VALÈNCIA. El pasado lunes 11 de noviembre el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, deslizó una idea que ya venía barrutándose internamente días atrás. "Trabajamos para adecuar toda la estructura del Gobierno valenciano a las labores de reconstrucción de la Dana", aseguró el jefe del Consell, dejando entrever así una inminente remodelación del ejecutivo para reenfocarlo al trabajo de recuperación.
Un plan que, en los siguientes días, fue tomando forma desde el punto de vista estructural pero que todavía no ha llegado a concretarse al completo con nombres propios. Este domingo, desde Presidencia sí anunciaron mediante un comunicado una de las novedades que era un secreto a voces: la incorporación de la vicepresidenta Susana Camarero a las funciones de portavoz, que ya venía realizando en los últimos días, en sustitución de la consellera de Hacienda, Ruth Merino.
Tal y como informó este diario, el fichaje que parecía más cercano era el de la presidenta de la patronal del calzado, Marián Cano, que formó parte de la lista europea en las pasadas elecciones pero que no llegó a alcanzar escaño. Una incorporación dirigida a capitanear la Conselleria de Industria, Innovación, Comercio y Turismo, que confirmaba Presidencia este lunes, con el correspondiente cese de Nuria Montes, que había sido señalada como una de las posibles salidas del ejecutivo por algunos traspiés mediáticos en la gestión de la Dana.
A partir de ahí, dos son las incógnitas principales. El propio Mazón anunció en su comparecencia en Les Corts del pasado viernes que crearía una conselleria específica de Emergencias, mientras que impulsará además una macroárea con rango de vicepresidencia que se ocupará de gestionar de forma transversal todo lo relacionado con la reconstrucción ante la Dana: ayudas, fondos europeos, contrataciones... Para la primera, viene sonando el ascenso de la directora general de Prevención de Incendios, Rosa Tourís, que está ejerciendo estos días como portavoz del Cecopi, en lo que sería una designación de carácter técnico. También para incorporarse en esa conselleria circula el nombre del diputado nacional Joaquín Melgarejo, experto en materia hídrica. Esto implicaría que el área de Justicia quedaría separada en una conselleria específica. La actual responsable del departamento, Salomé Pradas, ha sido una de las dirigentes más señaladas en la gestión de la crisis, lo que ha provocado que se dé por segura su destitución.
Menos pistas y mayor incertidumbre envuelve al nombramiento para la vicepresidencia de la reconstrucción. Algunas fuentes del PP consultadas por este diario apuntan a que Mazón viene buscando perfiles dentro de la sociedad civil y esta sería una de las razones por las que todavía no se ha terminado de definir la remodelación, dado que la situación política es tan delicada y compleja, que no resulta fácil la siempre ardua tarea de convencer a perfiles que no tengan vinculación directa con un partido político para que se involucren en el proyecto actual. En este sentido, tampoco se descarta que finalmente pudiera asumir esta misión alguno de los consellers del actual gobierno, si es que finalmente no hay una incorporación estrella.
La nueva portavoz, Susana Camarero, salió al paso de este enfoque preguntada en rueda de prensa, para rechazar que existieran "problemas" para "encontrar personas" que ocupen las nuevas responsabilidades de gobierno. "Necesitamos a los mejores y, por lo tanto, en tiempo y forma se seguirán produciendo", subrayó. En esta línea, el propio Mazón manifestó ayer que en las "próximas horas" y "próximos días" se informarían de las incorporaciones, si bien por sus declaraciones parecía tener cerrada la mayor parte de la remodelación, al mostrarse "muy satisfecho" con la "capacidad, dedicación y profesionalidad" de los nuevos perfiles. "Es francamente un proyecto muy serio, muy centrado y priorizado en gente que sabe, gente preparada y gente que nos va a ayudar a levantarnos porque es lo que se merece nuestra tierra", aseguró.
Unas palabras que deslizan el deseo de desvelar por 'goteo' los nuevos miembros del Consell para ir dominando el relato político o simplemente que el presidente todavía no ha podido cerrar de forma definitiva alguno de los perfiles después de más de una semana de gestiones. En este sentido, resulta evidente que si en tiempos de bonanza parece complicado 'pescar' aspirantes de la actividad profesional para formar parte de un gobierno, el difícil reto de la construcción unido al tenso clima político actual, hace menos apetecible la incorporación al ejecutivo valenciano.