VALÈNCIA. El secretario general del PSPV-PSOE y todavía presidente de la Generalitat, Ximo Puig, medita su futuro a corto y medio plazo. El líder de los socialistas valencianos anunció, de forma casi inmediata tras las elecciones del 28M, que permanecería en su puesto tras la derrota frente al PP de Carlos Mazón. Ahora, tras asegurar que recogerá el acta de diputado autonómico, estudia convertirse en senador territorial para incrementar su influencia en Madrid.
La hoja de ruta en el socialismo valenciano es difícil de predecir. Puig ha querido, con su continuidad, asumir la responsabilidad de la derrota y evitar una guerra en el PSPV-PSOE, pero hay otros 'pesos pesados' del partido que opinan que debe gestionarse cuanto antes una renovación del liderazgo y preparar el partido para la legislatura en la oposición con otros actores principales.
El todavía líder del PSPV ha visto su autoridad debilitada con el episodio de las listas al Congreso y al Senado. Puig quiso modificar las candidaturas presentadas por las direcciones provinciales, peo se vio "traicionado" -así lo aseguran en su entorno- por Ferraz, que tuvo en cuenta las peticiones de los líderes provinciales, Alejandro Soler (Alicante) y Carlos Fernández Bielsa (Valencia), que venían respaldadas en su mayoría por las direcciones comarcales del partido.
Pese a que algunos de sus colaboradores le recomendaron la dimisión ante este desplante, Puig no tiene ninguna intención de dejar su cargo. Es más, según las fuentes consultadas, está convencido de que su continuidad es la mejor baza para los socialistas a día de hoy. Es por ello que estudia convertirse en senador territorial tras las elecciones generales: un puesto que designan Les Corts para acceder a la Cámara Alta y que, hasta hace bien poco, ostentaba el expresidente de la Generalitat Joan Lerma.
La meta del líder del PSPV es clara: quiere permanecer en Les Corts para ejercer la oposición frente a Mazón, pero también quiere tener un pie en Madrid ante las posibles eventualidades que se produzcan por una hipotética derrota electoral de Pedro Sánchez, lo que conduciría probablemente a un congreso extraordinario federal que puede resultar clave también para el destino del PSPV: no es lo mismo apoyar al ganador que al perdedor.
En este sentido, las cartas en la formación socialista ya se han ido poniendo boca arriba. Soler y Bielsa están siendo los más vehementes a la hora de propiciar el relevo de Puig, mientras otros históricos como José Luis Ábalos permanecen a la expectativa. El líder del PSPV, por su parte, realizó una intervención conciliadora en el comité federal del pasado sábado pese a que se había tumbado su propuesta de listas, por lo que parece decidido a dar una batalla a largo plazo. Qué mejor manera para ello que estar en Madrid y en Valencia: como Lucio Lucchesi en El Padrino III, con un pie en ambos mundos.