Hoy es 19 de diciembre

Un estudio sobre la dieta MIND evidencia un impacto positivo "a corto plazo" en la cognición

15/08/2023 - 

CASTELLÓ (EP). En todo el mundo, la demencia afecta a aproximadamente 50 millones de personas y, con 10 millones de casos nuevos cada año, se prevé que el número de personas con demencia se triplicará para el 2050. El deterioro cognitivo, dicen los expertos, es la puerta de entrada a la demencia.

La falta de tratamiento curativo hacen necesario que los países se concentren en reducir los factores de riesgo de demencia potencialmente modificables. Así, investigadores de todo el mundo llevan décadas buscando el 'santo grial' contra la demencia, aunque por el momento solo tenemos recomendaciones basadas en la evidencia sobre comportamientos asociados al estilo de vida y sobre intervenciones para retrasar o prevenir el deterioro cognitivo.

En esta línea trabajan investigadores de la Rush University Medical Center (Estados Unidos), quienes han mostrado que la dieta MIND podría ayudar a mejorar tanto a corto como largo plazo la cognición.

La dieta MIND tiene 14 componentes dietéticos, entre ellos nueve grupos de alimentos saludables para el cerebro (como el pollo y el pescado, las verduras de hoja verde, las bayas y los frutos secos), y cinco grupos no saludables (carne roja, mantequilla, margarina en barra, queso con toda su grasa, bollería, dulces y fritos).

Esta dieta, que es la abreviatura de Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay, es como su nombre indica un híbrido de las dietas mediterránea y DASH (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión). Ha sido clasificada entre las cinco mejores dietas por el U.S. News & World Report anualmente durante los últimos seis años.

Se ha comprobado que ambas dietas reducen el riesgo de afecciones cardiovasculares, como hipertensión, diabetes, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. En dos estudios publicados en 2015, la dieta MIND evidenció que podría ralentizar el deterioro cognitivo y reducir significativamente el riesgo de desarrollar Alzheimer, incluso si la dieta no se seguía meticulosamente.

Los resultados de este nuevo estudio, publicados en la revista científica 'The New England Journal of Medicine', han mostrado ahora que, en un periodo de tres años, no hubo diferencias estadísticas significativas en el cambio cognitivo de los participantes del grupo de la dieta MIND en comparación con el grupo de control de la dieta habitual, pero sí hubo una mejora significativa durante los dos primeros años del estudio. Ambos grupos recibieron entrenamiento para reducir las calorías en 250 kilocalorías al día.

"Lo que vimos fue una mejora en la cognición en ambos grupos, pero el grupo de intervención de la dieta MIND tuvo una mejora ligeramente superior en la cognición, aunque no significativamente mejor. Ambos grupos perdieron aproximadamente 5 kilos en tres años, lo que sugiere que podría haber sido la pérdida de peso lo que benefició a la cognición en este ensayo", ha explicado Lisa Barnes, líder de la investigación.

Se trata del primer ensayo clínico aleatorizado diseñado para comprobar los efectos de esta dieta, considerada protectora de la salud cerebral, sobre el deterioro de las capacidades cognitivas en un grupo numeroso de individuos de 65 años o más que no presentaban deterioro cognitivo.

Los participantes en este estudio tenían que tener dietas malas, según lo determinado por una puntuación de 8 o menos en un instrumento de evaluación de la dieta antes incluso de que comenzara el estudio. Por lo tanto, era esperable que, o bien iban a mantener su cognición, o bien iban a disminuir la tasa de deterioro cognitivo en el futuro.

"Fue emocionante ver que hubo una mejora en la cognición durante el primer año más o menos, pero podría haber sido debido a los efectos de la práctica en las pruebas cognitivas, y lo vimos también para la dieta de control, que se centró sólo en la restricción calórica", ha detallado la autora.

El estudio de fase III realizó un seguimiento durante tres años de 604 personas con sobrepeso, una mala dieta y antecedentes familiares de Alzheimer. El ensayo comparó dos intervenciones dietéticas diferentes, ambas incluían asesoramiento dietético con una restricción calórica leve de 250 calorías al día para perder peso.

Los participantes de ambos grupos tenían pautas dietéticas individualizadas desarrolladas por dietistas, y recibieron consultas regulares por teléfono y en persona, así como sesiones de grupo ocasionales durante los tres años de duración del estudio. Los participantes fueron visitados cinco veces a lo largo de los tres años para evaluar su capacidad mental, presión arterial, dieta, actividad física, estado de salud y uso de medicación.

Al final del estudio, la pérdida media de peso fue de aproximadamente el 5,5 por ciento del peso corporal inicial para todos los participantes, superando el objetivo del estudio del 3 por ciento, la cantidad reconocida como clínicamente significativa para prevenir o mejorar los resultados adversos para la salud.

La puntuación media al cabo de tres años para el grupo en la dieta MIND fue de 11 y de 8,3 para el grupo de control, lo que sitúa a ambos grupos en un rango terapéutico para ralentizar el deterioro cognitivo y disminuir el riesgo de enfermedad de Alzheimer, según estudios anteriores.

La significativa pérdida de peso y la mejora de la puntuación sugieren que el grupo de control también mejoró su dieta y pueden sugerir que seguir la dieta MIND con una puntuación de al menos 8,3, junto con una reducción de al menos 250 calorías para producir la pérdida de peso, puede mejorar la cognición. En cualquier caso, los autores reconocen que "se necesitan más investigaciones para confirmarlo".

next