grand place / OPINIÓN

Sembrando odio

21/11/2023 - 

La guerra de las galaxias ya está aquí. Aunque no ha merecido más que un breve en portada y una escueta información en algunos medios, no muchos. El Galaxy Leader ha sido secuestrado por las milicias rebeldes yemeníes -los Huthi- en respuesta a la guerra de Gaza, un buque de capital israelí que navegaba por el mar Rojo. Acababa de pasar por el Mediterráneo desde Turquía rumbo al golfo de Omán. Israel mira de reojo a sus vecinos, rodeado como está de países islámicos, y no dice nada. Tampoco dice nada de la VI flota norteamericana y el destructor chino que tiene frente a sus costas -no me cansaré de recordarlo-.

Bastante tiene el gobierno de Benjamin Netanyahu con el mundo en contra. En su inexorable avance por la Franja de Gaza, no escatima incursiones en Cisjordania, también en su punto de mira. Cuando todos recuerdan las eternas resoluciones de Naciones Unidas para establecer dos Estados en el territorio palestino-israelí, Israel parece dispuesto a conquistar todo el terreno a su alcance. Bien es cierto que el secuestro de los rehenes israelíes tiene un final incierto y que su franja fronteriza con Arabia Saudita, la meridional Eliat, sigue siendo atacada por drones de la misma milicia yemení apoyada por Irán.

Capítulo aparte merecen las víctimas palestinas, cuyo número va creciendo por miles, en su mayoría mujeres y niños. Cifras espeluznantes, imperdonables e inolvidables. Algún día nos preguntaremos cómo se consintió y por qué nadie hizo nada, como durante el Holocausto. Y mientras nos inmunizamos con las terribles  imágenes de la sangre en los cuerpos de los niños muertos y de los niños llorando por sus muertos, la Unión Europea(UE) celebra su Consejo de Asuntos Exteriores con la financiación de la ayuda humanitaria para Palestina suspendida. La Comisión, el Parlamento y el Consejo, más divididos que nunca, siguen debatiendo para que se liberen los millones de euros pendientes del programa de ayuda anual.

Foto: EUROPA PRESS/CONTACTO/RIZEK ABDELJAWAD

Desde el pasado 9 de octubre, dos días después del ataque de Hamás al festival de música en Israel, la Comisión Europea suspendió la ayuda a Palestina e inició una revisión urgente de sus programas de asistencia. En concreto, el Plan de Acción Anual (PAA) de 2023 para Palestina, que se espera que ascienda al menos a 168 millones de euros, sigue suspendido. La Unión Europea es el mayor contribuyente mundial a la causa palestina. Israel dice que este dinero está sirviendo para financiar a Hamás.

Por ello, la Comisión se excusa ante sus amigos en Tel Aviv: “El objetivo de esta revisión es garantizar que ninguna financiación de la UE permita indirectamente a ninguna organización terrorista llevar a cabo ataques contra Israel. La Comisión también revisará si, a la luz de las circunstancias cambiantes sobre el terreno, es necesario ajustar sus programas de apoyo a la población palestina y a la Autoridad Palestina”. Y añade, de modo sibilino, “mientras tanto, como no se previó ningún pago, no habrá suspensión de pagos”.

Esta revisión no se refiere a la asistencia humanitaria proporcionada en el marco de las Operaciones Europeas de Protección Civil y Ayuda Humanitaria (ECHO). De hecho, tanto la UE como sus países miembros de forma individual no han dejado de destinar ayuda humanitaria a territorio palestino durante estos meses de asedio israelita.

Entretanto, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, acaba de llegar a Ucrania en una visita sorpresa para garantizar al Gobierno de Kiev el “sólido apoyo de Washington frente a la invasión rusa”. Entre líneas, sigue bloqueada la ayuda militar a Ucrania en los presupuestos generales estadounidenses. Los senadores republicanos ya se han cansado de sufragar esta guerra mientras los ciudadanos norteamericanos sufren la mayor tasa de desempleo y una inflación que no cesa pese a bajar los tipos de interés. Sembrando odio…

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