De cómo la primera niña que cursó Bachillerato en Castelló, en el curso 1882-1883, dejó los estudios a la muerte de su padre, cambió su nombre y se sumió en la invisibilidad desde los 15 años.
CASTELLÓ. Aparentemente, es un documento más entre los legajos del archivo del IES Francisco Ribalta. El expediente académico de una de las miles de personas que a lo largo del tiempo se han matriculado para cursar estudios secundarios en Castelló. Sólo aparentemente. Esta no es una carpeta más; al menos, no para historia de la educación en nuestra provincia. A primera vista se lee: “Año 1882 a 1883. Número 32. Espediente de matrícula de Don Libertad Ramos y Rodrigo”. Si nos fijamos mejor, vemos que sobre la ene de ese “Don” que viene predeterminado de la imprenta, alguien ha añadido de su puño y letra una línea para convertir la grafía en una eñe. Y luego, más pequeña, ha sumado una inocente “a”. El matiz es decisivo: Libertad, un nombre que es una promesa, es la primera niña, la primera alumna de Bachillerato, en la historia del antiguo instituto de Castelló, que había abierto sus puertas en 1846 en el edificio del antiguo convento de las Monjas Claras en la calle Mayor, actual plaza Santa Clara.
Abierta la carpeta, la primera hoja está firmada por la propia niña: Libertad Ramos. Fechada en Vila-real el 29 de septiembre de 1882, la carta se dirige al director del centro: “deseando sufrir el examen de ingreso para cursar la segunda enseñanza en el Instituto de su digno cargo, suplica a V.I. se sirva así disponerlo á cuyo efecto acompaña la partida de bautismo”. Con la misma fecha, al reverso puede seguirse la evolución de su petición: primero, “ha satisfecho esta interesada cinco pesetas por derechos de examen”. Y luego, “en el día de la fecha y ante el tribunal que suscribe, se examinó Dª Libertad Ramos, obteniendo la censura de Aprobado. Castellón, 29 de setiembre de 1882”.
Un nombre elegido a conciencia
La siguiente página del expediente nos lleva diez años atrás: es un certificado judicial sellado en Valencia el 7 de septiembre de 1881, que recoge a su vez la inscripción en el registro civil del nacimiento de la niña, fechado el 26 de enero de 1872. La pequeña nace en el domicilio familiar dos días antes, el 24 de enero a las 13 h. Y queda constancia de que “a la expresada niña se la habían de poner por nombres María del Carmen, Libertad, Igualdad, Fraternidad”, por deseo de sus padres, el estudiante Joaquín Ramos Peris, originario de Onda, y Josefa Ciríaca Rodrigo Camaró, nacida en Alberic y de 22 años, “dedicada a las ocupaciones de su sexo”, aunque poco más adelante será maestra de escuela. Cuando se expide el citado certificado, los cuatro abuelos de la niña han fallecido.
Al nacer, sus padres le pusieron por nombre María del Carmen Libertad Igualdad Fraternidad
La elección del nombre no es baladí. Ni mucho menos. El padre de nuestra protagonista es librepensador y masón, y la niña ha venido a nacer en pleno Sexenio Democrático (1868-1874), durante el reinado de Amadeo I y un año antes de la proclamación de la I República Española. La tríada Liberté, égalité, fraternité es uno de los lemas de los revolucionarios franceses, pero también describe los principios de la Gran Logia de Francia, los masones del país vecino. La casa familiar de los Ramos-Rodrigo se sitúa en el distrito del Mercado del cap i casal, en concreto, en el número 15 de la calle San Gil. El enorme peso social de la religión en aquellos años influirá en la vida de Libertad, y como si se tratase de un guiño del destino, también se cruzó en la historia de su propia calle, que sólo durante un tiempo se dedicó a San Gil: originariamente -como en en la actualidad- fue la calle de En Gil, referida a Jerónimo Gil, un jurado del siglo XVI en la ciudad de Valencia, según explicó Pablo Carsí en su dietario Cosas particulares, usos y costumbres de la ciudad de Valencia (1800-1873).
Una estudiante de Vila-real
Pero sigamos los pasos de nuestra protagonista. En 1874, Alfonso XII ha recuperado el trono para los borbones tras el pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos. Mientras la Restauración da sus primeros pasos, en 1882 Libertad cumple diez años y encontramos a los Ramos-Rodrigo en Vila-real, en el número 28 de la céntrica calle Mayor Santo Domingo. Desde allí se desplazan a Castelló para matricular a la niña como alumna de Bachillerato en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza donde ya había ingresado su padre unos años antes, en el curso 1859-1860. De acuerdo con los padrones de cédulas personales de Vila-real, en 1883 la familia está formada por Joaquín Ramos, médico; Ciríaca Rodrigo, maestra, y la hermana mayor de ésta, María. La pequeña no figura aún porque sólo se incluía en estas cédulas a los mayores de 14 años.
Casi con absoluta seguridad, según indica el profesor Francesc Mezquita, en 1882 Libertad se inscribiría en la modalidad “doméstica” que ofrecía el instituto: acudiría al centro únicamente para examinarse, y se prepararía en casa. En esta opción le acompañarían otros 87 de los 688 alumnos de aquel curso en el centro, según el anuario hoy archivado en el IES Ribalta. En su primer curso de Bachillerato, se matricula en dos asignaturas: Geografía y Latín y Castellano. Llegado el mes de junio, en la primera, el profesor José Sanz Bremón le concede la calificación de “Bueno”, mientras que en la segunda, José Falomir Llopis juzga su trabajo con un “Notable”. Tras ese verano, el 24 de septiembre de 1883, Libertad formalizará su matrícula en Historia de España y en el segundo curso de Latín y Castellano, pero este será el último trámite administrativo que figura en su historial. No llegará a examinarse ni volverá a aparecer su nombre en ningún otro documento del centro. La muerte de su padre interrumpe sus estudios, según todos los indicios de forma definitiva.
A LA MUERTE DE SU PADRE, DEJÓ INCONCLUSO EL CURSO 1883-1884 Y NO VOLVIÓ A APARECER EN LOS DOCUMENTOS DEL INSTITUTO
Joaquín Ramos Peris pasa los primeros meses de 1884 en la cama, postrado por una tuberculosis que acabará con su vida el 11 de mayo. Durante su agonía, se ha negado repetidamente a la exigencia del sacerdote de Vila-real de que confesara sus pecados. A su fallecimiento, siguiendo sus instrucciones, su hermano lo traslada de inmediato a la capital de la Plana, donde será la primera persona enterrada en el cementerio civil, siendo el centro de una fuerte polémica, como se recordaba hace unos meses en Castellón Plaza. La controversia sería especialmente agria en la prensa, con La Plana Católica y el republicano El Clamor tratando el tema durante varios días.
De Libertad a Carmen… y luego el silencio
En 1885, ya sin el padre de familia, ésta se traslada a un piso muy cercano al anterior domicilio, en concreto al número 2 de la Salida Burriana, que desde 1888 tomará su nombre actual, calle Benedito. Allí, Ciríaca se instala con sus hermanas María y Manuela en lo que parece ser un conjunto de viviendas destinadas a maestros de la localidad. Al año siguiente, desaparece Manuela de las cédulas personales, y lo hace por fin nuestra protagonista… aunque ya no figura como Libertad -como había hecho en su etapa en el instituto- sino como Carmen Ramos Rodrigo. La vida ha cambiado radicalmente para la familia. En el siguiente padrón, en 1887, sólo quedan la madre y la hija.
En 1886 figura en el padrón de cédulas personales de vila-real pero ya no como Libertad, sino como Carmen
Un 22 de noviembre de 1887, un último documento da noticia de la peripecia familiar: en las actas de la Junta de Instrucción Pública de Vila-real se da cuenta de la “comunicación recibida de la Junta Provincial (…) en la que participa haber sido admitida la renuncia, que del cargo de maestra sustituta en propiedad de una de las escuelas de niñas de esta población tenía presentada Doña Ciríaca Rodrigo Camarón. La Junta quedó enterada y en su consecuencia acordó el cese en esta fecha del cargo que venía desempeñando la referida Rodrigo. La sustituta es Doña Francisca Escuder Tena”, quien a su vez será la próxima inquilina del piso de Benedito, 2.
Desde ese momento, con apenas 15 años, María del Carmen Libertad Igualdad Fraternidad Ramos Rodrigo pasa a convertirse en un enigma que no se deja rastrear fácilmente en los archivos. Cinco años antes, quizá sin saberlo, se había convertido en historia de la enseñanza en la provincia de Castellón. Después, la invisibilidad, como en los casos de incontables niñas y mujeres de todos los tiempos. El año pasado por estas fechas, en un sencillo homenaje, los y las estudiantes del IES Ribalta la recordaron junto a otra mujer -María Luisa García-Dorado- que hizo historia unos años más tarde, ya en el nuevo instituto -inaugurado en 1917- al convertirse en la primera catedrática de enseñanzas medias en España. Y es que la memoria colectiva es la mejor manera de que su ejemplo sirva para las presentes y futuras generaciones.
Agradecimientos. Este reportaje hubiera sido imposible sin las generosas aportaciones de Francesc y Pascual Mezquita, Queta Ródenas, Armando Cervera, José Miguel Moliner (Archivo Municipal de Vila-real), Antonio Torres (cronista de Alberic), el Archivo Municipal de Onda, la profesora Mónica Esteve, del IES Francisco Ribalta de Castelló, y de sus alumnos Óscar Jiménez Torres, Paloma Cortés Rakotonanahary y Lucía Malagón Márquez, que este año cursan 4º de la ESO.