VALÈNCIA. No hubo sorpresa. Ni tampoco se esperaba en Presidencia de la Generalitat. Ximo Puig y su homólogo catalán, Pere Aragonés, protagonizaron este miércoles un distendido encuentro institucional en el que evidenciaron su gran sintonía en multitud de asuntos sobre los que, además, planean trabajar de forma constante a corto plazo, pero también mostraron con meridiana nitidez las distintas hojas de ruta que cada autonomía ha trazado en asuntos fundamentales. "Cataluña y la Comunitat Valenciana son dos proyectos diferentes y tienen miradas diferentes en algunas cuestiones, se trata de tejer complicidades sin frentismos", llegó a mediar Puig ante el aluvión de preguntas sobre la financiación autonómica que recibió Aragonés.
De esta manera, el jefe del Consell no pudo lograr que el responsable autonómico catalán diera un paso adelante en la exigencia inmediata de la reforma del sistema de financiación que exige la Comunitat Valenciana, ni tampoco en el compromiso de sumarse a la negociación multilateral de la misma. Cortesmente, Aragonés aseguró "compartir" el "diagnóstico" respecto a la "infrafinanciación valenciana y balear" pero antepuso en todo momento como "prioritaria" para Cataluña la negociación pendiente con el Gobierno de España -se reunirán la próxima semana- en su objetivo de lograr un referéndum para la independencia.
De hecho, la comparecencia de prensa llegó a bloquearse en ese punto, dado que todas las preguntas de los medios sobre el posicionamiento de Aragonés sobre la reforma de la financiación terminaba con la reunión bilateral del Govern de Catalunya con el Ejecutivo central. O lo que es lo mismo, el homólogo de Puig no se salió ni un centímetro de la hoja de ruta que tiene marcada y en la que no caben otros grandes debates de carácter estatal o interautonómico.
De hecho, cuanto más se concretaron las preguntas de los medios, las respuestas se tornaron más tajantes. "No existe ninguna propuesta del ministerio para la reforma del sistema", comentó acertadamente Aragonés, evitando así debatir sobre una cuestión que, oficialmente, no está en la agenda. Y, ante la insistencia, casi calcó las palabras de Carles Puigdemont en su visita a València de 2016 cuando fue preguntado por la financiación y aseguró que no liderarían esa cuestión porque ya lo habían hecho en el pasado y "no salió bien". "Son debates que nos han llevado a la situación actual por lo que nosotros apostamos por un marco más amplio que incluya un referéndum por la independencia", zanjó Aragonés, en un clara muestra de su intención por hacer ver que en Cataluña han 'pasado pantalla' en todo lo que no sea la negociación bilateral con el Gobierno de España.
Así, en este aspecto, del encuentro pueden sacarse conclusiones positivas para Puig en lo que se refiere a la normalización de las relaciones institucionales con un territorio próximo comercial, social y culturamente hablando, aunque con la asignatura pendiente de encontrar su respaldo en uno de los objetivos más relevantes para el Gobierno valenciano a corto plazo. En este sentido, más sintonía existió con la presidenta de Baleares, la socialista Francina Armengol, y probablemente también la encontrará con su homólogo andaluz, el 'popular' Juanma Moreno, en su cita del 21 de septiembre, e incluso con el murciano, también del PP, Fernando López Miras, quien mostró su disposición este miércoles.
No obstante, Puig definió la cita como un "corredor de intereses compartidos" en el que se profundizará a través de una comisión de seguimiento, y donde se trabajará también en sinergias para combatir los problemas crecientes de salud mental, en el sector agroalimentario y también en el ámbito de la automoción y el impulso al vehículo eléctrico. En esta línea, ambos coincdieron en redoblar los esfuerzos ante el Gobierno de España para dar el "impulso definitivo" al Corredor Mediterráneo.
Además, Aragonés defendió la coincidencia con Puig en la necesidad de extender los fondos covid a 2022 y la exigencia de que no exista "competencia desleal" entre CCAA, en referencia a lo que ambos califican 'dumping fiscal' que atribuyen a Madrid. En esta línea, ambos presidentes pusieron el acento en la alianza para mecanismos de cooperación conjuntos para la recepción de fondos europeos, la alianza de proyectos paralelos en hidrógeno verde o economía azul, entre otras.
Un "corredor de intereses compartidos" ha definido Puig, en el que se profundizará a través de una comisión de seguimiento, y donde se trabajará también en sinergias para combatir los problemas crecientes de salud mental, en el sector agroalimentario y también en el ámbito de la automoción y el impulso al vehículo eléctrico. En esta línea, ambos han coincidido en redoblar los esfuerzos ante el Gobierno de España para dar el "impulso definitivo" al Corredor Mediterráneo.
Otra de las cuestiones por la que apostaron ambos presidentes fue la "reciprocidad" de los medios de comunicación autonómicos públicos de cada territorio, Àpunt y TV3, para que ambas se puedan ver en las apps digitales de una y otra, mientras se sigue trabajando para superar las dificultades de "carácter técnico" que impiden la reciprocidad en los canales tradicionales.
Por otro lado, ambos políticos también coincidieron en condenar los últimos ataques homófobos y exigieron a los partidos políticos "no minimizar" ni permanecer "neutrales" ante la LGTBIfobia para "no crear monstruos".
Así, Puig señaló que no puede existir "la neutralidad ante estas agresiones" y "cuando hay un discurso beligerante contra los inmigrantes o cuando se cuestiona la libre determinación y el derecho de vida y de eso se hace política, nadie puede pensar que esas ideas finalmente no van a producir monstruos".
Del mismo modo, Aragonés condenó todas los ataques y discriminaciones a cualquier colectivo por odio a la diferencia, ya sea por orientación sexual o racismo, y recalcó que "no caben ni en la Comunitat Valenciana ni en Cataluña".