análisis cp - el día después del 28M

PSPV: victoria o guerra

27/05/2023 - 

VALÈNCIA. Este domingo 28 de mayo tendrán lugar las elecciones autonómicas y locales en la Comunitat Valenciana y en otras regiones de España. Los comicios son la gran cita para todas las formaciones políticas: el momento en el que se presentan al examen de la ciudadanía y donde se decide, no sólo si podrán continuar o poner en marcha sus propuestas, sino también el futuro inmediato de todos los representantes políticos en liza. Aunque en ocasiones hay grises, estas elecciones valencianas se caracterizan por una lucha a cara o cruz entre el bloque progresista y el conservador, aunque según cada fuerza política, pueden observarse matices. Valencia Plaza analiza cómo llega cada formación al encuentro con las urnas y cuáles serán los posibles escenarios en función del resultado.

En el caso del PSPV-PSOE liderado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, el 28M se resume en una sencilla frase que determina las dos posibilidades que existen sobre la mesa: victoria o guerra.

La victoria, entendida como la posibilidad de que los socialistas consigan la suma suficiente para seguir al frente del Gobierno valenciano, actuará como balsa de aceite inmediata en la formación del puño y la rosa. Puig haría bueno su lema de campaña: 'El President' y los debates se centrarán en las áreas de gobierno a gestionar por los socialistas, así como qué dirigentes pueden ocuparlas. El PSPV-PSOE como partido, tendrá algunos conflictos menores relacionados con el reparto de poder en el ámbito interno, pero nada grave puesto que mantener un gobierno autonómico permite satisfacer a la gran mayoría de cargos de relevancia en departamentos de gestión que se ajusten a los perfiles disponibles o deseados.

Así, un resultado que garantice la suma significará un periodo de cuatro años asegurado para los referentes socialistas, y los debates jugosos -pero menores en su conjunto- se dirigirán a qué cargos salen más laureados en el Consell o qué alcaldes son premiados o resultan destacados por sus buenos números en las urnas. Continuidad y tranquilidad, además de una posición de liderazgo en el socialismo nacional.


Ahora bien, ¿qué ocurrirá si la suma de las fuerzas progresistas no alcanza la mayoría absoluta y se pierde la Generalitat en favor del bloque conservador? En esto, no hay término medio: el PSPV aparece en todas las encuestas como fuerza más votada en la izquierda, aunque su resultado sea bueno, todo lo que no sea alcanzar junto a sus aliados los 50 diputados tendrá la misma consecuencia: pasar a la oposición. Y esto, sólo puede acabar en una guerra dentro de la formación socialista, ya sea inmediata o diferida hasta que pasen las elecciones generales de final de año.

Un asunto del que nadie quiere hablar en el PSPV. Ningún dirigente del entorno del presidente se atreve siquiera a especular sobre lo que puede ocurrir con Puig si no se alcanza la citada mayoría. ¿Se mantendrá como jefe de la oposición al menos hasta las elecciones generales para mantener la estabilidad o se marchará de inmediato? Nadie se pronuncia, aunque en líneas generales todos se inclinan por descartar que el presidente, de la Generalitat se quede la legislatura íntegra.

Tome la decisión que tome, en el PSPV se abrirá, ya sea de forma sumergida o pública, una carrera entre las distintas familias y sus cabezas visibles por posicionarse para la sucesión. En este punto, dependerán muchos factores para lo que venga a continuación: quién pueda sacar pecho de los resultados electorales; si se mantiene o se logra alguna alcaldía de relevancia, si se gobierna en alguna diputación, y también, por supuesto, el empeño que ponga Puig también en supervisar su propia sucesión. 

En los últimos años, dos de los dirigentes más señalados como posibles herederos han sido el conseller de Hacienda, Arcadi España, y el alcalde de Mislata y secretario provincial de Valencia, Carlos Fernández Bielsa. El primero es uno de los dirigentes más próximos a Puig, si bien nunca ha tenido excesivo predicamento en el partido. El segundo es el favorito para presidir la Diputación de Valencia si los socialistas se mantienen al frente de la institución. Además, en alguna ocasión, especialmente en medios nacionales, también se ha mencionado para estos menesteres a la ministra de Ciencia, Diana Morant.

"No vale la pena ni molestarse en hacer elucubraciones. Si no se gana, será un golpe durísimo, todo el mundo empezará a moverse y las consecuencias serán impredecibles", resume escuetamente un veterano dirigente socialista. Un análisis crudo y conciso que evidencia la complejidad de un partido como el PSPV-PSOE, donde al margen de los posibles herederos citados y sus entornos, se mueven otros poderes como las tropas del secretario provincial de Alicante, Alejandro Soler; la influencia en la capital alicantina de Ángel Franco; los 'ximistas' que han trabajado al lado del presidente estos años y que también querrán influir; los 'pelayos' de Sandra Gómez y José Muñoz con fuerza en València capital -a la espera de las elecciones- y también en Castellón; los alcaldes próximos a Bielsa que hayan vuelto a ganar; los referentes locales que se alinean contra el poder precisamente del líder provincial...

Un sinfín de núcleos de poder en la gran familia socialista que se activarán de forma automática si este domingo el resultado de las urnas indica que Puig no será presidente de la Generalitat. Es decir, si esa noche el lector ve en la suma del bloque de izquierdas 50 diputados o más, se encenderá la pipa de la paz -y algún puro que otro- en la sede del PSPV. Si en la imagen del recuento aparece 49 o menos para las fuerzas progresistas, se desenvainarán espadas más pronto que tarde.

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