la marca monamur diseña un patrón impermeable para evitar infecciones en zonas afectadas 

Trajes a prueba de lodo: la iniciativa valenciana que protege a los voluntarios de la Dana 

14/11/2024 - 

VALÈNCIA. En las zonas más afectadas por la Dana, el barro y el agua estancada no solo complican la recuperación de los municipios valencianos, sino que representan una amenaza directa para la salud de las personas voluntarias que ofrecen su tiempo y esfuerzo en las tareas de limpieza. Sin una protección adecuada, estos héroes anónimos están expuestos a padecer infecciones cutáneas y enfermedades más complejas, transmitidas por microorganismos presentes en las aguas contaminadas. 

"El riesgo aumenta cuando hay contacto directo entre el barro y la piel, especialmente si existen heridas abiertas o lesiones", explica Mónica Navarro a Valencia Plaza, responsable del área textil de Monamur e impulsora de una solución innovadora que busca proteger a estos voluntarios en las zonas más afectadas por la Dana. Ante esta situación, Navarro, en colaboración con la asociación valenciana Mou-te, ha diseñado un patrón específico para reducir los riesgos de exposición al lodo y garantizar la seguridad sanitaria en un entorno tan hostil. 

El proyecto, que ha comenzado de forma altruista y desinteresada, se enfrenta ahora al reto de magnificar su impacto a nivel provincial. "Queremos distribuir el patrón a una gran empresa para que pueda producirlos de manera industrial. Nos urge disponer de muchos más para evitar que las personas se infecten cuando ayuden en los municipios afectados por la Dana", subraya Navarro, que lidera la confección de estas prendas desde la sede de Mou-te, en València. 

Trajes "impenetrables"

El diseño de Navarro no es un impermeable común. Se trata de trajes "impenetrables", confeccionados con una tela especial y donada por la distribuidora barcelonesa Ribes y Casals, por lo que permiten una protección total frente a los peligros del agua contaminada. La Fundación Jesuita de Madrid financió los primeros metros de tela y voluntarios en València han trabajado sin descanso en la confección de las piezas. "No solo estamos cosiendo ropa; estamos creando barreras contra las infecciones", añade Navarro. 

Cada traje está pensado para cubrir piernas y pies, con perneras ajustables que llegan hasta el muslo y se atan a la cintura mediante unas cuerdas. "Es un diseño funcional que protege completamente la piel y se adapta a cualquier tipo de cuerpo gracias a una abertura ajustable", detalla Navarro a este diario. Además, son reutilizables y fáciles de lavar, por lo que se convierten en una herramienta esencial para entornos de trabajo tan exigentes. 

Hasta el momento, Monamur ha producido entre 70 y 80 unidades, una cantidad "insuficiente" si se tiene en cuenta la magnitud de la emergencia. "El trabajo de los voluntarios es increíble, pero no podemos satisfacer la demanada con nuestros propios recursos. Necesitamos que una empresa distribuya el patrón y lo produzca a gran escala", insiste Navarro, ya que considera fundamental involucrar a la industria texil en esta iniciativa. 

El proyecto de Monamur ha movilizado a una red de más de 15 personas que, a través de redes sociales y grupos de mensajería instantánea, se han unido para colaborar en la confección de los trajes. "Es impresionante ver cómo la gente se ha volcado. Algunos no sabían coser, pero aquí están: aprendiendo y ayudando en todo lo que pueden", señala Navarro.

Los trajes ya han sido distribuidos en varios municipios afectados por la Dana, priorizando a las personas voluntarias y miembros de Protección Civil. De hecho, el feedback recibido por estos usuarios ha permitido perfeccionar el diseño inicial, como el uso de cuerdas en la cintura para evitar deslizamientos. "La respuesta ha sido increíble. Cada vez recibimos más peticiones", asegura la promotora del proyecto. 

Además de ofrecer una solución práctica, esta iniciativa ha servido para reforzar el sentido de unidad en un momento de crisis. "Estamos aquí para ayudar y hacer lo que esté en nuestras manos por los pueblos afectados, pero necesitamos más recursos para cubrir la necesidad real", subraya Navarro, que insiste en que el proyecto no debe quedarse en un esfuerzo local. 

Una misión humanitaria 

Desde su puesta en marcha en el año 2020, Monamur ha destacado por iniciativas orientadas a mejorar la calidad de vida de las personas, independientemente de su condición. Este proyecto se suma a dicha trayectoria, pero con un enfoque más amplio y urgente. La meta es garantizar la seguridad de quienes enfrentan el barro y las consecuencias de la Dana. "Nosotros hacemos ropa para personas con movilidad reducida, pero vimos esta necesidad y no podíamos ignorarla", afirma Navarro. 

El patrón del traje, descrito por Navarro como "sencillo y replicable", ya se ha compartido con algunas empresas distribuidoras, pero el proceso debe acelerarse para responder a la magnitud de la crisis. En ese sentido, la responsable de Monamur apela a la industria textil para que se sume al esfuerzo de la asociación: "Este proyecto no es solo para proteger la piel, sino también vidas humanas. La salud de muchas personas está en juego". 

La iniciativa ya está teniendo un impacto positivo en las poblaciones afectadas, pero su verdadero potencial radica en la posibilidad de aumentar la producción de las piezas. Mientras tanto, en el taller de Monamur continúan trabajando a contrarreloj, demostrando que la solidaridad y la innovación pueden marcar la diferencia en un momento de crisis. "Esto es un aporte a la sociedad y, con el apoyo adecuado, podría significar un antes y un después en la protección de los voluntarios", concluye Navarro.