CASTELLÓ. Sonofrenia es un disco de hard rock lleno de matices, algo de funkie por aquí, un poco de rock más duro por allá, una mezcla bien pensada y meditada que Capitán Ludd remueven en su primer plástico, y que se ampliará en su futuro nuevo elepé del que también hablaremos aquí. Víctor Pajares, guitarra del combo, atiende a mi llamada por su próximo concierto en la sala Terra el 20 de junio junto a Ander Troys. Asimismo, el grupo ya ha sacado un single del nuevo álbum, El Hombre de Papel.
Charlamos del disco y su sonido. “El grupo que tenemos es una mezcla total de estilos”, dice. “Hay tintes de metal, hay tintes de hard rock, hay pinceladas de funky, una batería muy bailonga”. Estamos hablando de Vesánica, una canción que te hará mover el esqueleto con ritmos más movidos, pero con la contudencia del rock. Capitán Ludd nace de las ganas que tiene de seguir creando música mi interlocutor. “Ya sabes que contar la historia muchas veces de una banda es complicado porque al final no surge de manera longitudinal; surge de manera trasversal, longitudinal y en diagonal (risas). En este caso yo tocaba en El Sombrero de Color.
En el último disco que hicimos con el grupo le pedimos opinión sobre el disco a Marco Liparelli, que es nuestro actual batería en Capital Ludd, a él yo lo conozco porque somos familia, él es de Roma, mi mujer y su mujer son primas. Nos comimos la pandemia con patatas y yo en casa, yo estudio historia en la UNED, entonces, leyéndome la Revolución Industrial me gustó mucho el concepto de Captain Ludd en la Revolución Industrial, que era un pseudónimo que se pusieron de revolucionarios cuando los echaron del trabajo sustituyéndolos por máquinas”, explica el guitarra.
Víctor tenía el nombre de la banda, ganas de crear música y una pandemia que nos tenía a todos encerrados en casa. El cóctel perfecto. “Entonces hice la carpeta del ordenador con temas, empecé a escribir canciones y eran para mí. Eran canciones que eran para mí, sin ningún ánimo de nada. Y de hecho, tengo un chorro de canciones. Como hicimos buenas migas (con Marco) a nivel musical, a nivel personal ya teníamos, le pregunté si le parecía bien que quedáramos para tocar, porque yo necesito una batería, a mí la batería me parece un elemento indispensable en la música. Me gusta mucho ese instrumento. Entonces empezamos a quedar él y yo solos. Hicimos ocho canciones en el local a nivel de improvisación, luego yo las letras las hacía en casa, y hacía las estructuras de las canciones, las llevaba otra vez al ensayo él y yo solos, simplemente por divertimento Y le dije, tío, ¿por qué no hacemos una banda? ¿Por qué no llamamos a un cantante?”, relata.
Las piezas del rompecabezas estaban a punto de unirse y mostra el mosaico. La casualidad, o llámenlo destino, hizo aparición. Buscaban un cantante, y el cantante apareció, aunque no dónde ellos podían imaginarse. “Se dio la circunstancia que yo, siendo profesor del colegio, un alumno mío me dijo que si le podía producir una canción para un concurso, le produje una canción, este chaval cantaba muy bien, tenía quince años en ese momento. Y entonces Marco y yo empezamos a pensar que podía ser una pieza para nuestro grupo, pero claro, yo tenía la duda por la edad que tenía, tenía quince años. Y al final accedimos y ese es Alejandro. Alejandro acaba de cumplir dieciocho años ahora mismo y es una auténtica bestia cantando”, dice.
Víctor es psicopedagogo, y sus letras, que se alejan de los convencionalismos y exploran temáticas diferentes son uno de los pilares del grupo. “Es un disco conceptual”, señala sobre Sonofrenia. “Sono de sonido y frenia de cerebro. Una canción va de la anorexia, en este caso todo lo que estoy diciendo, todo lo que estamos cantando, es anorexia. O sea, es que hay un intento de hacer de altavoz para patologías que tenemos a nuestro alrededor. Y que la salud mental hay que reivindicarla. Entonces, no son evidentes, pero si te digo qué patología se está hablando dices: ostras, sí”, comenta.
Capitán Ludd acaba de terminar su segundo álbum, un parto largo que justamente había concluido muy poco antes de esta charla. “Ha acabado por fin, porque ha sido árduo el trabajo y ha sido un poco una odisea, porque tienes que lidiar con tu día a día, con tus hijos, con tu trabajo, con tu otro trabajo. Y este disco ya lo tenemos entero acabado. El viernes este pasado acabamos la mezcla, nos ha costado cinco meses la mezcla, pero hemos sido súper puntillosos. Hemos tenido la grandísima suerte de volver a trabajar con Raúl Artana, en los estudios Rockaway. Es un tío que, bueno, con nosotros cuaja muy bien. Es una persona muy trabajadora. Es el técnico de sonido. Es una persona que se implica muchísimo. Que da su opinión y es fácil trabajar con él”, comenta. La producción de este segundo trabajo ha corrido a cargo del propio Víctor.
El disco está recién salido del horno, me siento un privilegiado por poder hablar de él unos pocos días antes de que vea la luz y la gente saboree sus surcos. Víctor activa mi atención al decirme que una de las canciones versará sobre la obra maestra de J.D. Salinger, desde una óptica muy personal. “Lo acabamos el viernes pasado”, dice. “Y hoy ya lo he enviado a la distribuidora para poder publicarlo. El día 29 de este mes sale en todas las plataformas. Y el día 19 de junio sale nuestro primer videoclip del disco, Entrelíneas. El disco se llama Entrelíneas porque cada canción tiene el nombre o hace referencia a una novela o a un autor o a un escritor. Son diez canciones, por ejemplo, El Guardián entre el Centeno, que es la primera canción, no habla de El Guardián entre el centeno. Sigue haciendo referencia a cosas que pasan en libro y hago un paralelismo con cosas que me han pasado a mí en la vida”, relata.
Nos detenemos en esa canción, que será su primer sencillo y que además sirve para abrir al público este nuevo trabajo. “El Guardián entre el Centeno habla sobre lo fácil y accesible que es ser mediocre en esta vida. Subir escaleras y tener placer inmediato. La referencia es placer puro y duro. El libro habla sobre el paso de la infancia a la adultez y, por ende, del despedirse, desde mi punto de vista, de lo creativo, de la inmadurez, lo bello que es la creatividad y la inmadurez. Es lo más bonito. Y no volvemos a ser inmaduros. Entonces, ese libro habla sobre eso, y a mí, pues eso, la rabia que me da que la creatividad no se le dé el valor que tiene que tener en nuestra sociedad”, remata.
Como hemos mencionado el día 20 de junio estarán en la sala Terra, y claro, con un disco en ciernes, supongo que terminarán tocando canciones de ambos. “Pues vamos a hacer los dos discos, enteros no, que tenemos que quitar unas cuentas para poder cumplir tiempos, pero vamos a tocar temas de los dos discos. Como este último lo tenemos muy rodado, está muy ensayado por haberlo grabado hace poquito, pues este no lo vamos a tocar yo creo que casi entero. Aún no hemos hecho el setlist, pero casi entero lo tocaremos”, revela.
No estarán solos esa noche en la sala. “Ander Troys me parece un grupazo, y que hayan accedido a tocar con nosotros también nos enorgullece mucho porque nos gusta un montón ese grupo. Y yo creo que va a ser, a nivel musical, creo que va a molar. Creo que va a estar bastante surtido. Está mal que lo diga yo, porque toco en uno de los dos grupos”, sonríe.
Entrelíneas será un disco autoproducido y publicado por Rock CD, así que ellos se lo guisan todo, también la gira, de la que no me puede adelantar nada, pero que seguro que les irá muy bien por la pasión que le ponen. “Estamos buscando bolos a tope, discográficas de momento no queremos meternos. Ya veremos el día de mañana, pero ahora mismo la autogestión para nosotros es mucho más sencilla y nos lo manejamos nosotros, y ya está. Entonces también te tienes que hacer cargo de la gira, de la promo, de todo. Todo te lo tienes que buscar tú. Pero bueno, también es verdad que esta parte nos gusta también”.
En esta banda, como en miles, la amistad y el buen rollo es lo principal, poder tocar y disfrutar sin a a veces más expectativas. “Quedando nosotros, porque somos tres colegas, y haciendo música todo lo que podamos eso es lo primero y lo básico. A partir de ahí todo lo que viene son añadidos. Añadidos que suman evidentemente. Que suman a nivel emocional y suman a nivel de crecimiento de grupo, pero bueno, nosotros tenemos ya lo que queremos. Que es poder autorealizarnos de alguna manera con nuestra creatividad”, señala.