VALÈNCIA (EP). El escritor valenciano Santiago Posteguillo y profesor de la UJI ha narrado la experiencia que vivió el día de la dana, cuando se encontraba a solo 50 metros del barranco del Poyo, en Paiporta, y ha denunciado la falta de "ayuda institucional". "Al amanecer no había nadie", ha rememorado el autor, que ha declarado que la sensación que tiene la población de las localidades devastadas es que, mientras en el siglo I los políticos se mataban entre ellos, "en el siglo XXI apuñalan al pueblo".
El exitoso novelista participó el viernes en el Senado en una conferencia sobre 'Hispania corazón de Roma' en el Ciclo Historia y Literatura y, en un momento dado, explicó cómo vivió los primeros momentos de la tragedia.
A las 18.40 del 29 de octubre, su pareja le avisó de la subida del agua. Subieron a la terraza del edificio, a unos 50 metros del barranco del Poyo, y vieron que se estaba desbordando a pesar de que no había llovido en Paiporta y de que "nadie había avisado". Aunque en un primer momento pensó en cambiar el coche de sitio, al bajar y ver que ya había una lámina de agua cubriendo la plaza cambiaron, al igual que otros vecinos, de opinión.
"Evidentemente, el coche lo encontré cuatro días después a un kilómetro de distancia de donde lo había dejado, pero eso es lo de menos. Lo impresionante es que en 13 minutos había un torrente brutal de dos metros de agua sin control arrastrando, ramas, árboles, coches, todo (...) Nos acostamos sin luz ni agua pensando que, lógicamente, al amanecer estaría la Guardia Civil, los Bomberos, el Ejército, pero al amanecer no había nadie", ha lamentado el escritor, que ha llegado a recordar que lo que sí vio fue el cuerpo de una víctima mortal a la que conocía.
Posteguillo evoca los "kilómetros y kilómetros de devastación" en los que se ha convertido la zona y se ha mostrado muy crítico con la respuesta de las instituciones, que, contrasta con la reacción de los miles de voluntarios. "Pero el pueblo con palas no puede", ha aseverado.
El novelista y profesor manifiesta que él es "un privilegiado" porque dispone de medios para solventar los problemas, "pero hay mucha gente que vivía en plantas bajas, mucha gente mayor que no puede rellenar la documentación". "¿Cuánto tiempo tiene que esperar esa gente las ayudas? ¿Cómo se puede ser desde las instituciones tan miserable?", plantea.
En este punto, echa mano de la historia antigua para decir que "en el siglo I antes de Cristo los políticos se apuñalaban entre ellos". "Y ahora voy a hacer una generalización que es injusta con políticos que yo sé que son honestos y que intentan hacer las cosas bien, pero la sensación que hay en todas las poblaciones de las que yo vengo es que los políticos del siglo XXI apuñalan al pueblo".
Y finaliza citando un poema de Antonio Machado: "Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón".
"Yo no sé si no habría que modificar eso porque a veces la sensación que hay es que las dos Españas nos están helando el corazón", concluye.