VALÈNCIA. (EP) La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha manifestado este viernes que si las grandes empresas eléctricas bajasen sus tarifas para ayudar a reducir las facturas de la luz de los consumidores "sería un gesto muy apreciado".
En una entrevista en RNE recogida por Europa Press, la ministra ha señalado que el Gobierno lleva "meses" trabajando en la forma de paliar el alza de los precios energéticos y que, independientemente de si las eléctricas dan ese paso o no, el Ejecutivo estudia cómo reducir el precio de la electricidad para los consumidores "a través de la regulación".
"Es obvio que cuando las empresas se sienten compelidas y dan un paso adelante es más sencillo que solamente a través de la regulación, pero no eludimos nuestra resposanbilidad", ha subrayado Ribera.
En esa línea, la ministra ha hecho hincapié en que ni la oferta ni la demanda "han cambiado mucho" y que la "inmensa mayoría" de los costes asociados a "prácticamente todas las tecnologías de generación" se mantienen en los "mismos niveles" de antes del estallido de la guerra en Ucrania y de su impacto en el mercado del gas.
"La única referencia que se ha alterado (al alza) son los precios del gas, del combustible fósil, pero no tiene sentido que eso genere beneficios adicionales respecto a las expectativas que podían tener las empresas", ha aseverado Ribera.
Además, ha ahondado en que prácticamente el 85% de la electricidad que se produce en España "está al margen del precio del gas" y, sin embargo, esta materia prima es la que marca los registros en el mercado mayorista.
Sobre la posibilidad de introducir nuevos impuestos especiales al sector eléctrico, una medida solicitada desde algunas formaciones políticas, la responsable de la cartera de Transición Ecológica ha señalado que habría que "pensar si cabe dentro del Estado de derecho y si (aplicarlos) a unos sectores sí y a otros no".
De hecho, ha insistido en que desde el pasado verano el Gobierno ha reducido "enormemente la fiscalidad" de la electricidad. "Queda poco margen para reducir la fiscalidad sobre la electricidad. Es muy difícil pensar en un impuesto de sociedades incrementado en función del sector", ha añadido.
En cuanto al Consejo Europeo en el que se están debatiendo las posibles medidas para paliar la crisis energética en el continente, Ribera ha considerado que hay una voluntad entre los Estados miembro de la Unión Europea (UE) para llevar a cabo una respuesta "unánime" con la que se concilien las necesidades de todos los países.
Sobre ello, ha recalcado que para algunos Estados miembro la principal preocupación es la seguridad del suministro de los productos energéticos, mientras que para otros el foco se centra en los precios.
En el primer grupo se encuentran países como Alemania, ha subrayado Ribera, que argumenta que tiene una gran dependencia energética de Rusia debido a que el 60% del gas que consume procede de allí, así como el 70% de los combustibles y el 37% del carbón. "Tienen un problema muy serio de seguridad de suministro", ha apostillado.
En tanto, en España y Portugal la preocupación se concentra en el incremento de precio, el cual, según explica la ministra, "no se puede diluir en el conjunto del mercado europeo" debido a la "muy baja" interconexión con el resto del continente.
La Unión Europea ha cerrado un acuerdo con Estados Unidos (EE.UU.) en base al cual el país norteamericano suministrará 15.000 millones de metros cúbicos al mercado comunitario para reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos, según han anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden en una comparecencia de prensa.
Preguntada acerca de esta negociación, cuyo resultado se anunció después de su entrevista en RNE, Ribera ha señalado que la situación en Ucrania y la decisión de sustituir a Rusia como suministrador "ha forzado" el diálogo con países productores de gas como Estados Unidos, Australia, Canadá o Noruega.
Asimismo, ha recordado que el gas procedente de EE.UU. es gas natural licuado (GNL), que tiene que ser transportado por barco y regasificado en plantas antes de poder ser distribuido en la red.
Sobre ello, ha incidido en que España cuenta con "un tercio" de las regasificadoras de Europa y, por tanto, será el destino más importante del gas estadounidense. Sin embargo, ha destacado que hay que ver cómo ese GNL puede llegar a través de los tubos a los otros países de la UE. "Vuelve el debate sobre si hay que incrementar la interconexión de gas con el resto de Europa", ha apostillado.
Por otro lado, en cuanto a la situación del gas procedente de Argelia, que hasta finales del año pasado era el principal suministrador de esta materia prima a España, Ribera ha destacado la "excelente relación" con el Estado africano y ha defendido que se trata de un "país fiable".
Preguntada acerca de si habrá un aumento de los precios del gas procedente de Argelia, la ministra ha remarcado que "las tarifas (...) mas allá de que se puedan consolidar unas compras conjuntas, son negociadas entre compañias privadas. Hace tiempo que la negociación está abierta y confío en que culmine de forma equilibrada", ha expresado.
Por otro lado, la ministra también ha hablado de la dificultad de desligar el bono social eléctrico, con el que se ayuda a los consumidores con menos recursos económicos a pagar la factura de la luz, del mercado mayorista, dado que "un porcentaje muy elevado" del mismo está financiado por las comercializadoras.
"Sería difícil mantener esa financiación si no hay una vinculación a unas tarifas específicas", ha argumentado en referencia al 'pool' eléctrico.
Sin embargo, la ministra aboga por ampliar el número de familias que se puedan beneficiar de él y ha sostenido que "la definición de hogar vulnerable se ha quedado corta".