El mundo del espectáculo está en un callejón sin salida. Cae. Pero nadie atiende. Lo están llevando a la ruina absoluta. No existen planes de presente, pero aún menos de futuro. Eso es lo preocupante
Como sociedad, nos reconocen lo individual pero no lo colectivo. Algo falla en el sistema cuando lo público y bien remunerado no funciona más allá de nuestros límites territoriales
Si los ingleses están pensando en vender un Miguel Ángel para ajustar cuentas y evitar despidos, cualquier día vendemos Primitivos del Gótico valenciano para pagar observatorios, agencias y asesores
À Punt, por lo visto, necesita ya una mano de pintura general, así que ha decidido contratar a una empresa externa para que le explique por qué no funciona. Serán 230.000 euros de nada
Durante la pandemia muchas familias han descubierto que tenemos un interior fascinante y han regresado a su pasado
Poco ha durado la “nueva normalidad”. Así que ya estamos en la “anormalidad”. Y lo que nos espera.
Tenemos una Ley de Patrimonio a la que nadie hace caso. Ni siquiera ahora ante un caso de "vandalismo institucional" como la destrucción de una escultura monumental y pública junto al aeropuerto
La distancia nos va a marcar el futuro. ¿Estamos preparados para escuchar óperas o conciertos con la mitad de una orquesta y la reducción del aforo? ¿Tenemos capacidad financiera?
Quien no reclama, nada recibe. Así le va a la Generalitat Valenciana frente a Cataluña. Allí le van a llegar un buen puñado de millones con eso de la Capitalidad Cultural y Científica. Aquí ni se esperan. Son buenos chicos
Pondremos una vela a Santa Cecilia por las esperanzas del actual responsable artístico del Palau de les Arts. Pero sus últimas declaraciones si algo no ofrecen es absoluto optimismo
Nos movemos siempre entre la envidia y la destrucción y juzgamos a veces sin atender la presunción. Y eso es un peligro cuando viene además de un cargo público
Querer trasladar el sarcófago que Benlliure realizó para albergar los restos del novelista Blasco Ibáñez al cementerio no parece lo más oportuno. Más aún cuando se anuncia un plan de revitalización de su Casa Museo
Mientras una parte del país se inundaba y muchas familias perdían sus pertenencias éramos testigos de un juego de intereses políticos. Dos Españas que no se parecen en nada, la de la solidaridad y la del egocentrismo. Tomen nota
La crisis del FIB hay que entenderla como un punto de inflexión en el negocio de los festivales. La eternidad no existe. Y menos cuando se olvida al espectador
La memoria falla pero la desmemoria conduce al olvido. No podemos permitir que olvidemos con tanta rapidez a quienes tanto hicieron por nosotros
Si todo debate gira en torno a un colchón es que vamos mal. Triste presente, con alegría económica de primarias y reparto territorial. Van a saco. Parece que no hay ideas, ni discurso, salvo el tú más o la propaganda
Ante la falta de comunicación y difusión política de corto alcance, las redes sociales son la madriguera que se utiliza para modificar la realidad y crear otra verdad. No se fíen de estos gestores que cuentan la suya. Por lo general, nunca contrastada
Nos llamaron anticuados y nostálgicos cuando sólo éramos coleccionistas. En este caso de vinilos y libros, los que otros tiraron y hoy no pueden tener a su alcance por la gran “mentira” del supuesto progreso tecnológico. Es como la política. Se recuerda o es de usar y tirar
Nada mejor que poner una comisión parlamentaria o municipal en la vida. Es otra forma de pasar el tiempo y justificar complementos. Las últimas de nuestra cámara autonómica son puro sainete
Paciencia, tolerancia y comprensión forman parte de la condición humana, hasta que se agotan. Las nuevas generaciones se están haciendo adultas. Y a ellas sí que no se les engaña con facilidad. Son posibilistas y pragmáticas. “Pagan” por resultados y esperan menos discursos. No les arrastra la ideología
Entre ese maremágnum expositivo que nos acorrala y confunde, exposiciones como 'El Taller del artista' que exhibe el Museo de Cerámica González Martí es de visita obligada. Todo un universo de retrato fotográfico y creativo entre finales del XIX y primeras décadas del XX.
Estamos desprotegidos. Trafican con nuestros datos más personales. Ahora nos persiguen a través del teléfono móvil para vendernos todo tipo de mercancías con absoluta impunidad
Vivimos encarcelados en las redes sociales. Son la nueva forma de esclavitud, sentimental e ideológica. Nos capturan, manejan y hasta deciden por nosotros
Es apenas unos días se han ido otros dos grandes nombres de nuestra historia cultural. Está desapareciendo del todo una generación brillante que no deja recambio a su altura.