VALÈNCIA. El big data y la inteligencia artificial se han convertido en herramientas clave en la automatización de tareas, incluso las que parecían tarea imposible. Así lo han de demostrado desde SomData, compañía tecnológica que ha desarrollado un sistema de visión artificial para detectar los microorganismos del agua, conocidos como protozoos.
Impulsada por el economista Ricardo Gasperini, el ingeniero Federico Zomeño y el físico David Pastor, los tres emprendedores coincidieron en un Master de Ciencia de Datos en la Universitat de València. "Todo empezó porque el coordinador del master comentó que era el momento perfecto para poner en marcha una empresa relacionada con los datos. Caímos y empezamos a mover", reconoce Gasperini, CEO de la compañía.
Al salir del master decidió acercarse a Adeit a presentar el proyecto y allí estaba Jaime Castillo, uno de los mentores, quien presentó el proyecto a Jaime Barba, director de sistemas de Global Omnium y entonces responsable de la incubadora Sic Parvis Magna. Ahora, en el marco de GoHub, el centro de innovación abierta de la multinacional del agua, trabajan en proyectos destinados a solucionar algunos de sus problemas.
"Al principio éramos una consultora de ciencia de datos. Hacíamos proyectos muy tecnológicos con big data, machine learning,... Ahora hemos pasado de una consultora a querer hacer productos. El primero permite la detección de microorganismos en muestras de aguas", explica. En el proceso de depuración del agua, los conocidos como protozoos tienen una doble función: comerse las bacterias y ser bio indicador de la calidad del agua.
Actualmente, los técnicos de laboratorio cogen una muestra, ven qué microorganismos hay y los contaban teniendo que distinguir entre las más de 60 clases de protozoos existentes, una tarea muy laboriosa. "Había una diversidad tan enorme que a veces los propios expertos fallan", señala Pastor. Ahora, han configurado un escáner que les permite introducir la muestra, fotografiarla, subirla a internet, partir la foto en pedazos donde detecta que hay un microorganismo y mandarla a los científicos para que las etiqueten. La intención de seguir generando una base de datos que mejore su red neurona y finalmente que no necesite intervención humana el recuento.
"Siempre conviene que haya una supervisión humana, pero es una tarea tediosa. Necesitas a un técnico muy especializado que podía estar haciendo tareas mucho más especializadas que girando la ruedecita y buscando microorganismos"", apunta Zomeño. No obstante, aseguran que el proyecto tiene más aplicaciones, concretamente todas aquellas que requieran mirar un microscopio como médicos o farmacéuticos.