CASTELLÓ. Los días 1, 2 y 3 de septiembre Benicàssim volverá a recrear la Belle Époque en el majestuoso paseo de las Villas Pilar Coloma. Una fecha marcada en el calendario para los seguidores del modernismo nacional dedica esta edición a la tradición vinícola del municipio en torno a la uva moscatel. Tal como cuentan las personas mayores de la ciudad costera, los primeros años del siglo XX fueron los más gloriosos para el moscatel de Benicàssim.
La campaña de la vendimia se extendía hasta octubre y se calcula que se precisaban unos 1.000 recolectores: los hombres cortaban la uva, los niños transportaban los capazos y las mujeres limpiaban los racimos cobijados bajo la sombra de algún toldo.
Al terminar la temporada, los comerciantes pagaban un convite y se servía un poco de licor, aguardiente por lo general. Además, se comía en mitad de las calles y en ninguna mesa faltaba un mendrugo de pan y un cántaro de agua fresca. Era lo que se conocía popularmente como la “fiesta de la vendimia”, previa al inicio de la venta del moscatel.
Alrededor de este escenario histórico cerca de 40 actividades convertirán a Benicàssim en la capital de modernismo nacional el primer fin de semana de septiembre trasladándose al conocido popularmente como “Biarritz valenciano”. El tradicional mercado modernista, los concursos de fotografía, vestimenta y pintura rápida, la música, y actividades infantiles y recreaciones históricas ponen de manifiesto, de nuevo, la apuesta del consistorio por la cultura.
La música tendrá como hilo conductor un homenaje a la soprano valenciana nacida 1887 que reinó en los años 20 en el Metropolitan de nueva York. Además, se podrá disfruta de una exposición fotográfica en Villa Elisa sobre los recolectores en la campaña de vendimia supondrá el homenaje a toda una generación de benicenses. Las bodegas y destilerías Carmelitano tendrán un protagonismo especial en esta edición.