CASTELLÓ. (EP). El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha destacado la importancia de las actuaciones previstas por el Ministerio para la Transición Ecológica contra la regresión del litoral de la Comunitat Valenciana para aprovechar el potencial social y económico de estas zonas de costa con el máximo respeto a los criterios medioambientales y de sostenibilidad.
El responsable del Consell ha realizado estas declaraciones durante su visita a las obras de estabilización del frente litoral y construcción de escolleras que está llevando a cabo el Gobierno central en la playa Casablanca de Almenara y que cuentan con una inversión cercana a los 6 millones de euros.
Ximo Puig ha subrayado el carácter "extraordinariamente emblemático" de las obras que se están ejecutando en esta playa, donde, como ha recordado, se han vivido situaciones "muy difíciles", con "muchas personas que han visto peligrar sus viviendas" e importantes daños en el paseo marítimo, y ha remarcado que, junto a las mejoras que se están llevando a cabo en Almenara, existen otras también programadas en otros puntos del litoral que también se están viendo afectados por la erosión.
Puig ha señalado que estas obras demuestran que "es posible un nuevo renacimiento de toda la playa de Almenara" y reflejan también una forma de proteger el litoral respetando la sostenibilidad y haciendo posible la actividad económica. Las actuaciones, que comenzaron en septiembre del año pasado y tienen un plazo de ejecución de un año, están en la actualidad muy avanzadas, de manera que se prevé que finalicen a entre finales de junio y principios de julio.
Esta intervención se enmarca dentro de una nueva estrategia desarrollada por el Gobierno central de adaptación del litoral para hacer frente a su regresión en una de las zonas más castigadas. En concreto, de los tres kilómetros de costa que tiene la localidad, 1,5 kilómetros habían perdido la playa, con lo que el mar alcanzaba el paseo marítimo y estaba afectando a viviendas y otras infraestructuras. Las obras consisten en la ejecución de cuatro escolleras a las que se suma la acomodación de las golas de La Llosa y Queralt y un importante aporte de áridos.
La magistrada apunta a irregularidades administrativas y al desequilibrio en la distribución del dinero, pero no aprecia ilícito penal