VALÈNCIA. El español Pablo Herrera confesó este lunes que cuando ganó la medalla de plata en Atenas en 2024 "no era consciente de lo que estaba consiguiendo", y calificó como un "regalo" disputar en París sus sextos Juegos Olímpicos consecutivos, un hito histórico mundial, junto a Adrián Gavira, con el que perdió en su debut ante la pareja neerlandesa Stefan de Boermans-Yorick de Groot.
"Lo de la historia. La verdad es que ha sido muy emotivo. Entrar al estadio y ver a la gente, el abrazo con Adri. Hay muchos años ahí con él y mucho trabajo y la verdad que estoy muy orgulloso de ser el primer deportista en jugar en voley playa seis Juegos Olímpico", manifestó el castellonense.
Al término de los Tokyo 2020, la pareja Herrera-Gavira pidió un tiempo para "pasar por el taller" y un periodo de reflexión. "Yo pasé por el taller. Y bueno, la verdad es que han sido tres años que para mí han sido un regalo seguir al lado de Adrián. Sabíamos que iba a ser muy complicado el tema de clasificarse, sobre todo por la edad y porque la gente joven que viene de abajo viene muy fuerte", explicó.
Con la derrota contra la pareja neerlandesa, los españoles tendrán que ganar este martes "sí o sí" a la francesa. "Sabemos que va a ser un rival muy complicado y luego nos la jugamos también con Estados Unidos. Van a ser dos finales para nosotros y esperemos que se dé bien", confió el becado por el proyecto FER de la Fundación Trinidad Alfonso.
Por su parte, Adrián Gavira indicó que siempre "se quiere ganar" y, sobre todo, en los Juegos Olímpicos. "Tenemos que analizar el partido y ver los fallos más gordos, pero ya sabemos que todo ha pasado por la recepción. Nos han apretado mucho con el saque y ahí hemos estado muy incómodos. Mañana tenemos a otros dos buenos sacadores y hay que prestar mucha atención en eso. El partido va a pasar por ahí", analizó.
Además, el público local será otro rival al que deberán derrotar Herrera y Gavira bajo la Torre Eiffel, donde se levanta un graderío de cerca de 13.000 personas que desafiaron este lunes, al fin, al sol que cubrió el Campo de Marte.
"Hace dos semanas jugamos contra ellos. Ganamos en un partido muy igualado. Mañana tienen a 13.000 personas animando a su favor y eso es un plus para ellos, pero también para nosotros. Al final gusta jugar con un ambiente así. Hay que intentar apretar, empezar mejor y estar cómodos", comentó el gaditano.
Herrera recordó que en el circuito mundial la afición también anima muchísimo y se llenan los estadios. "Pero no es como éste, la verdad, y en el marco en el que estamos. Cuando anima la grada tiembla hasta la arena. ¿La Torre Eiffel? Sí, siempre la tienes ahí. Y luego, sobre todo, cuando se han puesto a hacer la ola casi no se escuchaba ni al referí pitar. La verdad es que es increíble", admitió.
Aunque no se dé importancia, Herrera alcanza un tope al que sólo llegan los elegidos, como el baloncestista Rudy Fernández, quien también celebra seis Juegos en París 2024, y rememoró su medalla con Javier Bosma en la playa ateniense de Faliro. "La playa en aquellos Juegos fue increíble, eran mis primeros Juegos. Y recuerdo el colgarnos la medalla con Javi y que yo no era consciente de lo que estaba consiguiendo. Él me lo decía también", desveló.
Han pasado los años, y el subcampéon olímpico ya asimila la importancia y la complejidad de colgarse una medalla en unos Juegos. "¿Mis últimos Juegos? Sí, sí. Ya toca descansar, pasar otra etapa de la vida y también disfrutar de la familia, que mi mujer también vuelva a trabajar, que lleva muchos años dedicándose a la casa y ahora me va a tocar a mí", señaló el hombre que más veces pisó la arena del voley playa en unos Juegos.