VALÈNCIA (EP). La Fundación Pro-AVE lamenta las perspectivas "nada esperanzadoras" para la puesta en marcha del Corredor Mediterráneo por los retrasos, la situación política de España, la "incertidumbre presupuestaria", la "parálisis" del sector público y el "largo periodo electoral", aunque reconoce que el Gobierno ha "manifestado verbalmente el compromiso con la infraestructura y el ritmo licitador ha aumentado".
En una misiva, el presidente de la organización, Federico Félix, recuerda que la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa "generó grandes esperanzas al ser nombrado el ministro de Fomento, el 'mediterráneo' José Luis Ábalos".
Se trata de una infraestructura "demasiado relevante para que los políticos, de todos los partidos, no le dediquen la debida atención, como de hecho viene ocurriendo hasta ahora, advierte Félix.
Por ello, asegura que la sociedad civil no va "ni a tolerar ni a permitir que los juegos político-electorales, que a nadie le interesan, retrasen, perjudiquen o pongan en peligro una infraestructura vital para el bienestar y el progreso social y económico del país".
"Céntrense en resolver los problemas serios del país, y en particular la inmediata ejecución del Corredor, que a tantos españoles puede afectar. El país lo agradecería y los ciudadanos cambiarían la pobre imagen que hoy tienen de las instituciones públicas y de los políticos", reivindica el titular de Pro-AVE.
Entre las razones que esgrime para defender el Corredor está la de que "en un mundo globalizado y en cambio constante, las oportunidades de los territorios de mantener su nivel de desarrollo y bienestar dependen de la capacidad de sus representantes públicos de tener claro cuáles son las políticas fundamentales y convertirlas en cuestión de Estado merecedoras de un amplio apoyo parlamentario".
Como ejemplo, apunta la política educativa, la I+D+i, las infraestructuras estratégicas o el fomento de actividades de futuro en las que España pueda posicionarse ventajosamente. Todas son, a su juicio, políticas de largo plazo y en las que "un amplio consenso resulta fundamental", pese a que "desgraciadamente, los representantes públicos están más interesados en desgastar que en servir a la sociedad".
"Hasta hace bien poco", Félix señala que este era el caso del Corredor Mediterráneo, "una infraestructura fundamental para el presente y futuro económico y social del país y a la que nuestros gobernantes le habían dado la espalda". De hecho, recuerda que el proyecto se consideró "estratégico por el mundo empresarial valenciano desde los años noventa del pasado siglo".
Según él, el gobierno de Zapatero y el de Rajoy lo asumieron formalmente, pero "su ejecución apenas se ha materializado en diez años, si bien entre 2016 y 2018 se lograron avances en la planificación, seguramente fruto de la presión social y empresarial".
Y reivindica que su trascendencia y "carácter vital" deriva de que constituye "un medio de transporte crítico para más del 50% de la actividad exportadora de España, orientada fundamentalmente al mercado europeo". Una posición competitiva que avisa que se ve "mermada de forma acelerada al carecer de conexión ferroviaria en ancho europeo".
Félix apunta como motivos que los costes del transporte "en muchos casos suponen una auténtica fortuna que repercute directamente en los productores agrícolas, con la consiguiente merma de su ya quebrantada economía". Por tanto, "para los partidos que dicen preocuparse por las personas, que según parece son todos, esto debiera ocuparles de manera especial en su quehacer político, aunque no es el caso, como resulta evidente".
A estos costes se unen las dificultades de acceso, mayores por carretera que en ferrocarril, "desde las inclemencias del tiempo hasta las huelgas y cortes de carreteras, generadores de importantes retrasos y no pocos costes", sobre lo que pone como ejemplo los huelguistas franceses contra la subida del impuesto sobre los carburantes. Por contra, "el ferrocarril aporta importantes ventajas en rapidez, seguridad, servicio al cliente y reducción de pérdidas en el transporte; una considerable ventaja competitiva".
También alerta sobre "la creciente preocupación ambiental en Europa, especialmente entre las generaciones más jóvenes", que a su modo de ver tiende a generar un "efecto reputación negativo" para los productos españoles, al ser el transporte por carretera a larga distancia más contaminante. Paralelamente, "el compromiso europeo en la lucha contra el cambio climático promete encarecer aún más el transporte por carretera en relación con el tren".
Para el titular de Pro-AVE, "esta merma de competitividad en el conjunto del arco mediterráneo y en todas las actividades exportadoras, tanto agrícolas como industriales, pone en evidencia que el peligro que acecha a la principal área exportadora es muy serio y de gran impacto nacional". El problema es "aún más grave si se tiene en cuenta el histórico déficit de balanza comercial de España y el alto endeudamiento externo del país".
"Sin olvidar que, solo con el ahorro en costes de transporte que se hubiera conseguido si la conexión en ancho europeo al resto de Europa hubiera estado a principios de la actual década, se habría financiado ya una parte muy importante de la inversión del Corredor", subraya Félix.