VALÈNCIA. El valencianismo dio el sábado una potente imagen de unidad exportada a todo el planeta fútbol con más gente fuera del estadio que dentro como oposición frontal a la gestión que el máximo accionista Peter Lim está haciendo del club.
El grito de "Peter vete ya" fue unánime y el hashtag #Limgohome también dio la vuelta al mundo. Diferentes medios internacionales se hicieron eco de la protesta, incluso bastantes de ellos del Reino Unido y de los Estados Unidos. Siempre se ha dicho que este ruido en los países de habla inglesa son los que molestan e inquietan a Lim. Sin embargo, cabe preguntarse ¿Va a mover pieza Lim?
Las últimas noticias públicas que se tienen sobre el empresario singapurense fue el vídeo promocional que rindió cortesía a la visita de su hijo Kiat en la mañana del 23 de abril con motivo de la visita del heredero a Sevilla para asistir a la final de Copa del Rey. Allí se dibujó a un Lim muy entusiasta y pendiente del equipo: "Aunque no pueda estar aquí, mi padre está aún más entusiasmado que yo. Espero estar aquí más a menudo en el futuro para representarlo, pero él se levanta para cada partido a las 3 o las 4 de la madrugada hora de Singapur y ve cada partido. Nosotros somos aficionados del equipo, somos aficionados del Valencia CF. Con cada victoria nos ponemos muy felices y sufrimos con cada derrota como cualquier otro aficionado. Por supuesto que soñamos con ganar títulos". La realidad, sin embargo, muestra un escenario muy diferente.
La pregunta de más calado es conocer si esto va a provocar la noticia mas deseada, que Lim se marche. Según diversas informaciones a las que ha podido acceder este diario, sí hay movimientos tanto de dentro de España como de fuera en ese sentido. Y según nuestras informaciones, al menos son dos las personas que han intentando hacer llegar a Lim su interés por comprar el club (una de ellas con una oferta próxima a los 300 millones de euros). Sin embargo no han llegado siquiera a ser escuchados por el máximo accionista que parece aferrado a su idea de no vender.
Pese a ellos, siguen produciéndose movimientos. Incluso la pasada semana el periodista David Blay comentó en Radio Marca que durante varios días, algunos integrantes de la empresa Kosmos (la de Gerard Piqué) estuvieron auditando el club, pero que desistieron de seguir con el examen unos 20 días más tarde cuando comenzaron a conocer con detenimiento el estado de las cuentas de la entidad.
Es también evidente la preocupación de LaLiga y de Javier Tebas, quien en público jamás mostrará divergencias con Lim, pero que en privado sabe que el Valencia CF va camino de convertirse en un problema mayúsculo para la patronal del fútbol. Una estampa como la del sábado del estadio vacío es un duro golpe para la credibilidad del campeonato de cara a patrocinadores y futuros inversores. Tebas ya impulsó el cambio en 2017 cuando consiguió que Lim le escuchara y dejara la gestión de la entidad en manos de Mateu Alemany, y ahora pretende -al menos- un golpe brusco de timón al frente de la cúpula de mando del club.
Y la cuestión más inmediata y cercana se centra en conocer si los audios que se han conocido durante la semana le pueden costar el sitio a Anil Murthy. Y fundamentalmente se habla de dos hechos que podrían causar que el botón rojo se pulsara desde Singapur. El audio en el que Murthy tilda a Lim de "aficionado", "problema" y "senil" puede suponer un problema importante en una sociedad tan jerarquizada y estratificada como la singapurense. Y tampoco le ayudaría el hecho de haber abierto -por lenguaraz- una guerra frontal contra las instituciones políticas y destapar las verdaderas intenciones de Meriton al respecto del nuevo estadio.
Sea como sea, y sabiendo cómo actúa Lim, es evidente que de bajar el pulgar, no será de manera inmediata, tal y como ocurrió en los casos de Layhoon o Mateu Alemany. Pero es que además y según se desprende de testimonios de gente allegada al club, hay dudas más que razonables de que los audios vayan a provocar el final de la era Murthy. A día de hoy no hay ninguna seguridad, y se tienen bastantes dudas al respecto.
Así que es evidente que se están moviendo diferentes actores alrededor del Valencia CF, pero al final la decisión de todo depende de una sola persona que vive ajena a todo en Singapur a 11.000 kilómetros, y que ya hace tiempo que parece que el capricho de haberse comprado un club de fútbol dejó de interesarle. Y esa decisión y esa persona, de momento no emiten señal alguna al menos de manera pública para desesperación del valencianista que ve cómo su club se está apagando poco a poco.
