VALÈNCIA. València, verano del 2016. La Feria de Muestras acoge el Valencia Sex Festival, un festival para reivindicar “el porno como forma de expresión artística” y que lo defiende bajo el lema: “El porno sí es cultura”. La autora valenciana Ana Martínez Muñoz jamás asistió a este festival, pero al conocerlo explotaron sus ganas de trazar un relato sobre este tema. Viajando al presente publica Valencia Roja, de la mano de Alfaguara, una novela que nace en el seno de un festival con este mismo nombre y que lleva como lema: “El porno es cultura”. Pero en este no transcurre todo con normalidad -como pasaría en 2016- sino que tiene lugar un brutal asesinato: el afamado director y productor de cine para adultos Miguel Murillo aparece muerto durante el festival, y la policía sigue el rastro de este crimen que no tiene pinta de saldarse con una sola muerte.
La novela, ambientada en València, genera un paseo por la ciudad que sigue el rastro de la sangre fresca. La jefa de Grupo de Homicidios, Nela Ferrer, se ve obligada a enfrentarse a la persecución más complicada de su carrera mientras se enfrenta a sus propios fantasmas. Con gran maestría, mucha sangre y un móvil de venganza Ana escribe su primera novela que ya ha vendido sus derechos de traducción a Francia e Italia incluso antes de haber sido publicada en España. Valencia Roja lo merece, con gran lujo de detalles y una trama muy bien resuelta crea un paseo mental por la ciudad del Turia con las prisas de perseguir al que parece ser un asesino en serie, que se escabulle por barrios como Ruzafa o zonas como la del puerto. Ana explica que la motivación para escribir este libro reside en su preocupación por el mundo que rodea al porno: “Quería indagar en un tema que me preocupa, pero desde la curiosidad y no desde el morbo. No pensaba que este escrito fuera a llegar a ninguna parte, de hecho hasta estaba ahorrando para autopublicarme pero estoy muy feliz de que haya encajado con una gran editorial con Alfaguara”, confiesa feliz la escritora, “también lo hice para divertirme porque me encanta el género negro, y quería aprender más sobre esto”.
La novela se divide en cortos capítulos que van dando cada vez más pistas sobre Nela y sobre el posible asesino, mientras además se detallan las muertes y el transcurso de la investigación en una estructura clásica de tres actos: “Al final me baso en la estructura de tres actos y un último dividido en dos para generar un poco más de expectativa. Temía que la trama pudiera decaer a mediados de la lectura pero de esta manera me aseguraba de mantener la atención”. Los capítulos que se sitúan en diversos lugares de la ciudad cuentan a su vez con descripciones espaciales que sitúan al lector, tales como: “Camino tambaleándome por el paseo de la Alameda…. Es la Nit del Foc, la más emblemática de las fiestas de las falleras después de la Nit de la Cremà. Las calles de Valencia bullen de gente a pesar de que ya son casi las cinco de la mañana” que a los lectores franceses e italianos ayudará para ubicarlos en la ciudad y en el momento.