Necesitamos a traidores como el niño Errejón para que el mundo siga avanzando. ¿A qué cuento viene criticarle si todo lo hace por nuestro bien? ¿O acaso creíamos que fiaría su suerte a un caballo perdedor como Podemos? Si yo fuera el joven Casado o el niño Albert me tentaría la ropa. Errejón, inteligente, seductor y cruel, puede robarles la cartera