La Comisión Europea ha ordenado eliminar todas las vacunas contra la Covid-19 de la farmacéutica inglesa AstraZeneca por sus graves efectos secundarios. Ahora y tras su retirada surge de nuevo el miedo en todas aquellas personas que se vacunaron con AstraZeneca, ¿sigue habiendo riesgo de padecer un efecto secundario grave 4 años después?
La Comisión Europea ha ordenado eliminar todas las vacunas contra la Covid-19 de la farmacéutica inglesa AstraZeneca por sus graves efectos secundarios. A día de hoy existen muchas preguntas con respecto a las vacunas, pero la más valiosa es: ¿por qué la Agencia Europea de Medicamentos aprobó esas inoculaciones y ahora las retira?
En 2020, tras varios meses luchando contra un virus desconocido, las compañías se adentraron en una carrera para lograr sacar un antídoto y paliar así todos los daños que estaba causando este nuevo patógeno. En enero de 2021, AstraZeneca, una empresa especializada en el descubrimiento, desarrollo y comercialización de medicamentos bajo prescripción médica, se alió con la Universidad de Oxford y creó la vacuna.
Pero, ¿por qué la EMA dio luz verde a esta vacuna si desde el primer momento se estaban experimentando efectos secundarios? Ahora y tras su retirada surge de nuevo el miedo en todas aquellas personas que se vacunaron con AstraZeneca, ¿sigue habiendo riesgo de padecer un efecto secundario grave 4 años después?
Hablamos con Estanislao Nistal, virólogo y profesor de Microbiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad San Pablo CEU de Madrid. Nistal comienza explicando las tres fases fundamentales de ensayo clínico que debe superar cualquier medicamento, incluidas las vacunas.
En la primera fase, se evalúa la toxicidad del producto en un grupo limitado de personas para determinar su seguridad. Luego, en la segunda fase, se amplía el número de participantes para evaluar la efectividad del medicamento para el propósito previsto. Finalmente, en la fase tres, se realiza una comparación entre el grupo que recibe el tratamiento y un grupo de control para confirmar su eficacia y seguridad a gran escala.
Sin embargo, la controversia en torno a la vacuna de AstraZeneca surge de los casos reportados de efectos secundarios graves, como la trombosis, que afectaron a una proporción muy pequeña de personas vacunadas.
El experto señala que los efectos adversos, como la trombosis, suelen ocurrir poco tiempo después de la vacunación, pero a medida que pasa el tiempo, el cuerpo puede eliminar estos factores de coagulación. Es difícil prever cualquier efecto a largo plazo, similar a la incertidumbre sobre posibles problemas relacionados con una infección por COVID-19 años después de contraerla. La falta de estudios específicos dificulta proporcionar respuestas definitivas, dejando muchas preguntas sin respuesta.
A pesar de estos incidentes, Nistal destaca que los beneficios de la vacunación superan ampliamente los riesgos, especialmente considerando el contexto de la pandemia y la necesidad urgente de frenar la propagación del virus.
El profesor también aborda el proceso de decisión detrás de la continua administración de la vacuna de AstraZeneca, señalando la falta de datos suficientes en las etapas iniciales de su aprobación para prever los efectos secundarios graves. Sin embargo, defiende la rapidez con la que se implementaron las vacunas en un intento de salvar vidas y aliviar la presión sobre los sistemas de salud colapsados.
Respecto a la seguridad a largo plazo de las vacunas, Nistal subraya la dificultad de predecir posibles efectos adversos debido a la complejidad de los factores involucrados y el tiempo transcurrido desde la vacunación inicial. Sin embargo, hace hincapié en la importancia de seguir recopilando datos y evaluando continuamente la seguridad y eficacia de las vacunas.
En cuanto a la actualización de las vacunas para hacer frente a nuevas variantes del virus, Nistal explica el proceso de adaptación de las vacunas existentes y la necesidad de evaluar la efectividad de estas actualizaciones en diferentes grupos de población.
En última instancia, Nistal insta a la población a confiar en la ciencia y a mantener la calma, destacando el papel crucial que desempeñan las vacunas en la lucha contra la pandemia.
Añade que a medida que la comunidad científica continúa trabajando para abordar las preocupaciones y mejorar la seguridad de las vacunas, es fundamental que el público esté informado y confíe en el proceso científico para proteger la salud y el bienestar de todos.
