 de Castellón y 71.226 de Valencia. La Generalitat eleva este dato a un total de 158.730 desde junio de 2015, cuando se produjo el cambio de gobierno.
Entre sus últimos anuncios de gestión en este área, anunció hace cinco días la reducción del plazo para que las personas diagnosticadas con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) puedan acceder a las prestaciones y servicios reconocidos en la ley de Dependencia, que se reduce a la mitad al pasar de seis a tres meses.
No obstante, el área de menores de la Conselleria ha resultado ser la más conflictiva para Oltra y contra la que más ha arremetido la oposición, por polémicas en relación con centros de Monteolivete, Buñol o Segorbe. De hecho, a raíz de una denuncia del PPCV, la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo pidió a la Comisión Europea que llevara a cabo una investigación preliminar sobre casos de presuntos abusos sexuales relacionados con centros de menores en la Comunitat Valenciana.