CASTELLÓ. Llega la Nochevieja y con las campanadas, la ingesta de doce uvas. Una tradición que en ocasiones resulta peligrosa para los más pequeños por el riesgo de obstrucción de la vía aérea. Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), la muerte por asfixia es una de las principales causas de mortalidad durante la niñez, especialmente en niños de entre uno y cinco años y afirma que comer uvas enteras es el tercer alimento que más asfixias causa, tras los dulces y los perritos calientes.
Tal como explica el doctor Fernando Baixauli, pediatra de Vithas Castellón y hospitales Vithas Valencia Consuelo y 9 de Octubre, “la uva por su forma y textura puede deslizarse en la boca del niño de forma involuntaria, sin ser masticada y provocar una obstrucción en las vías respiratorias incluso causar la muerte por asfixia si no se actúa de forma rápida” y añade “lo que viene agravado porque los niños pequeños no tienen todos los dientes para masticar adecuadamente, el reflejo de deglución debe aún desarrollarse más, y no son conscientes a esas edades del peligro que ello conlleva”.
Por esta razón, el doctor Baixauli recomienda “no darles a los niños, sobre todo a los menores de cinco años, las tradicionales doce uvas para dar la bienvenida al nuevo año y si los padres quieren lo ideal es cortarlas en varios trozos, quitarles la piel y las pepitas para evitar un episodio de aspiración y por supuesto la supervisión total de los padres cuando sus hijos comen uvas”.
Por otra parte, el especialista quiere subrayar que “además, se debe tener cuidado por el alto riesgo que existe de atragantamiento y asfixia con los frutos secos y palomitas y sobre todo en esta época de regalos con las piezas pequeñas de juguetes o los globos”.
Según el doctor Baixauli, “la mejor medida es la prevención y dejar fuera del alcance del niño todos aquellos juguetes o alimentos que si se llevan a la boca, pueden provocar un atragantamiento. La responsabilidad de las familias a la hora de comprar juguetes es clave, hay que adquirirlos en lugares que tengan todos los permisos de calidad e inspecciones en regla y sobre todo hay que tener en cuenta las indicaciones y advertencias, es decir, si es o no apto para el niño según su edad y acorde a sus necesidades y cuando son pequeños intentar evitar las piezas pequeñas incluso las pilas”.
Si ocurre un atragantamiento, normalmente gracias a la tos originada por la aspiración, el niño consigue expulsar lo que la provoca la obstrucción, pero no siempre es así “y en algunas ocasiones, -comenta el profesional-, puede desencadenar en neumonía, enfisema pulmonar, algunas infecciones o, incluso, la muerte. Por ello es fundamental que los progenitores sepan de primeros auxilios y sepan realizar la maniobra de Heimlich. En el caso de que el niño hable y respire con normalidad, antes de aplicar este procedimiento hay que dar unos golpes en la espalda. Si el objeto no sale o el niño no es capaz siquiera de hablar, es el momento de aplicar la maniobra de Heimlich para niños”.
En los hospitales Vithas de Valencia y Castellón, se imparten talleres gratuitos con sesiones eminentemente prácticas en las que se abordan contenidos como la prevención de accidentes, el teléfono de emergencias, el atragantamiento y la utilidad y correcta realización de la maniobra de reanimación cardiopulmonar.