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CRÍTICA DE CINE 

'The Substance': Un body horror salvajemente feminista

Se estrena la película por la que Coralie Fargeat ganó el Premio a Mejor guion en el Festival de Cannes, un poderoso thriller de horror corporal protagonizado por una impresionante Demi Moore

11/10/2024 - 

VALÈNCIA. A la veterana estrella de Hollywood Elisabeth Sparkle (una impresionante Demi Moore en probablemente una de sus mejores interpretaciones) solo le queda un programa televisivo de fitness que empieza a decaer. Está a punto de ser reemplazada por una actriz más joven, más bella, más perfecta (a la que dará vida una también deslumbrante Margaret Qualley). El miedo a perder definitivamente su olimpo le llevará a interesarse por un misterioso elixir de juventud llamado “La Sustancia”. 

Esta es la historia que cuenta The Substance, la última película de la cineasta francesa Coralie Fargeat (directora de la también sangrienta Revenge, por la que ganó del Premio a Mejor dirección en el Festival de Sitges de 2017), presentada en la Sección Oficial del pasado Festival de Cannes (donde Fargeat se alzó con el Premio a Mejor guion), y que tras su paso por los festivales de San Sebastián y Sitges llega este viernes a los cines españoles. 

A manera de revisión feminista de El retrato de Dorian Gray y con claras referencias al cine de David Lynch (hay imágenes que posiblemente recordarán a su Carretera perdida), al body horror de David Cronenberg o, salvando las distancias, de la más reciente Julia Ducournau con Titane (una película mucho menos gore y cómica, pero, seguramente, en algunos aspectos, más valiente y potente cinematográficamente, por la que la francesa también se alzó en Cannes con la Palma de Oro a Mejor película), o a la monstruosidad de Frank Henenlotter en Basket Case. La sustancia habla de ese terror a envejecer que se apodera de su protagonista, de la lucha contra el paso del tiempo, de la tiranía de la juventud y la belleza. De lo que la industria de Hollywood hace con todo ello, del doble rasero con el que se mide el camino a la vejez de las actrices, del constante enfrentamiento entre nuestro yo joven y nuestro yo adulto (o viejo). 

Habla de cómo ese perpetuo enfrentamiento y autocuestionamiento afecta sobre todo y de forma despiadada a las mujeres, de la sensación de no estar nunca “bien” a cualquier edad, de no ser nunca lo suficientemente bella, atractiva, deseable, de estar siempre en alerta sobre nuestro físico. También de cómo la sociedad, esa industria del cine, la televisión, la moda y el marketing nos ha hecho caer en esa interminable trampa, del estado de vulnerabilidad en el que nos deja, del odio a una misma, del pánico a mirarse en el espejo y no querer lo que ves. 

“Conseguirás la mejor versión de ti misma”, dice el eslogan del kit de rejuvenecimiento que conforma “La Sustancia”. Una versión mejor de ti misma en todos los sentidos. Una nueva tú, más joven, más bella, más perfecta, más deseable. Otra tú, que será la misma y al tiempo no lo será. A partir de ahí, Fargeat construye una película que se convierte en una feroz y sagaz crítica a esa dictadura y lucro de la normatividad, una película llena de humor negro y giros ingeniosos en la que la sangre y el horror corporal más exagerado terminan siendo lo de menos (aunque, cuando estallan de verdad, también puede llegar a ser todo un festín para los amantes del género). La directora logra ciertas imágenes visualmente poderosas que reflejan esa violencia contra la mujer que la recorre, pero su mayor virtud reside en esas secuencias que con menos artificio y floritura, de forma más implícita. Hablan de ese terror y ese vértigo que invade a su protagonista, de sus dudas sobre quién es esa mujer que ve en el espejo y no soporta, que no quiere reconocer, quién es esa otra mujer joven que le aseguran que también es ella, qué hay de cada una en la otra. Ahí es donde vemos a una extraordinaria Demi Moore capaz de transmitir el atroz dolor de su personaje en momentos como en el que, ante una cita con un antiguo compañero de estudios, trata de arreglarse para la ocasión, y dominada por la inseguridad, acaba destrozando su propio maquillaje. Una protagonista que termina convirtiéndose en esa heroína de la que hablaba Desirée de Fez en su libro Reina del grito: la última superviviente de las películas de terror, la que llega hasta el final a pesar de todo ese sufrimiento, la final girl, la chica final 

The Substance es una película inusual, con un estilo y una personalidad desbordantes, un body horror repleto de humor salvajemente feminista, por momentos lúcido, atrevido y sorprendente y por otros demasiado excesivos (sobre todo, en sus múltiples finales) y explícito en su mensaje. Una interesante y poderosa crítica a los cánones imposibles de belleza que, más allá de lo aparente, en sus planteamientos, preguntas e ideas, deja un poso difícil de olvidar. 

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