CASTELLÓ. Los golfistas españoles Jon Rahm y Sergio García supieron sufrir este viernes en la segunda jornada del Masters de Augusta para entrar en el fin de semana con opciones de pelea, aunque el número uno del mundo, Scottie Scheffler, dio un recital para escaparse en el liderato que también perseguirá Tiger Woods.
El Augusta National sigue apretando, pesado y con mucho viento, a los mejores golfistas del mundo, pero para el número uno fue otra historia. Scheffler, inspirado como nadie en los últimos meses para arrebatar el trono a Rahm y llegar en lo alto al primer 'major' de la temporada, se colocó líder con una vuelta de -5.
El estadounidense tendrá que defender su posición de privilegio en un total de -8, pero tendrá un buen colchón, cinco golpes sobre Charl Schwartzel, Sungjae Im, quien cedió la cabeza del primer día, Shane Lowry y Hideki Matsuyama. Palabras mayores en ese grupo perseguidor y también en lo que acecha por detrás.
Para los españoles, como para casi todos, fue un día duro. José María Olazábal no logró el objetivo de pasar el corte, con una tarjeta de 84 golpes. Mientras, Rahm y Sergio están en el 'Top 25', con dos sobre par. El golfista vasco mejoró las sensaciones del jueves, controlando una vuelta peligrosa en el par del campo.
El de Borriol, campeón en 2017, maldijo el hoyo 11 en un 'triple-bogey', pero terminó enchufado con dos 'birdies' y un 74 con el que se rebeló a la dureza del campo de Georgia. Así, el Masters sigue abierto para ambos españoles, aunque obligados a un 'moving day' importante y rezando para que Scheffler pague la novatada.
Con 23 Masters, quien sí sabe manejarse en cualquier situación es Tiger Woods. 'El Tigre', compitiendo en su primer torneo en año y medio tras su quinta operación de espalda y un grave accidente de tráfico, comenzó el viernes con cuatro 'bogeys' en cinco hoyos. El californiano, después de un regreso glorioso el sábado en uno bajo par, enseñó su capacidad de lucha para volver a ser protagonista.
El campeón de 15 'Grand Slams' peleó su vuelta para terminar con dos sobre par, más uno en el total, y seguir pensando en algo fuera de lo humano. Las dudas de si aguantaría su pierna derecha, de si estaba para competir, de si pasaría el corte las va despachando una a una con la aureola que le sigue por las calles de Augusta.