COTS CastellóCASTELLÓ. “Quizás tras la proyección ascendente de estos años atrás, dé la sensación de que estamos en un periodo de meseta; pero desde mi perspectiva, la mediación está en un buen momento, aunque hay que trabajarla constantemente e insistir. Requiere de empuje, de la complicidad y de un cierto empeño por parte de quienes intervienen en el proceso”, señala José Manuel Marco, expresidente de la Audiencia Provincial (periodo 2014-2023) y de la Unidad de Mediación Intrajudicial de Castelló (UMICAS), de la que fue impulsor clave y en la que apostó por visibilizar la profesión de Trabajo Social.
Un “compromiso y esfuerzo” que desde el Col·legi Oficial de Treball Social de Castelló “queremos agradecerle públicamente, porque ha permitido poner en valor la mediación y a quienes desde nuestro ámbito de intervención la hacen posible”, indican desde el organismo.
Ese empeño y complicidad son las claves que Marco, jubilado desde octubre de 2023, apunta como fundamentales para que la mediación cope su espacio dentro de los mecanismos alternativos de resolución de conflictos, y que revela ante el COTS Castelló con motivo del Día Europeo de la Mediación, que se celebra este 21 de enero.
Tanto José Manuel Marco como las y los profesionales del Trabajo Social coinciden ver la mediación como una carrera de fondo y en reivindicar ese impulso necesario para que el motor mediador gire a más velocidad. “El mayor éxito del intento de mediación es lograr que las partes litigantes inicien un diálogo, eso es ya un triunfo, y que llegue a buen puerto es un éxito absoluto; el mayor obstáculo sigue siendo la falta de conocimiento suficiente acerca de la mediación, de lo que supone y de lo que puedan ser sus logros”, señala Marco.
Así, darla a conocer, y reivindicarla como derecho, es uno de los retos a los que se suma el Col·legi de Treball Social de Castelló, que en los últimos años ha divulgado el mecanismo a través de la formación, con un curso específico que tituló a las 40 mediadoras inscritas en el registro del propio Colegio y en el de UMICAS, y la organización de talleres prácticos y jornadas informativas.
La mediación se revela como una “herramienta eficaz para la resolución pacífica de conflictos en todos los ámbitos, del familiar al educativo, el sanitario, el laboral o el comunitario”, recuerda por su parte Pilar Busquets, vicepresidenta del COTS Castelló, trabajadora social y mediadora. Desde la profesión urgen también dar visibilidad a su listado de bondades, como el hecho de estar emplazada en el plano opuesto a la denuncia, su accesibilidad –incluida la económica-, su agilidad frente a los mecanismos judiciales y que permite preservar las relaciones a futuro entre las partes implicadas porque supera el concepto de confrontación ‘yo gano, tú pierdes’ por el de ‘yo gano, tú ganas’.
En ese empuje constante de la mediación para que sea vista “como un conjunto de técnicas y habilidades basadas en la comunicación y gestión positiva de los conflictos que nos permiten empatizar y conseguir una convivencia más sana”, las y los mediadores son los “principales protagonistas”, señalan desde el Col·legi.
“Son profesionales que creen en la mediación y la ponen en práctica con pasión, porque ven sus beneficios: en una mediación las partes pueden controlar el proceso, decidir, son protagonistas, y ganan ambas porque aportan sus intereses, lo que a su vez hace que tengan un compromiso mayor con el resultado, porque han puesto sus intereses en juego. En un proceso judicial siempre pierde una de las partes”, añade Pilar Busquets.
Sobre las y los mediadores, José Manuel Marco incide en que lo son por la formación exclusiva en el campo, tal y como recoge la Ley de Mediación, que no limita esta titulación a ningún grado o formación profesional previa. “El mediador o mediadora es una persona con una preparación técnica, dotes de empatía, sensibilidad, capacidad de relación y buena comunicadora, y eso es lo que le hace ser una buena mediadora”, señala Marco. Y aquí el Trabajo Social, como “profesión a pie de calle que se enfrenta de forma directa a los problemas en el día a día”, allana su viabilidad a la hora de mediar.
Desde el Col·legi apelan también a la perspectiva de la mediación como mecanismo preventivo de conflictos, en un contexto en el que éstos se presentan sin avisar y alentados por la vorágine con la que se mueve el mundo actual, la diversidad de familias, la incertidumbre laboral o la incapacidad para gestionar vivencias extraordinarias como un divorcio, la pérdida del empleo o un caso de dependencia.
El relevo generacional será una baza para la mediación, a juicio de José Manuel Marco. “En unos años será más fácil, porque ya se educa en mediación; los chicos y chicas que hoy ya practican la mediación en la gestión de sus conflictos tendrán seguro una perspectiva distinta que la que tenemos hoy, no les resultará extraño porque estarán más familiarizados”. Un punto en el que coincide Pilar Busquets, que señala que en la actualidad se recurre de forma especial a la mediación en el ámbito escolar, y en general en conflictos entre menores.
Por último, recuerdan que la mediación puede solicitarse a instancias de un colegiado, entidades públicas o privadas, del ministerio judicial o de la propia ciudadanía. Alrededor de 40 trabajadoras y trabajadores sociales de Castelló integran el Registro de Mediadores del organismo colegial, al que pueden recurrir cualquiera de los actores antes citados para solicitar un servicio de mediación.
“La ciudadanía tiene derecho a conocer que existe otra vía alternativa de resolución de conflictos, en la que se nos escucha, en la que podemos tomar decisiones consensuadas, y que nos permite seguir siendo humanos”, concluyen.
