VALÈNCIA. Desde finales del año 2019, el gobierno alemán, junto a una serie de empresas y el apoyo de otros países, impulsó la creación de una infraestructura de datos europea para reducir la dependencia del mercado exterior, principalmente el norteamericano. Un proyecto, bautizado como Gaia-X, que aspira a tejer un ecosistema digital abierto, transparente y seguro, donde los datos y servicios pueden estar disponibles, cotejados y compartidos bajo un marco regulatorio europeo.
Y en el comité directivo de esta iniciativa está el valenciano Daniel Sáez, director de transferencia tecnológica del Instituto Tecnológico de Informática (ITI) y el único español miembro del board of directors, es decir, del comité ejecutivo del proyecto. "Al final lo que pretendemos es crear el marco regulatorio y las políticas y regulaciones necesarias para que todo aquel que quiera dar servicios de gestión y almacenamiento de datos en Europa tenga que cumplir con esas normativas", explica.
Así, Gaia-X propone la creación de una infraestructura para unir las soluciones europeas de 'cloud' como alternativa a las nubes más extendidas en la actualidad, pertenecientes a compañía estadounidenses como Microsoft, Google y Amazon, entre otras. Su objetivo es favorecer la soberanía de los datos, la disponibilidad de los mismos y la innovación digital a nivel europeo, así como desarrollar nuevos métodos y criterios sobre los datos y la infraestructura de acuerdo con las normas de la Unión Europea.
"Los datos son cada vez más un activo crítico del que se puede obtener mucho valor si se trata bien, pero también se puede obtener lo contrario y haber un riesgo", remarca Sáez, quien asegura que el proyecto ya está rodando y 2023 será un año crucial para lograr los siguientes hitos.
-¿En qué consiste exactamente este proyecto de Gaia-X para crear una nube europea?
-Se trata de una iniciativa europea que surge de Alemania, principalmente por parte de su industria usuaria de tecnología y proveedora de datos como BMW o Volkswagen y de sectores como la automoción, movilidad o la industria energética. Existía una inquietud del gobierno alemán porque para las empresas cada vez más los datos son un activo crítico, del que se puede obtener mucho valor si se tratan bien, pero también lo contrario y haber riesgos si se tratan mal. Las empresas industriales están migrando masivamente sus datos a nubes no europeas, generalmente norteamericanas. Esto supone un riesgo para el propio país y la economía global porque, aunque las empresas norteamericanas tienen sede en Europa y deben cumplir con las normativas europeas, también se rigen por la legislación norteamericana.
Esta situación provoca un vacío legal y que haya agujeros de seguridad porque esas empresas pueden llegar a tener que entregar datos europeos ante un requerimiento de su Administración. Ante ese riesgo, se decidió lanzar este macro proyecto que supone crear no la infraestructura, sino el marco regulatorio, las políticas y regulaciones necesarias para que todo aquel que quiera dar servicios de gestión y almacenamiento de datos en Europa tenga que cumplir con esas normativas.
-¿Por qué es tan necesaria?
-La Comisión Europea es consciente de la importancia que tienen los datos y que están en el centro de toda la transformación económica y social, pero es necesario ordenarlos y que sean tratados de forma adecuada en todos los sectores. Es necesario, por un lado, ampliar el volumen de datos existente y que estos sean de calidad. Por ejemplo, una app de Inteligencia Artificial que está entrenada únicamente con personas de determinadas características siempre hará recomendaciones sobre ese perfil y habrá sesgos.
Al final, tener disponibilidad de datos es importante. Por eso, es necesario este tipo de proyectos, que son una iniciativa público-privada y una pieza de la estrategia europea, que persigue aumentar el volumen de datos existentes para que las predicciones que se realicen sean con mayor precisión y más rápidas.
-¿Qué diferenciaría a Gaia-X de las nubes que ya hay en el mercado??
-Existiría una diferencia en cuanto a una mejor precisión. Al disponer de mayor capacidad de datos se eliminan sesgos, se consigue mayor precisión, mayor rapidez a la hora de tener los algoritmos...Son ventajas importantes y sobre todo conseguimos el cumplimiento de unos principios, que es aquello en lo que quiere diferenciarse Europa. Ahora mismo hay una carrera entre Europa, China y EEUU en el ámbito de la Inteligencia Artificial (IA), pero ellos se caracterizan por no tener los derechos humanos en cuenta. Quizás EEUU sí, pero le interesa más la productividad y el impacto económico, mientras que Europa quiere diferenciarse poniendo al ciudadanos en el centro, así como los aspectos éticos, legales y sociales. Y conseguir una regulación consensuada con Europa requiere de mucho tiempo. No obstante, cuando la tengamos la vamos a exportar a todo el mundo y nos vamos a convertir en líderes. Vamos a marcar el modelo a la hora de hacer IA.
-El proyecto se lanzó en 2019 y existen muchas voces que critican su lento desarrollo.
-Depende de las expectativas. El proyecto siempre surgió para una década y ahora mismo el road map que está establecido es a cinco años. Estamos en el año dos, en el de la adopción de la tecnología, y ya tenemos algunas piezas de código desarrolladas, es decir, el sistema operativo sobre el cual luego se construyen todas las capas superiores. Ya hay partes construidas para poder soportar las capas superiores y luego quedan tres años. El siguiente año es el de crecimiento, expansión y escalada. Es verdad que ha habido voces que han visto una lentitud, pero yo siempre digo que hay dos formas de trabajar: o bien ir solo y llegar pronto o si quieres llegar lejos, ves acompañado. Y en este caso vamos por esa segunda vía y eso requiere consensos de todos. Hay que tener en cuenta que en el proyecto hay empresas que son competencia directa entre ellas.
Además, hay dos líneas en paralelo: la definición de los estándares y otra es la implementación tecnológica. De hecho, ya hay proyectos como Catena-X en la automoción, en donde la industria trabaja en el desarrollo de un software para compartir datos en toda la cadena de valor. No están utilizando el sistema operativo de Gaia-X porque no está disponible, pero al final tendrá que certificarse siguiendo los niveles de Gaia-X. La automoción quería ir más rápido y está desarrollando tecnología propia que luego será adoptada por la nube europea.
-¿Va a ser clave tener una nube europea para la protección de datos?
-Lo que se propone en Gaia-X es el marco regulatoria que asegure confianza a los proveedores de datos. Por tanto, todo lo que esté albergado en servidores o servicios que sean Gaia-X compliance automáticamente estarán avalados con que cumplen con la ley de protección de datos y con todas las normativas de privacidad, portabilidad...Y no tiene que ser solo con proveedores europeos.
-¿Entonces se hará alianzas con grandes gigantes como Microsoft o Amazon?
-Será así. Esto lo que abre es la posibilidad de que empresas pequeñas creen sus nubes más cercanas a los ciudadanos, con centros de datos más próximos. Esto abrirá la puerta a democratizar el acceso y la provisión de servicios a la nube. Hay una tradición enorme de empresas europeas de ser partners y distribuidores de Microsoft, por ejemplo, y eso va a seguir siendo. No se trata de eliminar a estos fabricantes del mercado ni de ir contra ellos, sino de que estén certificados conforme a la normativa europea.
-¿Gaia-X se adelantará a EEUU en la batalla por la nube?
-Esa es la apuesta que hace Europa. Ellos (EEUU) ahora mismo están más avanzados con la Inteligencia Artificial, pero la están utilizando de una forma determinada e igual sus resultados son útiles y generan precisión, pero no están contemplando todas las restricciones que tienen los datos y, por tanto, no es una solución completa. Las que se generen con la tecnología europea sí lo serán. Al final, el objetivo es que Europa acabe ganando la batalla y que su modelo se externalice y se implante en todo el mundo para que los ciudadanos y las empresas vean que hay más seguridad jurídica y se respetan sus derechos.
-¿Considera, por tanto, que los datos de las empresas corren peligro en las nubes de EEUU?
-Sí. Existen regulaciones en EEUU, pero se crean agujeros legales que pueden hacer que una empresa americana pueda acceder a datos de sus clientes ante un requerimiento de una ley americana. Por tanto, como están sometidos a sus normas hay un riesgo. No es que todos los días se produzcan agujeros de seguridad porque nadie depositaría sus datos, pero hay que tener mucho cuidado.
-En España, cada vez hay más proyectos para la construcción de centros de datos, ¿están justificados?
-La economía del dato está ya, aunque todavía falta aumentar el nivel de madurez de las empresas, pero es una tendencia. Por tanto, hay grandes desembarcos de multinacionales creando centros de datos porque ven que cada habrá más consumo y mayor número de empresas que lleven sus datos a la nube. Actualmente, solo el 26% de las empresas europeas usan un cloud y el 70% de las nubes son americanas y chinas y no están sometidas a regulaciones europeas y pueden estar vulnerando los derechos de los ciudadanos.
-¿Es sostenible este modelo de almacenar datos en la nube? ¿Encaja con la búsqueda de la sostenibilidad?
-Cada vez el coste del almacenamiento es más reducido y más asequible y, por tanto, seguirá siendo sostenible. No obstante, se está trabajando en la eficiencia de todos esos centros de datos para que sean energéticamente eficientes y reduzcan emisiones.
-¿Va a jugar el blockchain un papel importante en la nube de Gaia-X?
-No es una de las piezas más determinantes. Puede complementar la trazabilidad de los datos, pero no es el elemento básico en el cual se trabaja. Existen diferentes tipos de tecnología de compartición de datos. Es una de las opciones adoptadas por un fabricante, pero no es el grueso.
-¿Cuál es el horizonte temporal que se maneja para que Gaia-X sea una realidad?
-Creo que 2023 será un año clave porque las piezas del sistema operativo estarán disponibles para todo el mundo. Van a existir estos espacios de datos como Catena-X y otros que hay en sectores como la movilidad y la agricultura y que tendrán sus primeros resultados. Por tanto, habrá un movimiento de atracción y de tecnología acelerada en torno a todo este ecosistema.
-¿El proyecto aspira a fondos europeos?
-Sí. Cada empresa estará buscando su forma de financiación. De momento, todo lo que se está haciendo son inversiones con fondos propios de las empresas, pero sí que es cierto que hay fondos distribuidos para cada país y España tiene 500 millones para la creación de espacios de datos en los próximos años. Esto acelerará mucho más la creación de data centers y Gaia-X se visualizará en esos espacios. Ahí es donde se verá en acción lo que hay y lo importante que es.