el escritor castellonense presenta nueva novela en su ciudad

Pablo Sebastiá se traslada a los bajos fondos con 'Reikiavik' para saber qué hacemos y cómo somos

30/11/2018 - 

CASTELLÓN. El escritor castellonense Pablo Sebastiá, de la mano de la reconocida periodista Teresa Viejo, presentó este viernes en Castellón su última novela, Reikiavik, un sórdido relato que transcurre entre un enmarañado ambiente de drogas y prostitución ambientado en grandes urbes como Barcelona. Para la ocasión, más de doscientas personas se dieron cita en el Casino Antiguo de la capital de La Plana, quienes asistieron al coloquio entre los dos contertulios, protagonistas de un evento que sirvió para desgranar algunas de las claves de un libro que promete buenas dosis de incertidumbres.

El nuevo trabajo de Sebastiá para la editora Reino de Cordelia, que ya se dejó seducir en 2014 por La Sonrisa de las Iguanas, dibuja escenarios donde brillan unos personajes que reconstruyen realidades en un entorno hostil. Si el jueves València fue el punto de partida de este circuito de presentaciones, Castellón fue parada obligada –y multitudinaria- en una nueva noche literaria en la que la fuerza del relato volvió a ser el polo de atracción.

Y para conocer a los personajes, qué mejor que su pasado, aquel que esculpe los destinos y modelan las personalidades con trazo fino. Con el tiralíneas periodístico que suele manejar con destreza y sin perder la sonrisa, Teresa Viejo deshojó algunos de los momentos de la novela, a la vez que trató de situar al lector presente y futuro en el hábitat creador que le llevó al autor a engendrar este trabajo.

En la presentación no faltaron caras conocidas del mundo empresarial y literario de Castellón, también de la política, como el presidente de la Diputación Provincial, Javier Moliner, además de numerosos representantes del mundo editorial y los medios de comunicación. Tras Castellón, el autor ya prepara nuevas etapas volantes a una promoción que le llevarán a Madrid, entre otros puertos, que sabrán de las andanzas de quienes, desde su vileza, se reconocen como engendros miserables, pero que, al fin y al cabo, hablan de la condición humana… pero también de sus adversidades.


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