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el cudolet / OPINIÓN

¿Reaparecerá la sandía en la campaña electoral del 23J?

8/07/2023 - 

Hace aproximadamente un año, por estos tiempos, Gabriel Rufián, un político al que se le debe escuchar, independientemente que yo choque con el muro de la segregación que él defiende, aún con esto, Rufián es una voz parlamentaria fresca. Pablo, amigo, ¿estarás de acuerdo?

Desde la tribuna, el político catalán, en un discurso afable y autocrítico le recriminó al Presidente Sánchez el alza de los precios en el sector de la alimentación. No era de recibo que para cualquier familia de clase media o trabajadora, costará casi empeñar un riñón el poder adquirir ciertos alimentos básicos como lo son el melón o la sandia.

Que al verano le sienta bien la sandía, y la sandía refresca al verano es algo recíproco. Es tiempo de granizados, y aunque increíblemente lo parezca también de granizadas, que por desgracia se han llevado por delante cientos de horas de labranza de agricultores locales que cultivan sandías entre otras verduras de la cesta.

La sandía es una fruta de temporada que no requiere muchos halagos, controlar la hierba, mantener a raya las plagas, fumigar, dar el agua justa y necesaria, tener mucha extensión de terreno, paciencia, y esperar aproximadamente tres meses para comenzar a cortar.

Esta temporada la sandía verá mermada la estabilidad a los que no tiene acostumbrados desde hace décadas. Las fuertes lluvias han causado destrozos en muchos cultivos en la zona del Mediterráneo, Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña. Nadie se ha librado de la furia del cielo.

Yo mismo, tengo un colega en la localidad valenciana de Cullera, que ha tenido que mandar primero al carajo y seguidamente después al compost, casi dos hanegadas enteras de este cultivo. De primeras cuando a uno se lo cuentan suele solidarizarse, pero se entristece cuando lo observa de primera mano. 

Es cierto que en el sector de la distribución alimentaria, en la cadena, cualquier fruta o verdura primerenca se paga por ella un precio elevado estabilizándose a los días. A la disparatada inflación habrá que sumar, espero equivocarme, la escasez de un producto de alto consumo estos días no por los devoradores de sandía que hacen dieta controlando su peso, también para sus siempre fieles.

Desde que aterrizaron las primeras sandías procedentes de Almería y Murcia gracias a compañeros fui realizando un seguimiento del precio de salida. En los últimos días ha ido incrementándose al alza. Una sandía está ya casi al precio del oro.

Regular es difícil, legislar también, y eliminar temporalmente el IVA de las facturas no es una medida que controle a la incontrolada inflación. Estoy casi seguro que la sandía reaparecerá en estos calurosos días de campaña electoral como arma arrojadiza. Triste pero cierto.

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